Corrupción En Honduras

INTRODUCCIÓN

La corrupción ha dejado de ser, si es que alguna vez lo fue, un problema simplemente moral o ético. Es algo que afecta y concierne a la economía del país, a la lucha para erradicar la pobreza, a la credibilidad y legitimidad del sistema político, a la gobernabilidad democrática y al funcionamiento, eficiencia y eficacia del Estado de derecho. No es posible luchar contra la pobreza y construir la democracia si, al mismo tiempo, no libramos una lucha abierta y decidida en contra de la corrupción.

La corrupción abarca muchos significados. Se podría decir que el significado general de la palabra corrupción proviene del verbo corromper que significa echar a perder, pudrir, sobornar o cohechar. Dentro de los diferentes tipos de corrupción están las siguientes: la corrupción policial, la corrupción política y la corrupción empresarial.

La corrupción policial es aquella en la cual las autoridades policiales utilizan sus atribuciones, recursos o información inadecuadamente para obtener provecho económico o de otro tipo, así como avances en la carrera profesional e incluso fines políticos. Esa mala praxis consiste frecuentemente en el soborno, el chantaje o el uso selectivo de la persecución, investigación o arresto de terceros.

La corrupción política es el mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. El término opuesto a la corrupción política es la transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado.

La corrupción empresarial se refiere a delitos y faltas cometidas por una empresa o personas ligadas a una empresa, amparándose en su relación con dicha empresa.

La siguiente frase (link en bibliografía) nos enseña algo muy importante que a mí se me quedo muy marcada y siento que como hondureños debemos identificarnos con la misma.

“No hay que retroceder en una máquina del tiempo, para hacer una radiografía de cómo la epidemia de la corrupción ha ido en aumento, basta con quedarnos en el pasado reciente y en el hoy de Honduras.”

Muchas veces queremos retroceder y encontrar la solución al problema de la corrupción desde sus orígenes, eso es casi imposible de lograr, sin embargo solo basta con analizar el presente de nuestro país y deducir que el problema es mayor hoy en día que como lo pudo haber sido hace muchos años. La solución debemos encontrarla en los jóvenes universitarios comprometidos con la causa de la mejora de su país convirtiéndolo en un país con justicia para todos sus habitantes.

A continuación hablare de dos problemas recientes por los que pasa nuestro país que son claro ejemplo de corrupción:

La falta de un plan contundente para la captura del ex director del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), Mario Zelaya.

Del caso del IHSS, no se puede olvidar que la junta directiva pasada (2010-2014) aprobó a la gerencia administrativa la apertura de una línea de crédito en la agencia de viajes JJ Travel para que los directores, como Mario Zelaya, adquirieran pasajes aéreos; cuenta que asciende a la “mínima cantidad” de ocho millones de lempiras.

Tampoco se puede borrar de la memoria que Mario Zelaya dejó al IHSS con una línea de crédito que asciende a más de 628 mil millones de lempiras, y que con dichas líneas de crédito se realizaron pagos por más de 325 millones de lempiras que no se encuentran debidamente registrados.

Carlos Hernández, presidente de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), juzga que mientras no se sancionen a los “corruptos” y no se den mensajes contundentes de castigo, Honduras seguirá sumergida en la corrupción.

“En el caso del Seguro Social ha habido un trabajo bastante profesional, bastante técnico pero no basta con eso. Hay muchas cosas que ya sabíamos, sabíamos que había corrupción, aquí lo que se requiere

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