Corrupción en Colombia.

La corrupción en el país se ve en todo lado; en la política, como es el caso del carrusel de la contratación, en el que los hermanos Nule además de ser elegidos sin merecimiento para una construcción en la capital, los sinvergüenza no la lleven acabo y se quedan con todo el dinero que iba destinado para esta infraestructura. Y en el sector privado, por ejemplo en los desfalcos cómo el de Interbolsa donde las directivas de esta empresa utilizaron los fondos que les confiaban los inversionistas, para fines propios. Los mas triste de todo? La justicia en estos dos, y en muchos casos más, no se ha cumplido. Los hermanos Nule, 5 años después no han sido sentenciados y los de Interbolsa se salieron con la suya pagando una cifra ridículamente baja en comparación al dinero que fue robado.

Y como si esto fuera poco, tenemos a un presidente que está dispuesto a hacer con el país lo que sea por sus intereses personales. Lo que sea. Está dispuesto a entregar al país a los bandidos que nos han aterrorizado por más de medio siglo. Está dispuesto a darle participación política a los guerrilleros sin antes consultarlo de forma democrática. Está dispuesto a que estos mismos terroristas, anden sueltos por el país sin pagar ni un día de carcel, mientras que hay gente inocente privada de su libertad. Y está dispuesto a dejar a Colombia sin su defensa militar, dejando así desprotegidos a miles de ciudadanos que nada tienen que ver en esta guerra. Todo por alcanzar una paz de mentira. Así que, tenemos los colombianos razón para estar velando por un cambio? Si y por esta razón estoy de acuerdo con Mauricio Vargas, cuando dice que Colombia no esta lejos de llegar a una situación como la de Venezuela, ya que los colombianos tenemos razones de sobra para estar aburridos del mismo abuso de parte del gobierno y por esto querer un cambio. Pero tenemos que tener cuidado, porque ese mismo cambio lo velaba Venezuela que hoy en día se arrepiente. No podemos dejar que, cuando llegue la hora de ese tan esperada transformación, el desespero, la impotencia y el cansancio le ganen a nuestra inteligencia y que quince años después nos estemos lamentando.

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