Crítica a la calidad de la educación chilena
Enviado por sebasalgado • 9 de Abril de 2019 • Ensayo • 1.148 Palabras (5 Páginas) • 119 Visitas
Crítica a la calidad de la educación chilena
Actualmente, el concepto de “calidad” en Chile es resultado de un hecho poco habitual en las democracias mayoritarias. La calidad de la educación invade en la agenda pública empujada por demandas estudiantiles durante el año 2006, que exigían una rectificación importante en los productos del sistema, al exigir una mayor equidad en educación. Aunque no se necesita ser un experto para percibir estas arbitrariedades y vivirlas, durante 1999 un estudio demostró que, incluso manipulando variables socio-económicas, existe una grieta significativa en los resultados de aprendizaje de un mismo currículum, que benefician a los centros que han escogido y educan a los estudiantes con mayores recursos.
De este modo, en el ámbito académico se probó que quienes disponían de más recursos podían ingresar a mejores instituciones. Por otro lado, los más vulnerables, se ven obligados a recibir la mediocre educación estatal, considerada de bajísima calidad en cuanto a resultados de aprendizaje. En 2006 los estudiantes se movilizaron. Demandaron una reforma a la educación, ya que culpaban al sistema educativo, diseñado como un servicio de libre mercado, como parte de las causas de las profundas agitaciones. A pesar de largos periodos de manifestaciones y de interminables discusiones en televisión y medios de comunicación, las propuestas de fondo no se incorporaron a la nueva ley que se promulgó.
Sin embargo, obtuvieron dos elementos importantes y que determinarían, de algún modo, el mejoramiento de la política educativa del país: consiguieron que la “calidad” y la “equidad” se valoraran como un eje central la discusión educativa y como resultado comenzó un proceso nacional de reflexión, llevado a cabo por el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación. Este proceso plasmó los acuerdos, desacuerdos y propuestas en un Informe Final, que sería el punto de partida de la SNACE (Sistema nacional de aseguramiento de la calidad de la educación parvularia, básica y media y su fiscalización). Tras el análisis de estos dos documentos se medita y critica la concepción hegemónica de calidad en la educación chilena.
La primera crítica a efectuar señala a que la clase política ha precisado el concepto de calidad, que en sí es vacío en educación, estratégicamente y con una ambigua intención en la esfera legal y se han otorgado facultades para que la idea se haga operativa lejos del ámbito público, a nivel de Ministerio y comisiones técnicas, sin un debate de actores diferentes y en una postura en la cual los ciudadanos no tienen mayor acceso informativo que los medios de comunicación y las relaciones públicas. La ley evade precisar calidad, pero concibe un Sistema de Aseguramiento de Calidad, en el cual El Estado se limita a garantizar, controlar, reconocer y sancionar bajo ciertos estándares y a través de multas económicas cuando se detectan diferencias.
Primeramente, crear un sistema de rendición de cuentas no era lo que los demandantes pedían, pero fue la posibilidad que la clase política ofreció para no perturbar a esa otra parte de la ciudadanía que sí le satisface la segregación y la profunda brecha entre ricos y pobres y que reposa en que el sistema ofrece la misma oportunidad a todos de desarrollarse. Además, el ofrecimiento gubernamental no resuelve una de las principales demandas, luchar contra la segregación, aunque sí apunta a apoyar temporalmente a quienes resulten mal evaluados a través de apoyo técnico pedagógico de discriminación positiva.
La ley al no definir explícitamente lo que es calidad, la pregunta que emerge seria: ¿cuándo se define y quién lo define? primero, el concepto de calidad es la unión entre el centro educativo y el responsable de su mantenimiento, el sostenedor, o dueño.
Se trata de un concepto de calidad jerárquico, que compromete al dueño del establecimiento de su cumplimiento quien, a su vez debe realizar las exigencias a quien tiene bajo su mando. Este concepto jerárquico evoca las estructuras organizativas empresariales, las que se conoce no funcionan en educación ya que es un fenómeno más dinámico, dialógico y participativo, que está en constante construcción en el cual los actores cuentan con amplios espacios para interpretaciones divergentes, y cuyo alcance se asienta en contextos socio-culturales no homogéneos.
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