Cronica

Una tarde nublada y tranquila se encontraba el cielo azul gris en Hermosillo, sonora; ese jueves 28 de julio, el día más esperado del mes para mucha gente, victoria esperaba la línea 16 piña por la calle Juárez eran las 12:44 pm y pareciera que no era el Hermosillo de siempre, Llegaba el camión a la parada que se encuentra por la calle Juárez esq. Con Colosio. Dos personas delante de ella subieron rápidamente, mientras ella buscaba su nueva tarjeta al pagar, camino y se sentó a la mitad del camión, del lado de la ventana como acostumbraba. Al doblar por el boulevard encinas por aquella ventana rota que parecía que se caería encima de ella , de pronto vio a un policía arrestando a un hombre en la esquina de la Yáñez lo subía a la patrulla esposado, el señor del lado de ella con la guitarra negra dijo en voz baja “malviviente”, ella trato de no tomarle importancia y siguió contemplando el paisaje, pero no fue muy agradable al pasar por el hospital general donde se encontraba mucha gente humilde afuera, tirada en el suelo esperando algo más que fe. Después de 20 minutos de tanto dar vueltas el camión. victoria empezaba a sentirse mal, y algo muy raro pasaba todo estaba en silencio y tan solo abordaban 6 personas cosa que nunca le pasaba desde que se subía a esa línea. Al pasar por la tesorería municipal a las 12:53 vio una casa muy antigua le vino a sus recuerdos las tardes que pasaba los domingos en casa de sus abuelos, al ir recargada su cabeza contra el vidrio enfrente de ella observo un anuncio donde decía “palabras de fe” de pronto pensó que la gente podría ir a dar palabras de fe a aquel hospital tan triste y angustiante por el que había pasado, al paso del tiempo la gente se iba bajando tan solo estaba victoria y un joven de playera negra un poco extraño y su cabello caía por toda su espalda. De pronto antes de llegar al López Portillo y Reyes se encontraba la Virgen maría pintada en toda una pared y un hombre debajo de ella, al observar bien vi que era una persona indigente que estaba dormida debajo de ella victoria impactada siguió su camino, al paso de 30 minutos se vio entrar los rayos de sol por la ventana, la ciudad del sol había despertado, pero al pasar el López portillo la realidad de aquella muchacha era otra, había entrado a una colonia humilde, triste nada parecida a la que venía recorriendo desde hace tiempo, casas de láminas y las calles sin pavimentar, enseguida subió un señor con botas y cinto color rojo con un gran sombrero y un maletín, victoria se dio cuenta que hasta las personas se caracterizaban en esa zona que jamás había observado tan detalladamente, de pronto el señor con aquellas botas y sombrero le pregunta la hora, ella ve aquel reloj que tanto le gustaba y responde con una sonrisa las 1:30, el aire se apaga y se empieza a sentir sofocado victoria voltea hacia adelante y sube una madre con su hijo, un muchacho de aprox. 15 años el camión iba demasiado pareciera

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