Cronicas De Una Muerte Anunciada

CRÓNICAS DE UNA MUERTE ANUNCIADA.

Santiago Nasar era un hombre alegre, bohemio, trabajador, que casi siempre vestía de caqui y botas para trabajar en la hacienda de ganado (Divino Rostro), que heredó de su padre, la cual administraba con buen juicio pero sin mucha fortuna. Cumplió 21 años, esbelto y pálido, hijo de un árabe que llegó a Colombia, desde niño dominó el arte de las armas y el amor a los caballos y la maestranza de las aves, y aprendió a ser prudente, hablaba árabe solo con su padre para que su madre no se sienta ofendida.

Todo el pueblo esperaba con ansia la llegada del buque a vapor que traía al obispo. Santiago Nasar se vistió de lino blanco para ir a recibirlo y él mismo escogió unos gallos de crestas grandes para preparar el caldo que le gustaba al obispo y también muchas cargas de leña para el buque, pero tanto alboroto para nada, una vez más el buque no paró y el obispo salió y dio como de compromiso la bendición.

Todo el pueblo sabía que querían matar a Santiago Nasar, sus amigos, parientes, vecinos, autoridades e incluso el sacerdote, pero nadie tuvo el valor de prevenirlo porque creían que eran rumores infundados, y porque aquel día lo vieron vivo.

Santiago Nasar y su amigo Cristo Bedoya estuvieron hasta las cuatro de la madrugada en la fiesta del año, la boda de Ángela Vicario, donde Santiago estaba calculando cuánto costo aquella boda tan fastuosa donde no hubo ni una sola persona ni rica ni pobre que no hubiera participado de aquella parranda, y se decía q así sería su matrimonio con tanta pompa.

El novio Bayardo San Román, había llegado seis meses antes de la boda a buscar mujer para casarse, era esbelto, pulcro, un poco raro, le gustaban las fiestas ruidosas y beber mucho, de gran fortuna pero a la mujer que escogió era pobre.

En una apuesta y demostrando su dinero convenció al viudo Xius, que le vendiera su residencia de la colina que tenía una vista fenomenal.

Pero en la misma noche de bodas Bayardo San Román devolvió a su esposa a sus padres porque encontró que no era virgen, ellos desesperados preguntaron quién es el responsable y ella respondió sin más que era Santiago Nasar, entonces los hermanos gemelos salieron desesperados a matarlo en la plaza del pueblo con unos cuchillos afilados con los que mataban a los puercos.

Fue una masacre fatal, numerosas heridas mortales le acertaron perforaron el hígado, el estómago, el páncreas, le salieron los intestinos donde apareció una medalla de oro que se había comido de niño, además tenía heridas en los brazos y en las manos que parecía un estigma del crucificado, entonces la autopsia decía que la causa de muerte fue una hemorragia masiva.

El alcalde tomó presos a los hermanos Vicario, los cuales en la cárcel no podían conciliar el sueño porque apenas dormían volvían a revivir la escena del crimen, no podía descansar, fue un infierno

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