Cuales son Las parteras del pacifico

MATRONAS DEL PACÍFICO; LAS  FLORES DE LA RESISTENCIA.

Las madres de todos, las abuelas de todos. La mayoría de la gente de Buenaventura, como en otros municipios olvidados del país  ha llegado a la vida en las manos de una partera .La tradición de la partería en el pacifico es fuerte, un saber ancestral que ha sido nutrido por la herencia africana y la sabiduría indígena.

Desde hace mucho tiempo esta tradición hace parte fundamental de las comunidades afro que habitan el pacífico colombiano la cual contribuye a la identidad colectiva de estas comunidades que día a día luchan por que prácticas como estas no sean satanizadas  y que se reconozcan debidamente por el estado colombiano ya que siendo estas mujeres un gran tesoro que acuna el pacifico y que su labor simboliza resistencia cultural trabajan en situaciones precarias, con los ojos de la medicina occidental encima y los ingresos que reciben por su labor no son lo suficientes para sobrevivir. De este modo la tradición se ha ido perdiendo, interviniendo en los procesos identitarios de la comunidad y  el desarraigo a tradiciones tan importantes como lo  es la partería ancestral.

En Colombia, el descubrimiento y reconocimiento de los aportes afro-americanos a la cultura nacional se hizo, en los años cincuenta  a partir de cierta valorización positiva de la costa del caribe, inspirada a su vez  por el éxito de las músicas y danzas negro-americanas y cubanas. Por su parte, los habitantes  negros de la costa pacífica permanecieron aun largamente olvidados y marginados.(Michel Aquir)

En la actualidad estas comunidades se encuentran en una situación similar, padecen de un olvido casi total  por parte del estado en cuestiones del conflicto armado donde se vive con más crudeza, un gran índice de pobreza y  en el caso específico de los partos tradicionales  las situación  es  bastante grave ya que a pesar de la cantidad de partos atendidos profesionalmente la atención del parto en el hogar sigue representando un cifra importante sobre todo en las zonas rurales apartadas, en las cuales las vías de traslados no son adecuadas, no  hay un acceso a los servicios de salud y atención sanitaria siendo este proceso  el salvador de vidas y de una tradición de mucha importancia para la cultura del pacífico. Pese a estas situaciones el reconocimiento de estas mujeres y el papel que cumplen  en su comunidad como las conservadoras de las raíces por las que aún resisten no es el adecuado, ni en la parte  cultural  ni tampoco a las necesidades básicas que tienen como población. Precisamente este ensayo se trata de resaltar  a un grupo de mujeres que trabajan incansablemente  por no dejar extinguir estas prácticas  ancestrales que son parte de los pilares fundamentales de la cultura  del pacifico y que la lucha  por mantener estas tradiciones aporta la autopercepción de estas comunidades y la manera en que se percibe al otro.

Ser partera significa salir de su casa a la hora menos esperada, recorrer  largos trayectos a mitad de la noche y por largas horas, en la mayoría de casos sin la esperanza de que al llegar a el hogar de la madre va recibir remuneración por su trabajo, pero al recibir el llamado solo piensan en  empacar sus plantas y un estetoscopio de madera que al acercarlo al vientre de la madre se puede escuchar el latido del corazón del bebé que pronto nacerá  y ayudar con toda la sabiduría a la madre que va a dar a luz. Sin importar lo lindo que suena todo este proceso, hay aspectos que lo interrumpen sin consideración alguna.  

Durante siglos de represión, persecución y diabolización de las creencias, los rituales y de las ceremonias de origen africano a amerindio por los representantes de la iglesia católica, española, primero, y republicana, después, habrían descompuesto sus formas culturales y habrían favorecido su disolución  en los cultos a los santos católicos. (Michel Aquir)

La iglesia católica desde la colonización española ha estado interviniendo en las tradiciones culturales de las comunidades negras imponiendo su credo y deteriorando de forma arbitraria sus tradiciones  invisibilizando  la identidad afrocolombiana  implantando relaciones de poder sobre estos, que en este tiempo no son tan notorias como antes pero aún están vigentes y tomando fuerza, una de las luchas de Asoparupa (Asociación de parteras unidas del pacifico ) está  basada en tumbar todas las hipótesis generadas desde la iglesia católica con el fin de diabolizar  dichas  prácticas.

“se ha llegado al caso de botar o quemar las hierbas medicinales y las estampas (de san Ramón Nonato, patrono católico de las embarazadas) porque confunden eso con algo demoniaco” dice  una de ellas, de Mosquera Nariño la cual  cuenta a los pastores que lo que hace no tiene nada que ver con brujería (Bohórquez) lastimosamente el esfuerzo de la iglesia ha dado muchos frutos un ejemplo claro:

En Quinamayó, una partera que durante medio siglo ayudó en casi todos los nacimientos que se produjeron en este corregimiento de Jamundí, Valle, decidió retirarse cuando se convirtió al protestantismo. Y se mantuvo apartada de la partería hasta su muerte, a los 88 años, en el 2013. De casos similares se escucha por todo el litoral. Lo más preocupante no es que se retiren, sino que no les transmiten sus saberes a las hijas o a las nietas, por lo cual la tradición se pone en riesgo, lamenta otra partera. (Bohórquez)

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