DEL CANTO AL NARCO

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n las últimas semanas de agosto, Julión Álvarez ha vivido los peores momentos de su vida a raíz de los señalamientos del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, dicha institución vincula al cantante junto con otros 22 mexicanos por ser prestanombres para un grupo criminal del narcotráfico encabezado por Raúl Flores Hernández. Lo anterior ha desatado un declive en su credibilidad como un “ejemplo a seguir para la juventud”, en palabras del presidente de la República, Enrique Peña Nieto. En un lapso de 15 días las producciones digitales del artista como son canciones y videoclips, fueron dadas de baja de Youtube y Spotify, aunado a la cancelación de contratos con empresas norteamericanas, la congelación de sus cuentas en México por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el cierre de su página web y su inmediata suspensión como juez del programa mexicano La Voz Kids.

Como era de suponerse la noticia no tardó en generar polémica entre el gremio artístico y uno de ellos en pronunciarse, el actor Damián Alcázar, indicó que este evento es un mero distractor comparado con asuntos de mayor importancia en el país. A partir de esto se debe considerar lo siguiente: sí la noticia no incluyera a Julión Álvarez y se limitara a los demás sospechosos, el alcance de la peripecia no habría conseguido la envergadura y el impacto recibido en las fechas recientes.

El artista terminó por formar parte de un listado de celebridades que desafortunadamente son ligados bajo indagaciones dudosas al crimen organizado, como sucedió con la actriz Kate del Castillo y Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.

Pese a la implicación política y jurídica, las dimensiones del acontecimiento han sido tratadas como un espectáculo mediático que trastornó la imagen del cantante en una figura controversial por segunda ocasión, porque la primera vez realizó comentarios hacia las mujeres con connotaciones machistas, donde sus efectos se vieron mermados por los medios de comunicación y la escasa concientización de las masas del país, por lo tanto, tan pronto como surgió el eco de sus aseveraciones premeditadas, se disiparon como una bala perdida.[pic 6][pic 7]

Y como aquella bala que emigró a un punto lejano sin retorno, sin pensarlo,  devino desde las sombras para penetrarse en la vida del intérprete chiapaneco. Es claro que no hay marcha atrás, la trayectoria del cantante ha quedado marcada tras su presunto vínculo con el narco. Este es uno de los casos que refleja la magnitud de como en un solo día la fama y el prestigio se quebranta para toda la vida.

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