DISCRIMINACIÓN Y PANDEMIA

DISCRIMINACIÓN Y PANDEMIA

La pandemia que se vive en la actualidad a causa de un enemigo invisible llamado Covid 19, es sin duda una de las más grandes en todos los sentidos, sin dejar de lado por supuesto las muertes que dejó la peste negra o viruela, pero cuando menciono la más grande me refiero a que nos afectó no solo económicamente si no como sociedad. A raíz de ella surgieron muchos cambios, surgió un país solidario y a la vez no.

Cuando el presidente Vizcarra implantó como medida el aislamiento obligatorio para poder mantener en línea horizontal los contagios, como era de esperarse muchas personas incumplían, algunos por necesidad y otros porque simplemente no se adaptaban o no se veían dentro de este cambio, y esto fue un pésimo error. Sin embargo, muchas de las medidas tampoco fueron muy bien o correctamente tomadas, el fin de una medida es implantarla y acatarla sin perjudicar a nadie, pues en nuestro Perú no fue así. Por ejemplo, muchas empresas discriminaron de la peor manera a las personas por su edad, sobrepeso y enfermedades crónicas, el Estado claramente indicó que eran personas de alto riesgo y no hay duda, pero que de alguna u otra forma no perderían su empleo. Bueno, esto no les importó a las empresas privadas y muchos fueron expulsados de ellas sin goce de haber, sin licencias, sin sueldo y sin utilidades.

El país supo actuar frente a esta pandemia, nadie puede decir que no, porque seguramente la crisis sería más catastrófica. Aunque no podemos dejar de lado el actuar tan bajo de algunos gobernadores que solo se aprovechan de la situación, por ejemplo, el Gobierno designó cierto presupuesto para que cada municipalidad y región pueda hacer la compra de canastas básicas para ayudar a lo más vulnerables, pero como siempre la mitad de lo que sustentaban iba a sus bolsillos. Esto no solo dejó sin comer a las familias más pobres (otra discriminación), si no que generó la desconfianza de la población sobre la real solidaridad del país.

Justos pagan por pecadores, así es, sin suda una frase que repercute a lo largo de esta pandemia, porque no solo hablamos de la falta de solidaridad que brinda algunas personas con poder, si no de ese individuo que salió de su casa sin pensar en su familia, sin pensar en el vecino o en aquella persona que solo sale a hacer sus compras para poder comer toda una semana. Que injusto es ser ese 1% de la población que realmente está aprovechando la cuarentena para cuidarse y proteger a los suyos y sobre todo que injusto que sigan viendo al Covid 19 como una cortina de humo.

Finalmente, puedo decir que este virus antes desconocido, logró y logrará un cambio radical en las sociedades porque nos está dejando muchas lecciones y reflexiones sobre la vida y sobre cómo tenemos que vivirla de ahora en adelante. Como dice el artículo de la Dra. Mariella Villasante en “La solidaridad en tiempos de coronavirus: el caso del Perú”,

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