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DISTINCIÓN ENTRE BELLAS ARTES Y ARTESANÍA


Enviado por   •  6 de Febrero de 2019  •  Tarea  •  2.378 Palabras (10 Páginas)  •  170 Visitas

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Lista de ilustraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 La gran división . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Palabras e instituciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 PRIMERA PARTE ANTES DE LA DISTINCIÓN ENTRE BELLAS ARTES Y ARTESANÍA Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 1. Los griegos no tenían una palabra para arte . . . . . . . . . . 45 Arte, techné, ars . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 El artesano/artista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Belleza y función . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 2. La navaja del Aquinate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 De las artes «serviles» a las artes «mecánicas» . . . . . . . . . . 57 Artífices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 La idea de belleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 3. Miguel Ángel y Shakespeare: el despuntar del arte . . . . . . 67 El inicio de las artes liberales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 El cambio en la condición de los artesanos/artistas . . . . . . 71 Las cualidades ideales del artesano/artista . . . . . . . . . . . 81 Shakespeare, Jonson y «la Obra» . . . . . . . . . . . . . . . . 83 ¿Una proto-estética? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 4. La alegoría de Artemisia: el arte en transición . . . . . . . . . 95 7 LA INVENCION 01 13/5/10 11:26 Página 7 La persistente lucha del artesano/artista por elevar su propia condición social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 La imagen del artesano/artista . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Hacia la categoría de las bellas artes . . . . . . . . . . . . . . 107 El papel del gusto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 SEGUNDA PARTE EL ARTE DIVIDIDO Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 5. Artes bien educadas para las clases bien educadas . . . . . . 123 Música, festivales y museos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 El colapso del mecenazgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236 Los festivales revolucionarios . . . . . . . . . . . . . . . . . 238 La música revolucionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243 La Revolución y el Museo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 CUARTA PARTE LA APOTEOSIS DEL ARTE Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 10. El arte como revelación redentora . . . . . . . . . . . . . . 259 El arte se convierte en un dominio independiente . . . . . . 259 La elevación espiritual del arte . . . . . . . . . . . . . . . . 265 11. El artista: una llamada sagrada . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 La imagen exaltada del artista . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 El descenso del artesano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 12. Silencios: el triunfo de lo estético . . . . . . . . . . . . . . . 291 El aprendizaje de la actitud estética . . . . . . . . . . . . . . 292 El ascenso de la estética y el declive de la belleza . . . . . . 299 El problema del arte arte y la sociedad . . . . . . . . . . . . 302 QUINTA PARTE MÁS ALLÁ DE LAS BELLAS ARTES Y LA ARTESANÍA Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307 13. Asimilación y resistencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 La asimilación de la fotografía . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 Variedades de la resistencia: Emerson, Marx, Ruskin, Morris 319 El Movimiento de las Artes y Oficios . . . . . . . . . . . . . 325 14. Modernidad, Anti-Arte y Bauhaus . . . . . . . . . . . . . . . 335 La modernidad y la pureza . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 El caso de la fotografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341 Anti-Arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344 La Bauhaus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 Tres filósofos-críticos sobre la división del arte . . . . . . . 355 La modernidad y el formalismo triunfantes . . . . . . . . . . 360 9 LA INVENCION 01 13/5/10 11:26 Página 9 15. ¿Más allá del arte y de la artesanía? . . . . . . . . . . . . . . 363 Arte «primitivo» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 364 La artesanía como arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371 La arquitectura como arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377 El auge de la fotografía como arte . . . . . . . . . . . . . . 381 ¿La «muerte de la literatura»? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384 Arte de masas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386 Arte y vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 390 Arte público . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399 Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 Índíce analítico y de nombres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 445 10 LA INVENCION 01 13/5/10 11:26 Página 10 PRIMERA PARTE ANTES DE LA DISTINCIÓN ENTRE BELLAS ARTES Y ARTESANÍA PRESENTACIÓN Resulta reconfortante pensar que en el pasado los individuos eran «como nosotros» y considerar la Ilíada de Homero, la Capilla Sixtina de Miguel Ángel o La pasión según San Mateo de Bach como obras de arte en el sentido moderno. En los siguientes capítulos se mostrará hasta qué punto esta práctica puede inducir a confusión, pese a que a menudo es reforzada por las opiniones populares y las antologías. Quiero mostrar cómo los relatos y las exposiciones imbuidas de espíritu moderno pueden resultar distorsionadoras pero también quiero hacer justicia al elemento de verdad que contienen. Es verdad que en el pasado podemos encontrar elementos dispersos que se asemejan mucho a los ideales modernos relacionados con la práctica de las bellas artes. Pero es falso pretender que estas semejanzas basten para negar las enormes diferencias que separan el punto de vista antiguo del moderno y crear la ilusión de que la moderna idea del arte siempre ha estado entre nosotros. Como es obvio, el pasado lleva al presente por muchos pequeños pasos, pero hay puntos en los que los cambios graduales finalmente dan lugar a giros y transformaciones rápidas que afectan a unas pocas generaciones. No se trata de que encontremos o no comentarios en Platón o gestos en Donatello que nos recuerdan el espíritu moderno sino más bien de cómo y cuándo el antiguo sistema del arte/artesanía —complejo e integrado, compuesto por prácticas e instituciones— fue sustituido por un sistema nuevo en el que se distinguía a las bellas artes de la artesanía. Para mostrar cuán decisiva fue la ruptura producida en el siglo XVIII los capítulos siguientes se concentrarán en analizar las diferencias radi41 LA INVENCION 01 13/5/10 11:26 Página 41 cales que nos separan de la concepción y organización dominantes de las artes desde la Antigua Grecia hasta mediados del siglo XVII: los capítulos 1 y 2 muestran que durante más de mil años la cultura occidental careció de un concepto para designar el arte bello, vio al artesano/artista más como un hacedor que como un creador y, por lo general, trató las estatuas, los poemas y las obras musicales como elementos que sirven a propósitos particulares más que como objetos que valen por ellos mismos. En el mundo antiguo o en el medievo no había ni arte bello ni artesanía sino tan sólo artes. Asimismo, tampoco había «artistas» o «artesanos» sino únicamente artesanos/artistas cuya labor hacía tributo a la habilidad y la imaginación, a la tradición y la invención. Tampoco hubo nada semejante a una ruptura abrupta entre la Edad Media y el Renacimiento, como alguna vez se pensó. En el capítulo 3 exploro algunos signos tempranos de la idea moderna de arte bello en el Renacimiento tales como el ascenso en la condición y en la imagen pública de los pintores y los escultores o el nuevo énfasis puesto en el ideal de una obra literaria permanente. Pero también muestro que las artes y sus practicantes en el Renacimiento seguían operando con el sistema del mecenazgo/patronazgo, según el cual las obras estaban dedicadas a un público, un lugar o una función específicas, tanto si se trataba de las pinturas de Rafael o de las piezas teatrales de Shakespeare. Durante el siglo XVI aparecen muchas nuevas prácticas (las biografías de artistas, los autorretratos), algunas instituciones nuevas (las academias de arte), y atisbos de nuevas relaciones de producción (unos pocos coleccionistas y mercados de arte). Sin embargo, el viejo modo de concebir y organizar las artes seguía siendo dominante. El capítulo 4 explora ese período crucial en la transición hacia el moderno sistema del arte que es el siglo XVII. Aunque la condición de los pintores y los escultores seguía siendo objeto de debate en la mayor parte de Europa durante el siglo XVII, los escritores gozaron en esta época del nuevo prestigio que les otorgaban los estados monárquicos, de tal modo que comenzó a emerger la moderna categoría de literatura. Al mismo tiempo, el ascenso de la ciencia y el posterior desarrollo

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