De La Dictadura A La Democracia
Enviado por nosoychicharito • 26 de Octubre de 2012 • 11.075 Palabras (45 Páginas) • 600 Visitas
Hay unas cuantas ásperas realidades con respecto a esa
confianza en la intervención extranjera que habría que destacar aquí.
• Con frecuencia los estados extranjeros tolerarán, o ayudarán
inclusive, a la dictadura a fin de avanzar sus propios intereses
económicos o políticos.
• Los estados extranjeros podrían estar dispuestos a vender
al pueblo oprimido a cambio de otros objetivos, en lugar
de mantener las promesas que le hicieran de ayudarlo en
su liberación.
• Algunos estados extranjeros actuarán contra la dictadura, pero
sólo a fin de ganar para sí mismos el control económico, político
y militar del país.
• Los estados extranjeros podrían involucrarse activamente para
fines positivos sólo cuando hubiere un movimiento interno
que ya haya comenzado a sacudir la dictadura y logrado que
la atención internacional se enfoque sobre la índole brutal del
gobierno.
Por lo general, la causa principal que explica la existencia de las
dictaduras es la distribución interna del poder que existe en el país.
La población y la sociedad son demasiado débiles para causarle un
problema a la dictadura; la riqueza y el poder están concentrados
en muy pocas manos. Aunque las acciones internacionales
pueden beneficiar, o de alguna manera debilitar a las dictaduras, la
continuación de éstas depende primordialmente de factores internos.
Sin embargo, las presiones internacionales pueden ser muy
útiles cuando apoyan un poderoso movimiento de resistencia
interna. Entonces, por ejemplo, el boicot económico internacional,
los embargos, la ruptura de relaciones diplomáticas, la expulsión del
gobierno de organizaciones internacionales, la condena del mismo
por alguno de los cuerpos de las Naciones Unidas y otros pasos
semejantes, pueden contribuir grandemente. A pesar de todo,si no
existe un fuerte movimiento de resistencia interna, tales acciones por
parte de otros es poco probable que se den.
Encarando la dura verdad
La conclusión es dura. Cuando se quiere echar abajo una dictadura
con la mayor efectividad y al menor costo, hay que emprender estas
cuatro tareas:
• Se debe fortalecer a la población oprimida en su determinación de
luchar, en la confianza en sí misma y en sus aptitudes para resistir;
• Se debe fortalecer a los grupos sociales e instituciones
independientes del pueblo oprimido;
• Se debe crear una poderosa fuerza de resistencia interna; y
• Se debe desarrollar un amplio y concienzudo plan estratégico
global para la liberación, y ejecutarlo con destreza.
Una lucha de liberación es un tiempo en que el grupo que lucha
adquiere confianza en sí mismo y se fortalece internamente. Charles
Stewart Parnell, durante la campaña de huelga de los rentatarios en
Irlanda, 1879—1880, dijo:
No vale la pena confiar en el gobierno... Debéis confiar sólo en
vuestra propia determinación... Ayudaos a vosotros mismos apoyándoos
los unos a los otros… Fortaleced a los más débiles de entre vosotros...
Agrupaos y organizaos... y ganaréis...
Cuando hayais madurado las condiciones para que este asunto se
resuelva, entonces—y nunca antes de ese momento—se resolverá.4
Confrontada con una fuerza firme y confiada en sí misma, con una
estrategia concienzuda y de genuina solidez, la dictadura eventualmente
se desmoronará. Estos cuatro requisitos tendrán que ser de algún modo
satisfechos siquiera en un mínimo nivel.
Como lo indican estos argumentos, el liberarse de las dictaduras, en
última instancia, depende de la capacidad que la gente tenga de liberarse
a sí misma. Los casos antes mencionados en que el desafío político—o
la lucha noviolenta con fines políticos—ha tenido éxito, sugieren que sí
existen los medios para que la población se libere a sí misma, pero esta
opción no se ha ejercido plenamente. Examinaremos en detalle esta
alternativa en los próximos capítulos. Pero antes debemos contemplar el
tema de las negociaciones como medio para desmantelar las dictaduras.
4 Patrick Sarsfield O’Hegarty, A History of Ireland Under the Union, 1880-1922 (Una
Historia de Irlanda Bajo la Unión, 1880-1922) London: Methuen, 1952), pp. 490-491.
8 Gene Sharp
Dos
Los Peligros de las Negociaciones
Algunas personas, cuando tienen que enfrentarse a los severos
problemas de combatir una dictadura, se echan para atrás, y caen
en una sumisión pasiva (como lo vimos en el Capítulo Uno). Otras,
como no ven posibilidad alguna de alcanzar la democracia, pueden
llegar a la conclusión de que deben buscar un arreglo con la dictadura,
con la esperanza de que mediante la “conciliación”, el “compromiso”
y las “negociaciones”, podrán atraer a algunos elementos positivos
y acabar con las brutalidades. Superficialmente, por carencia de
opciones más realistas, esta manera de pensar es atrayente.
Una pelea seria contra las dictaduras brutales no es una
perspectiva agradable. ¿Por qué hay que recorrer ese camino? ¿No
pueden todos ser razonables y encontrar maneras de hablar, de
negociar la forma de terminar gradualmente con la dictadura? ¿No
pueden los demócratas apelar al sentido común y de humanidad
de los dictadores, y convencerlos de que deben reducir su dominio
poco a poco, y quizás finalmente ceder por completo para que se
establezca una democracia?
A veces se argumenta que la verdad no está toda de un lado.
Quién sabe si los demócratas no han comprendido a los dictadores,
que acaso obraron con buenas intenciones y en circunstancias
difíciles. Quizá algunos piensen que los dictadores gustosamente se
separarían de la difícil situación que vive el país, si se les estimulara
o se les tentara a ello. Podría argumentarse que a los dictadores
se les debería ofrecer una solución por medio de la cual todo el
mundo saliera ganando. Los riesgos y dolores de proseguir la lucha
podrían ser innecesarios—se puede argumentar—si la oposición
democrática sólo desea terminar el conflicto pacíficamente por medio
de negociaciones (que podrían quizás contar con la ayuda de algunos
especialistas o hasta de otro gobierno). ¿No sería eso preferible
...