Decreto de Ley en materia tributaria

Antecedentes

De acuerdo al diccionario de la Lengua Española refiere "decreto Ley" es la disposición de carácter legislativo, que sin ser sometida al órgano o cámara adecuada se promulga por el Poder Ejecutivo, en virtud de alguna excepción circunstancial o permanente, previamente determinada.

El decreto Ley es una fuente normativa que aparece habitualmente recogida dentro del artículo de los textos constitucionales, aunque no siempre utilizando esta denominación, ya que es frecuente acudir a términos como decreto de urgencia, decreto de emergencia, decreto legislativo e incluso no asignar denominación alguna como hace el actual artículo 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Tampoco puede decirse que una vez identificado el término empleado los contornos de a figura sean idénticos, de hecho mostramos serias dudas en calificar al instrumento legislativo regulado en el artículo 29 de la Constitución como autentico decreto ley.

Esta circunstancia no implica que el decreto Ley no se consideré como una fuente más del derecho. Debido a que representa el ejercicio de funciones legislativas por parte del Ejecutivo, su particularidad fundamental en materia tributaria, como señalan en relieve E. González García y E. Lejeune Valcárcel, radica en que, para evitar el uso abusivo de esta figura para regular la materia tributaria se ha producido una clara tendencia en la doctrina y la jurisprudencia a otorgarle a "la proliferación del decreto-Ley como un instrumento ordenador del derecho tributario.

Sin duda alguna nos encontramos ante una fuente del derecho muy particular puesto que se trata de un acto normativo con Ley pero que a diferencia de la ley ordinaria, no se dicta por el Poder Legislativo sino por el Ejecutivo. La facultad de dictar decretos-Ley constituye indudablemente una distorsión en el reparto de competencias entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, ya que, como acabamos de decir, el decreto-Ley tiene fuerza de ley, y dictar leyes es competencia exclusiva del Poder Legislativo, al carecer el Ejecutivo de potestad legislativa. Sin embargo no significa que la intervención del Poder Legislativo quede absolutamente relegada, sino que por el contrario, tiene un papel protagonista en la vida del decreto-Ley, el cual consiste en una actuación de convalidación en los términos previstos de los textos constitucionales. Incluso aunque no se haga mención expresa de dicha convalidación, la necesidad de la misma también se ha llegado a defender por D. Jarach, en los siguientes términos: “participo de la opinión tradicional de la Corte que admite que por razones de hecho, el gobierno ejerce el Poder Legislativo y por tanto, el poder tributario. Evidentemente, este es un ejercicio excepcional y en virtud de circunstancias de emergencia que casi hacen volver la situación jurídica a la situación de fuerza y que se justifica por su propia existencia; pero que, una vez terminada la urgencia y la situación de hecho, el gobierno no puede extralimitarse ni puede considerarse como leyes los que fueron actos de un gobierno de hecho”. Mi opinión es que debe mantenerse el principio de la ratificación del Congreso.

La existencia de la figura de decreto-Ley es uno de los puntos centrales en la discusión sobre los límites y alcances en derecho tributario, ya que la doctrina que sostiene que toda la materia tributaria podrá

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