Del Desprecio Hacia Los Jugadores

Ayer nos informaban de la noticia todos los periódicos nacionales: Diego Costa renuncia a Brasil y “ficha” por España. Alegría para todos los miles o millones de españoles que lo llevaban pidiendo hace tiempo para la selección.

Pudimos escuchar las declaraciones sobreactuadas de Felipe Scolari, seleccionador brasileño: “Un jugador brasileño que se recusa a vestir la camiseta de la selección brasileña y a disputar una Copa del Mundo en su país sólo puede estar automáticamente desconvocado”. “Él le está dando la espalda a un sueño de millones, el de representar a nuestra selección pentacampeona en una Copa del Mundo en Brasil”.

Pero, los españoles en realidad ¿qué saben de Diego Costa?

Costa nació en el municipio de Lagarto (Brasil) hace 25 años. Empezó a jugar al deporte rey en las deterioradas pistas de los barrios marginales de Sao Paulo y hasta los 12 años, no ingresó de manera federada en ningún equipo. En 2007 el Atlético de Madrid vio potencial en este joven delantero y lo fichó de la cantera del Sporting de Braga (donde había llegado desde Brasil), cediéndolo más adelante al Celta de Vigo, Albacete Balompié, Real Valladolid y Rayo Vallecano. Muchos le empezamos a seguir la pista en el Albacete Balompié, estaba empezando a gestarse el jugadorazo que hoy podemos ver. Aún puedo recordar la expresión del comentarista de CMTV cada vez que retransmitían un partido del Albacete Balompié y Costa cogía el balón: “Curro Romero, solo contra el mundo”. Agachaba la cabeza, y corría el solo para delante sin ayuda de nadie cual gacela.

En este tiempo ya tenía bien labrada su fama de “guarro” y “cerdo”. Si, la tenía, parece que últimamente, hasta los madridistas lo han olvidado.

Costa lleva siendo criticado y menospreciado muchos años por buena parte de los españoles, tanto en su paso por segunda división como por primera, para muchos era un delantero “gitano”, sucio y sin habilidad. Un delantero mediocre. Nadie se daba cuenta del otro trabajo que él hacía, el trabajo sucio y el valor de dicho trabajo. Costa siempre ha sido un gladiador, defendiendo con uñas y dientes el equipo por el que le ha tocado jugar, no con habilidad y técnica, algo de lo que carece, pero sí con garra y pasión, algo de lo que muchos otros jugadores escasean.

Este chico, en palabras de varios entrenadores y defensas que han tenido que vérselas con él es el delantero al que nunca te quieres enfrentar pero que a todo el mundo le gustaría tener en su equipo.

Ahora alabado, siempre criticado. Costa, cállales la boca.

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