Delicuencia Juvenil Una introducción histórica sobre la delincuencia

Borrar este encabezado: el ensayo se encuentra estructurado de la siguiente manera: 1. Una introducción histórica sobre la delincuencia. 2. Un desarrollo del tema a tratar en la actualidad. 3. Una opinión personal sobre el asunto tratado. Estos tres ítems, se encuentran separados por un doble espacio entre párrafos (doble enter)

Delincuencia juvenil

A lo largo de nuestra historia como humanidad, se han tenido que buscar estrategias para contrarrestar el mal proceder de algunas personas, que al no seguir normas, hacen de la convivencia, una carga pesada para la sociedad. Se conoce en la actualidad, gracias al trabajo arqueológico, al haber encontrado ciertos escritos mesopotámicos, que ya en el año 1 728 antes de Cristo, existió un escrito, recibido por el rey Hammurabi de manos de los Dioses, que dictaba las leyes de la conducta de las personas, sin tener en cuenta la rama civil o penal, es decir, unas leyes divinas que no necesitaban agentes externos que las hiciera cumplir, pues todos sabían que venían de los Dioses y había que respetarlas.

Era obvio pues, que cualquiera que se atreviera a desobedecer dichas leyes, recibiría un castigo. Por ejemplo, en una de sus líneas, dicta que si dos personas están implicadas en una riña callejera, quien hiriese a su oponente, debería jurar no haberlo hecho a propósito y pagaría su médico. Hoy en día, tenemos eco de esta ley, pues se considera un delito doloso, aquel hecho cometido con consciencia, en los que el autor quiso hacer lo que  hizo; mientras que los delitos culposos son aquellas faltas que se cometen al no cumplir o respetar las leyes, como por ejemplo un accidente de tránsito por pasarse un semáforo en rojo. Esta ley es tal y como la hicieron nuestros antepasados.

En 2014, se publicó un artículo en la revista semana, redactado por el señor Uriel Ortiz Soto, en el que cuestionaba, la influencia tan baja de las autoridades en cuanto al manejo de las medidas preventivas en nuestra sociedad. Analiza el autor que la delincuencia juvenil debe ser atacada desde varios ángulos, así que propone los hogares de los colombianos, los sitios de residencia y las instituciones educativas.

Critica también,  la ley 1098 de 2006, ya que dice haber quedado como letra muerta, no obstante los abultados presupuestos que se le inyectaron para dar su cumplimiento; ya que considera que los sitios encargados de rehabilitar a esta población juvenil, no son efectivos. Para el año 2014, habían 160 000 jóvenes vinculados a diferentes procesos penales, pero sin “ninguna garantía para que en el día de mañana salgan a reintegrarse a la sociedad y a desarrollar un proyecto de vida, que les permita continuar vinculados a la sociedad a la cual pertenecen”.

Vemos que a lo largo de la historia, en menor o en mayor medida, la humanidad se ha tenido que cuestionar sobre cómo resolver problemas de orden civil. En la actualidad, nuestra sociedad es verdaderamente un fracaso, desde el punto de vista social, ya que, como escribiera Eduardo Galeano, nuestra sociedad tiene unos graves y profundos vicios que impiden que el colectivo, cambie o tenga oportunidades. Es como lo argumentó Jung, un inconsciente colectivo, en el que todos vivimos dormidos y del que es muy difícil despertar.

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