Desarrollo De Las Pymes En Republica Dominicana
Enviado por missroa • 6 de Julio de 2014 • 1.453 Palabras (6 Páginas) • 573 Visitas
El futuro de las PyMEs en República Dominicana
En los últimos años se observa un progresivo incremento en el uso por parte de las empresas de aplicaciones derivadas de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Este proceso crea una relación de dependencia entre el aprovechamiento de las ventajas derivadas de esas aplicaciones y la competitividad empresarial. Además, surgen nuevos conceptos de empresa que requieren formas organizativas distintas y se producen transformaciones en las funciones de aprovisionamiento y de comercialización de los productos.
El modelo de empresa del futuro se caracterizará por un uso intensivo de estas tecnologías, por una mano de obra muy cualificada y con mentalidad de cambio permanente, estructuras organizativas flexibles, colaboración con otras empresas para conseguir objetivos comunes y con una orientación de toda la organización hacia la calidad y el servicio al cliente. En España existen cerca de dos millones y medio de empresas, de las cuales el setenta por ciento corresponde a empresas individuales constituidas por autónomos, el 95% con una plantilla inferior a diez trabajadores y sólo el 0,7% del total de empresas tienen más de cincuenta empleados.
Por este motivo, uno de los principales motores de la economía española tiene que estar relacionado con el buen funcionamiento del colectivo de PYME, que sepa aprovechar la flexibilidad que le proporciona su menor tamaño para adaptarse de forma rápida a entornos y mercados cambiantes y que además pueda sacar provecho de las oportunidades que surgen del empleo de aplicaciones de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
En la actualidad, algunos de los problemas que una PYME presenta, o algunas de las debilidades que afectan a su capacidad y en ambos casos frente a los procesos de internacionalización de actividades y de globalización de mercados son:
•Una operativa demasiado vinculada a sectores especializados y sobre los que hay una gran experiencia. Pero con enormes dificultades para acceder a otros sectores que pueden contener ocasiones nuevas de éxito. A veces la especialización no exime de estar ávidos por incrementar nuestra cartera de servicios y oportunidades.
•Búsqueda incansable de resultados a corto, sin prestar atención a los planes de estrategia a futuro o largo plazo. En muchos casos y debido a los condicionantes de tesorería o compromisos de pago, las PYMES no pueden atender con comodidad a un análisis relajado de las opciones estratégicas de futuro y plantear inversiones encaminadas a esos objetivos a largo.
•Recursos muy limitados, tanto humanos como técnicos o económicos. Escaso apoyo por parte de entidades financieras en procesos de innovación. Las entidades de crédito asfixian o imposibilitan a las pequeñas empresas acceder a vías de financiación sin excesos de garantía o aval. Asimismo, y ya de por sí, la capacidad de inversión de las PYMES está limitadísima.
•Baja cualificación del personal directivo que escapa a empresas más grandes en busca de seguridad y nóminas más altas, yendo en detrimento del capital humano de la PYME. Los buenos directivos de las pequeñas empresas, a menudo son emprendedores, que encuentran la limitación del crecimiento en capital humano en sus tesorerías. En muchos casos ello les obliga a hacer de auténticos “hombres-orquesta” para sacar adelante un negocio, con el trabajo equivalente de 12 personas. Pero sin quitarles ningún mérito y brindándoles toda mi admiración, lo más probable es que se hagan muchas cosas mal, o no se llegue a todo, o el estrés los consuma, para finalmente acabar en un crecimiento más lento y costoso de lo que debiera.
•La toma de decisiones es a menudo fruto de la experiencia acumulada, e intuitiva. Falta reflexión, trabajo en equipo, análisis sectorial o estudios de mercado. El conocimiento y su gestión juegan un papel primordial hoy en día y no podemos relegarlo a meras “intuiciones” sin fundamentos analíticos. Con ello no le resto valor al “olfato” empresarial que poseen muchas personas, pero le doy más valor si además ese “olfato” se basa en una retahíla de premisas o escenarios previstos y analizados.
•Mala gestión del conocimiento. Las pequeñas empresas todavía desconocen y en gran número, que poseen un activo muy valioso: el conocimiento empresarial y por ello no saben aprovecharlo.
•Individualismo exacerbado que lleva a actuar en solitario sin compartir recursos y evitando la relación interempresarial. ¿Quién no conoce una empresa recelosa de cualquier “posible competencia”? Pero hay que saber que a veces, y guardando los secretos, se puede llegar a acuerdos de muchos tipos con empresas afines o totalmente distintas. Es
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