Desconstruccion Arquitectonica
Enviado por sells.ort • 5 de Mayo de 2020 • Reseña • 1.606 Palabras (7 Páginas) • 130 Visitas
DECONSTRUCCIÓN ARQUITECTÓNICA: UNA ELABORACIÓN ESTÉTICA DE LA CRISIS MODERNA.
Se trataría de la crisis de la representación también relacionada con la crisis del sujeto que presionará a la humanidad hacia al nihilismo existencial. Esta crisis afectaría a las humanidades en general y también a la arquitectura, provocando la llegada de los tiempos postmodernos, que traerán la marca de la contradicción, de lo híbrido y lo incierto.
Pese a toda desconfianza y de un evidente pesimismo por parte de algunos críticos de que esta arquitectura pudiera ser más un modismo estilístico, un «design» para el mercado, intentaré, por tanto, argumentar que la desconstrucción arquitectónica podría ser vista, entre otras cosas, también como un intento de rescate de lo humano.
Antes del siglo XX, la arquitectura que gozaba de prestigio era una suerte de reciclaje del pasado, a ejemplo del estilo victoriano y del Belle Époque. El «modulor» , invención de 1948, periodo de postguerra, surgió como prototipo áureo universal a ser aplicado, no solamente a una arquitectura internacional de producción en serie, sino también a mobiliarios urbanos, medios de transporte, publicaciones y utensilios diversos. La modernidad, con su carácter utópico, sin duda fue una importante etapa histórica en que la humanidad manifestó su gran capacidad de dominación de la naturaleza a través de la técnica y de la ciencia. El peligro, en este caso, estuvo acaso en transformar toda esta autonomía en mecanismo, es decir, en confundir la máquina con el propio ser humano exigiéndole una actitud, muchas veces, sobre-humana y ajena a su esencia. De cierto modo, los «ismos» del siglo XX, tuvieron esta predisposición en su deseo de conformarse como un modelo perdurable de un hacer histórico colectivo de perfección y progreso, dejando de lado el carácter inacabado y «matizado» de lo humano. En este sentido, la técnica extrema que, a menudo exige un grado de agudeza impensable en su asociación con el mercado capitalista, podría ser una de las grandes razones de la crisis del hombre moderno al fin del siglo XX, donde la humanidad descubre su incapacidad de ser perfecta.
Pero también, es una continuidad de la historia de la técnica, pues cada vez el hombre se hace más capaz de dominar la naturaleza. Por un lado, es altamente dependiente de la técnica, pero no quiere convertirse en modelo, pues se juzga un juego. Jameson, habla que la deconstrucción posee la noción de una cierta «ruptura revolucionaria» que podría bastarse sólo con la posibilidad de formar la idea de la misma posibilidad de la ruptura.
Así, la deconstrucción arquitectónica es sin duda una elaboración estética contradictoria, temporalmente ubicada en la postmodernidad, pero producto de la historia moderna, albergando en su intimidad la incertidumbre de los nuevos tiempos.
El concepto de deconstrucción fue acuñado por Jacques Derrida refiriéndose al cuestionamiento de la autoridad del sujeto . El término «deconstrucción» deriva de la «destrucción» heideggeriana , operación fundamental para el rescate de la esencia del «ser-ahí» , que Derrida transforma y introduce en el diálogo filosófico postmoderno, creando una nueva perspectiva reflexiva en contra del estructuralismo.
En la década de 1980, la deconstrucción permea las áreas de las humanidades, y fue en la arquitectura donde encontró uno de los terrenos más fértiles. La «Arquitectura Deconstruccionista» fue conocida en una exposición realizada por Philip Johnson y Mark Wigley en 1988, en el Museum of Modern Art de New York.
Derrida cuando hablaba de deconstrucción aplicado a la arquitectura, sugería que más que un juego de formas desestructuradas, «los discursos arquitectónicos no deberían estar subordinados a valores utilitarios, estéticos o incluso metafísicos o religiosos». Es así, como el filósofo propone liberar el signo arquitectónico de jerarquías que podrían estar limitando su real existencia. Por esta razón, la arquitectura deconstructivista se presenta, por citar un aspecto, sin ornamento como decoración, no pactando con el historicismo de la postmodernidad.
Difícil de imaginar una construcción que «intenta negar» su tradicional carácter constructivo o estructural , lo que nos hace especular que el proceso de deconstruir, en el caso arquitectónico,
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