Descripción Sobre La Habana
Enviado por eliza41 • 9 de Abril de 2015 • 555 Palabras (3 Páginas) • 193 Visitas
Una tarde del sábado mis amigos y yo decidimos dar un paseo por El Cristo de La Habana, majestuosa y colosal estatua y una de las más espectaculares esculturas de la artista Jilma Madera que se encuentra a la entrada del puerto de La Habana, entre la vetusta fortaleza de San Carlos de la Cabaña y el pueblo de Casablanca. Al llegar nos quedamos conmovidos con la preciosa vista del paisaje que acabábamos de presenciar. Todos decidimos mirar fijamente aquel panorama que solo nuestros ojos podían ver y como estudiantes de Psicología al fin, detallamos cada uno de los contrastes que desde aquella vista privilegiada se podían observar. La mirada se tornó rápidamente hacia el auténtico Capitolio de La Habana pues su preciosa cúpula llamaba la atención desde aquellas preciosas alturas. Ese gran monumento y patrimonio cultural de nuestra ciudad es poseedor de una vasta riqueza turística. También La Habana Vieja aclamaba la atención de nuestros ojos con solo mirarla nos contaba miles de historias de sus habitantes. Todo esto sin contar que existen numerosas edificaciones que resaltan a la vista tanto en el casco histórico habanero como en otros lugares cercanos a la calle 23, que a su vez es otro de los lugares que esconde innumerables vivencias del pueblo cubano; tal es el caso de los hoteles: Habana Libre, el Nacional, Riviera y Meliá Cohíba, entre otros. La Habana es un lugar mágico, único e inigualable y todos los que viven en ella saben disfrutar la vida a plenitud. Tanto sus habitantes como los que la visitan pueden ver una gran ambigüedad porque por un lado ven las manchas, edificios o calles rotas pero por otra se puede respirar un aire profundo de libertad, de valentía pero fundamentalmente de historia. La Habana esta colmada hasta en los más recónditos lugares de una eterna luz que te llena de pureza y que te hace amarla para el resto de tu vida. Los que viven en ella se dejan seducir por sus encantos: sus hermosos paisajes, sus excelentes arquitecturas, sus comidas y su gente y los que se fueron o ya no están por algún motivo, la añoran, porque en el fondo son nuestras raíces y están llenas de una profunda verdad. Desde El Cristo, La Habana tiene una mirada peculiar. Las olas del reconocidísimo malecón habanero se elevan con una gran fuerza que son capaces de traspasar el histórico muro. Si ese malecón hablara cuántas historias nos contaría de millones de amigos o enamorados que acuden noche tras noche a compartir y a contemplar este majestuoso mar. Quien no se ha parado enfrente a un enrejado o ante los magníficos vitrales de sus palacios, sus museos, quien no se ha fumado uno de sus espectaculares Habanos o Cohíba, quien no ha atravesado el misterioso Túnel de La Habana o quien no ha visitado el Floridita o la Bodeguita del Medio, entre otros. Solo podemos decir que La Habana es bella y una ladrona encantadora que te roba el corazón. Es la capital de los cubanos, la provincia más pequeña de la Isla
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