Desempleo Juvenil En México

Desempleo juvenil

Por: SALVADOR KALIFA

Miércoles 22 de nov, 2006

Por circunstancias diversas, que algunos atribuyen a la globalización y otros a la rigidez en los mercados laborales, en las décadas recientes se observa una tendencia al incremento en el desempleo mundial. Este problema es más crítico para la población joven, uno de los segmentos con mayor impacto por la falta de generación de más y mejores empleos.

México no es la excepción y la escasez de empleo es notable en los jóvenes con mayor preparación. Esto se refleja parcialmente en que, según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que publica el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, un 36.44 por ciento del total de la población desocupada en septiembre de 2006, correspondió a personas con instrucción media superior y superior, en tanto que en 2005 esa cifra era de 29.20 por ciento.

Un estudio reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas, titulado Tendencias mundiales del empleo juvenil, pone el tema en una perspectiva global y destaca algunos hechos relevantes. El segmento demográfico analizado es el de la fuerza de trabajo juvenil mundial, entre 15 y 24 años, que ascendió en 2005 a 657.2 millones de personas. Entre 1995 y 2005, los jóvenes desempleados en todo el mundo se incrementaron en casi 15 por ciento, pasando de 74 a 85 millones.

Adicionalmente, cerca de un cuarto del total mundial de 1.1 miles de millones de jóvenes, unas 300 millones de personas, viven por debajo de la línea de pobreza con ingresos inferiores a dos dólares por día. La OIT estima que para aprovechar al máximo el potencial de la juventud será preciso crear alrededor de 400 millones de empleos productivos que absorban a los jóvenes desempleados (85 millones), con empleo precario (309 millones) y jóvenes desalentados que, pudiendo trabajar, permanecen económicamente inactivos (20 millones).

De acuerdo al informe referido, la probabilidad de que un joven esté desempleado triplica a la de un adulto. Esto obedece, en parte, a que la población juvenil ha crecido entre 1995 y 2005 al 13.2 por ciento y la disponibilidad de empleo para este segmento sólo creció al 3.8 por ciento. La tasa de desempleo juvenil que había sido de 12.5 por ciento en 1995 se elevó a 13.5 por ciento en 2005, frente al 4.6 por ciento que alcanzó la tasa de desempleo adulto.

El estudio de la OIT no se pronuncia directamente sobre la relación entre el desempleo juvenil y la globalización o las rigideces en el mercado del trabajo en general. Sin embargo, el informe Haciendo Negocios 2006 del Banco Mundial (BM) destaca que las regulaciones rígidas del mercado laboral, comunes en varios países en desarrollo, inducen a los empleadores a actuar conservadoramente. Esto beneficia a algunos trabajadores, en su mayoría hombres con varios años de experiencia laboral, pero los jóvenes, las mujeres y los trabajadores con poca calificación usualmente se desaniman en la búsqueda de empleo, privándolos de la oportunidad de trabajar.

Como lo señala el informe del BM, los mercados laborales inflexibles inhiben la creación de puestos de trabajo y empujan a los trabajadores hacia el sector informal. De esta manera, lejos de proteger a los vulnerables, las regulaciones laborales rígidas los excluyen del mercado laboral. Sin embargo, los intentos de reformar las regulaciones laborales y de la seguridad social enfrentan una oposición muy fuerte de quienes argumentan que por la falta de protección social en los países en desarrollo, se necesitan reglas más rígidas para contratar y despedir trabajadores.

No obstante, la evidencia muestra que las regulaciones laborales rígidas no se reflejan en menores cargas impositivas asociadas a la cobertura de riesgos como los del desempleo, enfermedad o pensiones. Específicamente, no hay correlación entre el nivel de las contribuciones a la seguridad social, que son prácticamente universales, y el índice de rigidez laboral.

Entre las reformas que pueden darle mayor flexibilidad al mercado laboral, el BM destaca dos que en algunos países del mundo no han enfrentado tanta oposición: hacer más flexibles los horarios de trabajo y utilizar los contratos de aprendiz para estimular el empleo juvenil. Por su parte, Felipe Calderón propuso en campaña, y lo reiteró recientemente, que el gobierno absorba por un año el costo de las cuotas del seguro social de quienes son empleados por primera vez. A mi juicio, todas estas medidas podrían ayudar a paliar el desempleo juvenil, pero no son la solución completa del problema, la que sin duda requiere de cambios más profundos en las leyes laborales, particularmente en nuestro país.

Por otro lado, a pesar de que el Director General de la OIT, Juan Somavia, al presentar el estudio señaló que la incapacidad de las economías para crear empleos productivos está golpeando con fuerza a los jóvenes del mundo, orillándolos al desempleo, los datos indican que el dinamismo reciente de la economía mundial ha contribuido a que por lo menos no se agrave ese problema. Lo preocupante es que en el futuro cercano ese dinamismo ya no será tan favorable, lo que quizá tienda nuevamente a elevar el desempleo juvenil.

Por este motivo, será crucial que en México se enfrente pronto esta problemática, avanzando en dos frentes. Por un lado es necesario tratar de sostener el máximo posible del crecimiento económico para evitar una agudización del desempleo de los jóvenes y, por otro lado, que la administración de Felipe Calderón tenga la voluntad y osadía política necesarias para proponer una reforma laboral que flexibilice el mercado laboral, aún a costa de las presiones de los grupos de poder que siempre se oponen a ella.

http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/247291.desempleo-juvenil.html

Desempleo Juevenil

19 Septiembre, 2011 - 23:12

Francisco J. Nuñez

La tasa de desempleo de los jóvenes, normalmente, es mayor que la de otros grupos. Esto se deduce de una muestra de 36 países -los de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Brasil y Rusia-. En el 2010, el promedio ponderado en la OCDE fue de 16.7% en el grupo de 15 a 24 años de edad; de 7.5% en el de 25 a 54 años y de 6.1% en el de 55 a 64 años.

Como los mercados laborales tienen características distintas, las diferencias entre países son grandes.

Por ejemplo, la tasa de desempleo juvenil en Austria en 1994 fue de 5% y en España de 42.9 por ciento. En el 2007, las cifras correspondientes fueron 8.7 y

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