Despenalizacion De Las Drogas

INTRODUCCIÓN.

“Despenalizar las drogas”. Ese fue el planteamiento que hizo de forma inesperada para todo su gabinete de gobierno, partidarios y demás conciudadanos y gobernados, el Presidente Otto Pérez Molina, antes de concluir su primer mes de gobierno. El planteamiento sin embargo, no se sostenía sobre ninguna propuesta metodológica contundente, ni estudio previo alguno y pronto se volcó hacia el imaginario popular con las más opuestas opiniones y desconciertos. Rápidamente el Presidente aclaró, para calma relativa en la opinión pública, que el planteamiento no se hacía como una medida unilateral por tomar, sino más bien como una propuesta de diálogo entre todos los sectores:“Sabemos que es contradictorio, sabemos que tiene oposición de algunos, pero hay que hablar de la despenalización en el tema de la droga, esto es lo que nos va permitir sacar el tema a discusión, no es un tema solo de Guatemala, es de analizar de manera regional para que digan cuáles son las ventajas o desventajas”, declaró el Mandatario.

La expectativa causada alrededor del tema le brindó sin duda un cierto protagonismo a Otto Pérez Molina, quien de alguna manera hay quienes dicen que con esto el mandatario refresca un poco la imagen de punitivo que ante ante la comunidad internacional. El tema lo ha discutido ya con algunos otros Presidentes de la región y lo ha expuesto en Europa. Los mandatarios han tomado diferentes posturas y opiniones y se ha destacado la renuencia al asunto por parte del gobierno estadounidense, cuyo país es el consumidor número uno de drogas en el continente y el mundo.

Es sin duda una dirección que nadie o pocos esperarían de Otto Pérez Molina, quien se mostró totalmente renuente respecto al mismo tema durante su campaña electoral, y sobre todo en el debate presidenciable en que participó cuando el ahora Canciller, Harold Caballeros, abordó el tema como una medida para reducir la violencia territorial ocasionada por el narcotráfico.

El consumo y tráfico de drogas es sin duda uno de los problemas que con más crueldad azota nuestra región, con un largo rastro de violencia y sangre; porcentajes aterradores que alcanzan las 6000 muertes violentas por año, con un estimado del 80% de las mismas vinculadas al narcotráfico, no reflejan sino unas cifras indiferentes a la profundidad de la afectación en nuestras sociedades. Las abismales desigualdades sociales, con todos sus nocivos efectos sobre sus individuos, le brinda al negocio del narcotráfico el ambiente propicio en donde establecer su mercado; zona que antes era simplemente puente de paso se ha convertido paulatinamente en centro de consumo y de reclutamiento de carne de cañón del crimen organizado. La desintegración familiar o bien la falta de comunicación entre la familia y un distante sentido de identidad y sociedad, son factores que se suman a la problemática

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