Diplomacia digital

Diplomacia digital.

¿Qué es la diplomacia digital?

Las plataformas digitales como una herramienta que permite aumentar el alcance, así como segmentar y replicar el contenido de los mensajes con el objetivo de conectar con audiencias no solo domésticas, sino también (y sobre todo) las que están más allá de nuestras fronteras.

Permite proyectar de una manera más efectiva valores e intereses para ganar adeptos a las causas que se pregonan y se defienden. Estudiosos de la materia dicen que tener una fuerte presencia digital, le permite, además, a un país, pelear por encima de su categoría (to punch above your weight), lo cual puede ser un elemento muy importante para la consecución de los objetivos diplomáticos de dicho país.

Una estrategia digital integral puede contribuir a alcanzar al público objetivo de una manera directa, es decir, sin pasar por el filtro de los medios masivos de comunicación tradicionales y en tiempo real, identificar a los llamados influencers puede ayudar a replicar el mensaje, se puede incluir al público objetivo en la formulación de las políticas públicas y sobre todo, ser más transparentes ante la opinión pública.

Se tiene que hacer una aclaración en cuanto a la e-diplomacia, diplomacia digital, diplomacia cibernética, ciberdiplomacia, diplomacia pública 2.0, diplomacia virtual, diplomacia con un énfasis en la plataforma de microblogging Twitter, entre muchos otros, se debe entender como el uso del internet y el uso de las tecnologías de la información y comunicación para la consecución de objetivos diplomáticos. Sin embargo, no se debe perder de vista que a diferencia de muchos otros apellidos que se le han dado a la diplomacia a lo largo de la historia (diplomacia cultural, diplomacia científica, diplomacia cultural, diplomacia parlamentaria, etc.), la diplomacia digital no se refiere a un fin en sí misma, sino que se trata de una herramienta, un medio.

Por otro lado, se habla del fenómeno de la digitalización en diversos sectores  y actividades, incluida la esfera de la administración pública, sin embargo, estos términos no son sinónimos, es decir, la digitalización no es sinónimo de la e-diplomacia, esto debido a que la digitalización aplicada a la diplomacia en un sentido general puede referirse a un aspecto técnico de la adopción de tecnologías digitales por parte de los ministerios de relaciones exteriores, por ejemplo, para la emisión de pasaportes o para el otorgamiento de cualquier otro servicio o trámite. Por este motivo es más pertinente hablar de diplomacia pública digital ya que ésta se adscribe e inserta de forma correcta en el campo de la diplomacia pública. La diplomacia pública es el intento de un actor por gestionar el entorno internacional mediante el involucramiento o compromiso de un público o audiencia extranjera, esto de acuerdo con la definición de Nicholas J Cull.

En cuanto a un marco conceptual para entender la diplomacia digital, éste consta de cuatro dimensiones, se propone una primera dimensión funcional que se centra en el uso de herramientas digitales en la labor de la diplomacia pública; una segunda dimensión que es normativa, explora cómo los valores y normas de la sociedad digital inciden en la práctica de la diplomacia pública y las funciones de sus profesionales; una tercera dimensión analítica, que se relaciona con el uso de las tecnologías digitales para evaluar las actividades de diplomacia pública; dimensión institucional que tiene que ver con las herramientas digitales que van influyendo en los procedimientos de trabajo y toma de decisiones de las instituciones responsables de las actividades de diplomacia pública.

¿Cómo este fenómeno ha impactado en la diplomacia en términos de conductas y acciones? ¿Qué contrastes hay entre formas tradicionales de diplomacia vs las actuales?

En febrero del año pasado (es decir, 2019) se cumplió un cuarto de siglo del primer correo electrónico enviado por dos jefes de estado, este fue entre Bill Clinton y el primer ministro de Suecia Carl Bildt, en ese mensaje los dos jefes de gobierno hacen referencia al carácter transformador de las comunicaciones electrónicas, en particular del internet, además de sus efectos en el ámbito de la comunicación y la política.

Por lo que se refiere al primer intercambio de Twitts entre ministros de Relaciones exteriores, se cita el caso de mayo del 2011 cuando Carl Bildt habiendo agotado todos los medios para comunicarse con su homólogo saudí, Jaleel Al Khalifa, le envió un Twitt y el interpelado ministro saudí le respondió al día siguiente, es el primer Twitt entre dos cancilleres.

En las consecuencias que van más allá del ámbito digital hay un caso paradigmático, cuando se ventilaba en la Corte Interamericana de Justicia la demanda que presentó Bolivia contra Chile por una salida al mar, en sus alegatos orales, el equipo jurídico chileno citó un Twitt que había hecho el entonces presidente Evo Morales, algunos días antes en el que decía que “la región chilena de Antofagasta fue, es y será territorio boliviano”, es un ejemplo, del primer caso en que un mensaje digital de un primer mandatario trascendió el ámbito de la red social en que se publicó, en este caso Twitter; este fue utilizado en un alegato en el marco de un juicio ante un tribunal internacional

Las áreas de relaciones exteriores de diferentes países se han visto obligadas a hacer uso de las redes sociales. ¿Cuáles son algunos casos o ejemplos en los que el uso de las redes sociales por parte de los gobiernos ha sido efectivo en la transmisión del mensaje que estos querían hacer llegar a la población?

Esta es justamente una de las dimensiones del marco conceptual que el entrevistado propone para “desgranar” el término de diplomacia digital o e-diplomacia que tiene que ver con la dimensión institucional, es decir, cómo se adaptan las estructuras burocráticas de las cancillerías al uso de las plataformas digitales. En ese sentido, la incursión de los ministerios de exteriores en plataformas digitales se puede calificar como un proceso continuo de constante evolución, recalibración, a diferentes tiempos y valiéndose de diferentes enfoques. Hay países que incorporaron más temprano estas herramientas en sus esfuerzos de diplomacia pública y de comunicación, así lo destacan casos como EEUU, UK, Suecia, entre otros.

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