Discriminación

El Diccionario de la Lengua Española, publicado por la Real Academia Española de la Lengua, ofrece dos definiciones del verbo discriminar: 1. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra; 2. Dar trato de inferioridad, diferenciar a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etcétera.

En la primera acepción de esta definición en el diccionario, el verbo discriminar no contiene ningún sentido negativo o peyorativo; es equivalente solamente a separar, distinguir o escoger. En esta acepción, la discriminación no implica valoración o expresión de una opinión negativa.

La segunda acepción que el diccionario presenta tiene más un sentido social y político. En ésta, la discriminación implica un trato de inferioridad y diferenciación por motivos como la raza o la religión, y posee un sentido negativo que no se puede dejar de lado.

Entonces, discriminar es tratar a otro u otros como inferiores, y esto en razón de alguna característica que no resulta agradable para quien discrimina: el color de piel, la forma de pensar, el sexo, su discapacidad, etcétera.

El Artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, puede leerse lo siguiente:

Todos [los seres humanos] son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra la discriminación que infrinja esta declaración y contra toda provocación tal discriminación.

Dicho artículo señala que toda persona debe estar protegida contra toda discriminación que “infrinja” la propia Declaración, lo que quiere decir que no ser discriminado equivale a tener acceso a todos los derechos y libertades. Esto nos conduce a que también existe una definición técnica de este problema, que establece que “la discriminación puede ser definida como una conducta, culturalmente fundada, sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o un grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales. Este uso técnico contiene todas las variantes de los fenómenos discriminatorios, y que puede ponerse en la base de la acción social y política” Jesús Rodríguez Zepeda (2007).

Si solo nos quedamos con las definiciones lexicales (las propuestas por el diccionario), lo que sucede es que reducimos o minimizamos la gravedad de las prácticas discriminatorias, y al hacerlo, nos quedamos cortos al diseñar las acciones públicas que deberías combatirlas.

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