Discurso sobre igualdad de la mujer
Enviado por Alessandra Hernandez Tavara • 28 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.545 Palabras (7 Páginas) • 586 Visitas
Hernández Távara , Daniela Alessandra Administración |
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos...”
Las desigualdades entre el hombre y la mujer están muy arraigadas en las sociedades. Las mujeres estamos mal representadas en los Gobiernos, los Parlamentos y los consejos de administración de las empresas. Tampoco tenemos acceso a un trabajo decente, y nos enfrentamos a la segregación ocupacional y sufrimos diferencias por nuestro sexo. A veces también se nos niega el acceso a la educación básica y a los servicios de salud y, en todas las regiones del mundo, somos víctimas de la violencia y la discriminación.
Y hoy acudo a ustedes porque necesito su ayuda. Quiero sembrar la semilla de la igualdad y para lograrlo es preciso que todos participemos tanto hombres como mujeres, porque esto no empieza solo de nosotras sino principalmente de ustedes.
Busco mover a todos los que estamos hoy en esta aula, pero no solo como decir palabras al aire, sino algo que vaya más allá y llegue a nuestros corazones. Es un tema que nos compete a todos, y me es triste admitir que en pleno siglo XXI aún existen hombres que se creen superiores a nosotras, muchos de ustedes han dicho comentarios machistas, con o sin intención y es que esa creencia esta tan invisible en nosotros que a veces es fluye sin querer.
No se equivoquen yo no defiendo la superioridad de la mujer, defiendo la igualdad y cuando más hablamos sobre el feminismo más creen todos que esto consiste en una lucha en contra de los hombres. Si hay algo de lo que estoy segura es que esto no puede seguir así.
Para que conste, la definición de feminismo es: “La creencia de que los hombres y las mujeres deben tener derechos y oportunidades iguales. Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos”.
Y ojo que la definición es muy precisa, abarca todos los círculos de del desenvolvimiento social , pero centremos en la importancia de la utilización del término, por que nosotras merecemos contar con representantes dentro de esas esferas ,si lo que buscamos es la igualdad, simple y llanamente porque nuestra historia ya está marcada así, si desde el inicio de la civilización se hizo esa triste distinción, que es lo que nos diferencia, porque hemos de ser inferiores , por nuestro sexo, porque somos débiles, porque algún día seremos madres, porque no tenemos la misma capacidad intelectual o porque hemos sido víctimas de menosprecio durante siglos.
Ahora yo puedo estar aquí dando este discurso porque antes de mi hubieron miles de mujeres que lucharon por la misma causa, mujeres que no temieron enfrentarse por buscar justicia, así que me declaro feminista aunque corra riesgo de ser mal vista , aunque se burlen de mí porque el feminismo se ha vuelto una palabra poco popular u hasta satanizada .
Aparentemente me encuentro entre las filas de aquellas mujeres cuyas expresiones parecen demasiado fuertes, demasiado agresivas, que aíslan, son contrarias a los hombres y, por ello, no son atractivas.
¿Por qué resulta tan incómoda esta palabra?
Soy una peruana que considera que lo correcto es que como mujer se me pague lo mismo que a mis compañeros varones. Creo que está bien que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo. Creo que es correcto que haya mujeres que me representen en la elaboración de políticas y la toma de decisiones en mi país. Creo que socialmente se me debe tratar con el mismo respeto que a los hombres. Por desgracia, puedo afirmar que no hay ningún país del mundo en el que todas las mujeres puedan esperar que se les reconozcan estos derechos.
Por el momento, ningún país del mundo puede decir que ha alcanzado la igualdad de género.
La igualdad está reconocida en un declaración, pero aun es un anhelo que perseguimos , pero sé que soy una afortunada. Mi vida ha sido muy privilegiada porque mis padres no me quisieron menos por haber nacido mujer; mi escuela no me impuso límites por el hecho de ser niña. Mis profesores no asumieron que yo llegaría menos lejos porque algún día pueda tener una hija o un hijo. Estas personas son los embajadores de la igualdad de género que me permitieron ser quien soy hoy. Aunque no lo sepan ni lo hayan hecho voluntariamente, son las y los feministas que están cambiando el mundo hoy en día. Y necesitamos más personas como ellas y ellos.
Y si la palabra todavía resulta odiosa, piensen que lo importante no es la palabra sino la idea y la ambición que la respalda. Porque no todas las mujeres han gozado de los mismos derechos que yo. De hecho, las estadísticas demuestran que muy pocas los han tenido.
En 1995, Hilary Clinton pronunció en Beijing un famoso discurso sobre los derechos de la mujer. Me entristece ver que muchas de las cosas que quería cambiar todavía son realidad.
Lo que más me impresionó fue que sólo el 30 por ciento de su público eran hombres. ¿Cómo podemos cambiar el mundo si sólo la mitad de éste se siente invitado o bienvenido a participar en la conversación?
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