Drogas Ilícitas

La marihuana, cuyo nombre vulgar es cáñamo, científicamente denominada Cannabis Sativa, es originaria de Asia central. Conocida desde tiempos inmemoriales por griegos, romanos, germanos, celtas, árabes, hindúes, egipcios y por los españoles desde el siglo X; fue transportada desde África a México, el Caribe y Sur América en la época del comercio de esclavos y extendida desde hace algunos años por Norteamérica y Canadá.

Los términos cannabis y marihuana, entre muchos otros, hacen referencia a las sustancias psicoactivas que son consumidas de la planta Cannabis sativa con fines recreativos, religiosos y medicinales. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas se trata de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo.

En pleno siglo XXI el debate sobre su despenalización y legalización está abierto; tanto así que la regulación legal del consumo de cannabis varía dependiendo de los países. En algunos estados de la Unión Americana su despenalización se ha llevado a cabo con un relativo éxito, por citar solo un ejemplo el uso de marihuana médica ya es legal en 20 estados de Estados Unidos y el Distrito de Columbia.

En el caso de Latinoamérica, Uruguay se convirtió en el primer país no sólo en legalizar la marihuana, sino en disponer que el Estado se encargara de su cultivo y distribución. Este modelo propuesto ha sido aireado y discutido en países como México y Colombia.

Asimismo, el Estado Mexicano, pese a librar una lucha sin cuartel contra el narcotráfico y el crimen organizado, ha dado unos primeros pasos en aras de la legalización de la marihuana. En abril de 2009, el Congreso mexicano aprobó la despenalización del consumo mínimo -en todo el país-, de varias drogas: 5 gramos de cannabis, 2 gramos de opio, 0,5 gramos de cocaína, 50 miligramos de heroína o 40 miligramos de metanfetamina. Cinco años más tarde ha surgido la propuesta de aumentar, en el Distrito Federal, la dosis personal permitida de marihuana, como un primer paso hacia su legalización total.

Por su parte, Colombia ha dedicado esfuerzos a analizar las consecuencias de la decisión uruguaya de legalizar y regular la producción y venta de marihuana, aunque parece poco probable que Colombia se copie el ejemplo de los uruguayos. No obstante, en la actual legislación colombiana, la posesión de pequeñas cantidades de droga y su consumo ya no son penalizables. Además, Colombia también ha empezado a dar algunos –tímidos– pasos hacia la producción legal de cannabis con fines medicinales en la capital, Bogotá.

Actualmente, la discusión en torno a la producción, tráfico y consumo de narcóticos en el país es eje de discusión en la mesa de diálogos de paz en la Habana (Cuba) de donde se ha hallado una coincidencia entre la subversión y el gobierno, “reconocer que para sentar las bases de una paz estable y duradera en

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