Drogas y Alcohol... Enemigos en acecho

Drogas y Alcohol... Enemigos en acecho

Las adicciones no solo son destructivas y mortales. Son un peligro constantemente en acecho, especialmente para los jóvenes, que a veces se sienten indefensos ante el.

Es posible que muchos jóvenes no lean este artículo, y algunos lo hagan con escepticismo, pensando que ya lo saben todo sobre las drogas y el alcohol, y que no hay nada nuevo al respecto.

En cierto sentido, probablemente tengan razón. Todos los jóvenes conocen el peligro de ambas adicciones, que la Organización Mundial de la Salud define como “enfermedades primarias, crónicas, progresivas y mortales”.

En el curso de su joven vida han oído o leído sobre gente famosa que sucumbió al consumo de las drogas y tuvo una lamentable muerte prematura, o de crímenes cometidos bajo los efectos del alcohol.

Sin embargo, de lo que poco o nada se habla es de cómo pueden protegerse en la práctica del peligro constante de estas adicciones, con frecuencia disfrazadas de “socialización”.

A lo que se enfrentan los jóvenes

Resulta muy sencillo para los adultos decir a los jóvenes: “Simplemente dí NO”. Pero las cosas no son tan fáciles para ellos. ¿Cómo decir “NO” al mejor amigo que lo invita a emborracharse con él para consolarse de que la novia “lo mandó a volar”? ¿Cómo sustraerse a las burlas de los “cuates” porque se niega a beber como ellos en una fiesta? ¿O a la amiguita guapa que le llama cobarde porque no quiere probar un cigarro de marihuana o aplicarse un poco de cocaína, como ella?

Los jóvenes están sujetos a muchas presiones terribles, en una época en la que su personalidad todavía no está bien formada, en que están llenos de inseguridades y su mayor deseo es ser aceptados por sus iguales y formar parte de la palomilla.

Por supuesto que esto lo saben bien los traficantes de narcóticos y los comerciantes de alcohol, y explotan adecuadamente los puntos débiles de los jóvenes.

¿Qué hacer en algunas situaciones?

Los jóvenes sienten con frecuencia la presión de quienes les incitan a beber en demasía, o a probar alguna droga, le ofrecemos algunas sugerencias ante las situaciones más comunes:

Al estar en una fiesta juvenil, sin vigilancia adulta, uno de los jóvenes ha bebido en exceso e insiste en que los demás hagan lo mismo, como prueba de amistad. ¿Qué se aconseja?

Contestarle que los demás han bebido exactamente igual que él (aunque no sea verdad, por supuesto), y que ya no podrían beber más aunque quisieran. Pueden añadir, un poco en broma y un poco en serio: “Además, si todos nos emborrachamos, ¿quién nos va a llevar a casa?”.

En otra reunión un joven se da cuenta de que todos sus amigos beben mucho. El no quiere hacerlo, pero ¿cómo librarse de las burlas, si insisten en que debe tomar más?

Los adultos abstemios, o moderados, tienen muchos trucos para sortear situaciones similares. Aconseje al joven a aprender a ingeniarse para servirse él mismo sus cubas (puede decir que sólo él sabe la cantidad de limón o de hielo que le gusta), y hacerlas solo con refresco de cola. Una buena tajada de limón en la orilla del vaso contribuye a la ilusión de que está bebiendo cuba realmente. El ginger-ale simula a la perfección el highball, y el agua mineral, sola, a las bebidas de vodka y ginebra. Por otra parte, siempre se puede simular la euforia que produce el alcohol.

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