Día De La Raza
Enviado por • 8 de Mayo de 2015 • 2.175 Palabras (9 Páginas) • 174 Visitas
12 de octubre: “Día de la diversidad cultural”
Es la idea de este discurso rendir homenaje y celebrar la identidad de nuestra América, identidad que está marcada a fuego y sangre por la conquista, por las proas que vinieron a fundar naciones y a imponer leyes.
Quinientos años de conquista vinieron a trazar nuevos paisajes en esta geografía exuberante, pero no todo se perdió en ese afán generalizado por el lucro y la riqueza; entre las murallas del poder el grito indígena logró hacerse escuchar, es por eso que hoy podemos celebrar la riqueza de algo que vale más que el oro y la plata, la cultura. Cultura de la lengua, cultura del arte, de los ritos y de las leyendas. Es por eso que entre lo que había y lo que quedó, entre el poder del europeo y su espada y su religión, la naturaleza imparable de la cultura hizo crecer sus raíces. Más allá de las naciones, de los partidos, de los bandos y de las diferencias, todos somos hijos de esa identidad tribal que aún sobrevive. Hoy la lucha consiste en reconocer esa falsa identidad igualitaria que los mercaderes del consumismo proponen, que esos modernos espejos de colores no nos engañen, es tiempo de que finalmente el sueño de la patria grande soñada por San Martín y Bolívar se cumpla.
• Hasta hace unos años: “Día de la raza”; hoy:“Día de la diversidad cultural”
Es muy importante la decisión de cambiar el nombre del feriado del 12 de octubre, ya que el término utilizado anteriormente (“Día de la Raza”) es ofensivo y discriminatorio.
Desde hace años se ha venido debatiendo lo que sucedió en nuestro continente con la llegada de los conquistadores en 1492, por eso establecer un feriado donde se conmemore el respeto por la diversidad cultural, es un reconocimiento histórico para con los pueblos originarios
El cambio en el significado del feriado “implica armonizar la legislación nacional con el derecho de los pueblos indígenas, consagrando y reconociendo que los derechos humanos tienen los caracteres de universalidad, indivisibilidad e interdependencia”.
La Constitución Nacional consagra el derecho a la igualdad y reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizando el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
La intención es que el feriado se transforme en una jornada de valorización de las identidades étnicas y culturales y de reflexión histórica.
• Desigualdad de condiciones: lo que pasó realmente y hoy la historia lo cuenta.
El primer impacto fue el asombro, luego el miedo ante las armas. Esto fue aprovechado por los españoles, que dominaron fácilmente a las sociedades más adelantadas de América: los sedentarios aztecas, incas y mayas. Estas sociedades habían llegado a formas sociales similares a las de los egipcios, con la existencia de un estado e incipientes formas de explotación tanto de los sectores plebeyos como de las tribus vecinas que eran violentamente sometidas. Esto explica que las sociedades americanas más desarrolladas y poderosas, por sus contradicciones internas fueron las que más fácilmente fueron sometidas.
Los invasores aprovecharon el desconcierto y dominaron fácilmente a las sociedades más desarrolladas de los aborígenes americanos.
El solo hecho de pisar tierra americana produjo una cadena de acontecimientos que transformó la historia de la humanidad. El descubrimiento de oro y plata en el continente desataron un aluvión colonizador.
La ambición no encontró barreras infranqueables. En pocos años la inmensidad americana dejó de ser inexpugnable y españoles, portugueses, británicos, holandeses y franceses se disputaron el gigantesco botín.
Un siglo después de la llegada de las carabelas de Colón al mar Caribe, de los más de 70 millones de indígenas preexistentes sólo quedaban tres millones y medio de almas.
Primero, fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión.
Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo y finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias.
La casi extinción de la población nativa generó otro genocidio; al propiciar el repudiable comercio de seres humanos, al arrancar millones de africanos de su tierra ancestral para traerlos a nuestro continente como mano de obra esclava.
Las hipócritas denominaciones con que fue conmemorado el aniversario de la llegada de las naves de Colón a tierras americanas pusieron de manifiesto el intento de disimular, encubrir y minimizar los crímenes cometidos.
Celebrar “el descubrimiento de América” significaba omitir, nada menos, que existían unos setenta millones de seres humanos que ya habían descubierto al continente y vivían en él. La denominación improvisada en medio del debate de “encuentro de dos culturas” o “de dos mundos” fue un hábil intento de falsificar la historia, dado que ese encuentro no tuvo nada de protocolar o pacífico como cínicamente pretendieron sus ideólogos y difusores.
El genocidio, el saqueo de sus riquezas y el sometimiento de los supervivientes presentan un cuadro muy diferente al que realmente se vivió.
El propio diario de viaje de Colón tiene numerosas referencias a la obsesiva necesidad de encontrar oro. Los primeros relatos difundían las condiciones para la captura de riquezas, podía leerse, por ejemplo: “... por las faldas de esta cordillera se han hallado grandes mineros de plata y oro... y en todo el reino del Perú; y si hubiera quien lo sacase, hay oro y plata que sacar para siempre jamás; porque en las sierras y en los llanos y en los ríos, y en todas parte que caven y busquen, hallarán plata y oro”.
Las rebeldías de las tribus nómades fueron apaciguadas con la acción de la Iglesia, que los sometía por la vía religiosa para luego obligarlos a trabajar en producciones agrícolas, forzándolos a abandonar su vida ancestral dedicada a la caza, la pesca y la recolección.
Los religiosos buscaron congraciarse con los nativos al ofrecerles algunas formas de protección ante el salvajismo colonizador, para luego someterlos por la vía de la imposición cultural y el sometimiento ideológico. El solo hecho de haber impuesto una creencia distinta, demuestra el profundo desprecio de los sacerdotes hacia las costumbres ancestrales indígenas. El objetivo de inculcar, catolicismo mediante, la resignación y la docilidad ante el nivel de explotación infrahumano permitió la incorporación de mano de obra barata y útil para los proyectos de los europeos.
Ante la contundencia de los argumentos, la Iglesia comenzó a ensayar
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