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EDUCAR PARA EVITAR LA GUERRA


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2013  •  Ensayo  •  2.004 Palabras (9 Páginas)  •  392 Visitas

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EDUCAR PARA EVITAR LA GUERRA

“Para evitar las guerras no te preocupes tanto por el mundo que les dejarás a tus hijos, sino por los hijos que le dejarás al mundo”.

Al ver las noticias, leer los periódicos, escuchar la radio o navegar por Internet, no hay más que referencias de los “avances” de la guerra contra Irak, bombardeos, agresiones, prisioneros de guerra, detalles del armamento y de algunas estrategias, mensajes de muerte acompañados por tonos de voz impregnados de coraje, resentimiento, odio, venganza... ¡¿Hasta cuando será suficiente el dolor, hasta cuando nos haremos sensibles nuevamente a la desgracia humana, hasta cuando?!...

La guerra mejor documentada, la guerra en VIVO

Y a todo color... Nunca como ahora habíamos sido testigos de la guerra en el sentido en el que seguimos paso a paso cada uno de los acontecimientos, de los ataques, de las declaraciones, es impresionante hasta donde ha llegado la tecnología...

El precio inhumano de la indiferencia

Pero más impresionante es verse a uno mismo: sentado, con una soda y una bolsa de palomitas de maíz, viendo la televisión y sintonizar el canal donde la película más taquillera es la tragedia humana... Podremos ver gente muriendo, civilizaciones desapareciendo y seguiríamos ahí sentados, haber que más sucede... cuando lo que tenemos que hacer es despertar, dejar de lado la terrible e inhumana indiferencia.

La agresividad, violencia física o verbal, no es algo que vivamos solo en tiempos de guerra, el acontecimiento que hoy golpea al mundo, la guerra en Irak, ha de hacernos pensar, reflexionar y sentir el dolor humano.

Alternativas reales de ayuda

Y es que muchos hay en contra de la guerra, hacen pancartas, manifestaciones y hasta en nombre de la paz, también hay muertos en los enfrentamientos con la autoridad.

Ante las personas que mueren: por los bombazos, por las heridas que no pueden ser curadas a falta de medicinas, o por falta de agua y alimento; parecería buena opción efectuar un donativo económico o en especie para que sea entregado a aquellos que más lo necesitan. Esta sería una acción de justicia y solidaridad, un gesto generoso de nuestra parte, pero eso, no lo es todo.

Hay otro tipo de donativos además del económico para disminuir el sufrimiento humano y hasta prever próximas guerras. De principio podemos reflexionar en la siguiente frase: “No te preocupes tanto por el mundo que les dejarás a tus hijos, sino por los hijos que le dejarás al mundo”

Con esto no quiero decir que no nos importe el ecosistema, las finanzas, la política y demás aspectos que conforman el mundo de hoy, sino que es urgente e importante atender de manera cuidadosa a nuestros hijos, aquellos seres que definirán el rumbo del planeta en unos años, aquellos que tomarán las decisiones que moverán al mundo. Pues nunca habrá un buen mundo si no tenemos buenos hijos.

Un mundo como el de hoy puede ser mejor, mucho mejor con personas cada vez mejor educadas, con una conciencia recta, que vivan los valores y las virtudes. Así que lo que verdaderamente podemos hacer para evitar las guerras, el hambre, la injusticia, la pobreza, etc., en pocas palabras: el dolor humano, es amar a nuestros hijos y luchar por evitar las llamadas “antesalas de la guerra”.

Antesalas de la guerra

La guerra no se aparece, esta se planea, financia, tiene autores y actores, que antes de ser suicidas, soldados, mandatarios, son seres humanos que nacieron y vivieron en el mundo como tu y como yo, sus contextos: su familia, su escuela, su ciudad, la tele, sus juegos, etc..

Veamos la importancia de cada uno de estos contextos que pueden ser para un ser humano la escuela de la vida y la base para una vida sana y feliz; o bien, la escuela del horror, del maltrato físico, de la muerte emocional y la antesala de las guerras.

La Familia

¡Cuántas familias desintegradas, cuántas peleas y diferencias irreconciliables, cuántos matrimonios, cuántos hijos y hermanos! viven la guerra todos los días en la familia al pelear los esposos, al mentir, al ser infieles, al recibir maltrato psicológico con gritos, ofensas, devaluaciones personales, comparaciones, desconsideraciones, o maltrato físico: con golpes, violaciones, abandonos... ¿Cómo podemos esperar la paz del mundo si no empezamos por nuestra propia casa?

La familia, es la célula de la sociedad, es en donde los hombres y mujeres se preparan para la vida, ahí se les dan las bases y los cimientos para construir su personalidad, es ahí donde aprenden los modos de proceder; los padres han de preparar a sus hijos “para aceptar responsabilidades en la vida, para el servicio a los demás y para una vida honesta y feliz que se fundamenta en la práctica de las virtudes”.

En la familia se aprenden actitudes como la solidaridad, colaboración, comprensión, entusiasmo, valores como amistad, honestidad, lealtad, justicia, paciencia, prudencia, así como a convivir, a trabajar, a dirigir la propia vida, etc., en una palabra se aprende a ser feliz.

La “Tele”

Es importante tomar conciencia y no dejarse llevar, la televisión podría ser un medio educativo excelente pero tal pareciera que con tal de vender: se vale de todo, hasta pasar por alto el bien de la sociedad: el amarillismo y la liviandad de criterios nos llevará a vivir en un mundo cada vez más caótico.

Siendo el medio masivo de comunicación más utilizado, en el que las personas de todas las edades pasan un tiempo considerable frente a ella, es importante poner límites de horarios y programación, además de enseñar a los hijos a seleccionar con criterio recto los programas que verán, poniendo los padres primeramente el ejemplo, ya que casi sin darnos cuenta, se ha convertido en un medio de difusión a gran escala de antivalores tornándose peligrosa la programación hoy en día: Los temas a tratar en los distintos géneros son por ejemplo en novelas, películas y series: Traición, infidelidad, sexo desordenado, mentiras, gritos, poligamia, pornografía, homicidios, suicidios, familias desintegradas, homosexualidad, incesto, violación, drogadicción, entre otros; hasta en caricaturas vemos también malos

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