EL CIELO SOBRE EL NILO: UNA INTRODUCCIÓN A LA ASTRONOMIA DEL ANTIGUO EGIPTO
Enviado por joanestapalote • 14 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 2.985 Palabras (12 Páginas) • 277 Visitas
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EL CIELO SOBRE EL NILO: UNA INTRODUCCIÓN A LA ASTRONOMIA DEL ANTIGUO EGIPTO.
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El ojo de Horus.
Horus mantuvo una sangrienta batalla con su tío Seth, para vengar la muerte de su padre Osiris, que había sido asesinado por este. Durante la batalla perdió un ojo, el cual pudo sanar gracias a la ayuda de Tot, que le ofreció la cavidad ocular de otra deidad. La cicatriz quedó.
El pasado miércoles 15 asistimos a una conferencia de egiptología en la sala Joan Fuster de la Facultad de Geografía e Historia. El acto estuvo organizado por el Institut Valencià d’Egiptologia junto con el departamento de historia antigua y arqueología de la universidad. El acto estuvo coordinado por el catedrático Antonio Ledo, e introducido por el director del instituto mencionado antes, Francisco Fayos.
La conferenciante es la doctora María José Martínez. No se trata de una persona famosa en el mundo de la disciplina, sí bien tiene un gran trabajo serio y de alto nivel en su haber. Es catedrática de matemáticas en la UPV y licenciada en historia antigua por la UNED.
En primer lugar, nos lanza una definición básica de astronomía como ciencia que estudia los objetos y movimientos que ocurren en el cielo. Las culturas antiguas siempre fueron propensas a reflejar sus creencias y mitologías en los movimientos de la esfera celeste. Algunos movimientos y sucesos que han ocurrido allí arriba han sido determinantes o detonantes de cambios en hechos históricos. Así pues, apariciones de cometas, eclipses, etc., han demorado el inicio de batallas o provocado caída de imperios.
La conferenciante forma parte de la International Astronomic Union, máximo organismo en la disciplina. Y, dentro de ahí hay un departamento que se dedica a la historia de la astronomía. En el caso de hoy, la conferencia es acerca de egiptología y/o historia de la astronomía en el antiguo Egipto.
El Nilo es el don de Egipto; es su don, esencia o aquello que la da vida a un país preeminentemente desértico. La conferencia va a tratar del 3000 a.C a la época helenística iniciada por el reinado de Alejandro Magno. Sí bien, el antiguo Egipto abarca hasta época más tardía (400 d.C.). Durante todo este tiempo, la cultura y astronomía egipcia no varió demasiado. Podemos decir que mantuvo cierta homogeneidad.
Una de las primeras imágenes que se proyectó fue una en la que se podía ver la Via Láctea en el contexto universal, sobre la que la doctora nos reflexionó acerca de la pérdida de contacto con el cielo y el reconocimiento de las constelaciones. Las que tenemos conciencia son denominadas en Grecia y Babilonia.
Dentro de la Vía Láctea, tenemos como referencia la estrella polar. A qué se debe esto? Se debe a una serie de movimientos trascendentales que la convierten en la referencia. El primero de esos movimientos es la rotación de la tierra sobre su eje. Con esto, las constelaciones parece que se muevan con el paso de la noche. El segundo movimiento es el de translación. 24 horas y 365 días es lo que se tardan en cumplir estos movimientos inexactamente (esta inexactitud tiene una importancia que veremos más adelante). La sucesión de estaciones es resultado del tercer movimiento, que recibe nombre de precesión del eje de rotación terrestre. Este último tiene importancia a larga escala en el tiempo. Es un movimiento que se describe en 22000 años y dificultará mucho el estudio de la astronomía.
Decíamos con anterioridad que la estrella polar era la referencia del Norte en la Vía Láctea. Bien, eso es actualmente. En la época que estamos tratando no será esta la referente.
Iniciándonos más específicamente en el tema ya de Egipto, es relevante saber de antemano el hecho de que para estudiar la historia de la astronomía nos encontramos con un problema. Egipto no nos dejó ningún tipo de manual astronómico, pero sospechamos que sí que disponían de ellos. Es por eso que los profesionales de esta disciplina se han de servir también de la arqueastronomía. Sí bien, disponen de textos astronómicos de carácter religioso, grabados en pirámides y techos, relojes diagonales, calendarios festivos y templos o edificios funerarios. Respecto a los textos religiosos destaca uno encontrado en la tumba de Tutmosis IV, y en cuanto a instrumentos para estudiar destacan las clepsidras. Antes de profundizar en el tema podemos señalar el no carácter astrológico de la astronomía en el antiguo Egipto, es decir, no trataban de saber el futuro. Y, además, era una disciplina muy práctica. Los egipcios anotaban, pero no se preguntaban el por qué de los sucesos. Los babilonios coetáneos a ellos sí lo hacían, así como los griegos más tarde, que fueron quiénes sistematizaron la astronomía. Además, carecían de desarrollo matemático.
La división del tiempo en días y horas viene de aquí. El calendario no es una obsesión solo de Egipto, todas las civilizaciones tenían inquietudes por la división y conciencia del tiempo. Los Stonehenge son prueba de ello. Encontramos monumentos así en Gran Bretaña también. El de Egipto está ciertamente desgastado; faltan piedras, están derribadas, no está completo. Respecto al calendario, concebimos que se estableció a través de la visualización lunar. No obstante, los egipcios buscaban explicaciones mitológicas más que astronómicas. Se estableció un calendario que utilizaron diferentes civilizaciones antiguas. Dividieron el año en 3 estaciones y el año duraba 354 días. La medida se desfasaba en 11 días.
El Nilo daba fuerza al valle de Egipto porque su inundación no solo llevaba agua, sino que arrastraba toda una serie de sedimentos procedentes del deshielo de montañas etíopes que nutrían la tierra. También, con esto se evitaba la salinización de cultivos. De ahí que el Heródoto catalogara este gran río como el don de Egipto. La inundación se produce en Julio. A raíz de la magna importancia de este elemento natural se creó el nilómetro como unidad de medida de la cantidad de agua que había en determinado año con la inundación. Si daba como resultado menos de 6 habría hambrunas y si pasaba de 8 sucedería una inundación catastrófica. Los nilómetros se encuentran en el sur de este río, en el Alto Egipto. La mayor o menor cantidad de agua en la inundación era aprovechado por los faraones para propaganda política. Enviaban encargados a observar los nilómetros para informarse y se anunciaba a la población que lo que iba pasar (inundación, abastecimiento o catástrofe) era obra del poder del gobernador. La unidad de medida mencionada se estuvo utilizando hasta el s. XIX.
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