EL DESEMPLEO
Enviado por milramos • 30 de Agosto de 2013 • 3.088 Palabras (13 Páginas) • 405 Visitas
CÓMO AFECTA EL DESEMPLEO LA CALIDAD DE VIDA.
El empleo es la principal fuente de ingreso de los hogares, porque permite la adquisición de bienes y servicios que hacen posible a sus miembros aspirar a un nivel de vida acorde con sus patrones culturales. Además, cuando tiene lugar en el ámbito formal, se puede participar en el sistema de previsión social (salud y pensiones), estructurado para que el trabajador y su familia puedan hacer frente a las situaciones imprevistas y tengan una vida digna una vez que se jubilen. Pero también las pocas oportunidades de empleo reducen la integración y protección social, como también la realización de capacidades humanas que inciden en un deterioro de la autoestima individual y colectiva.
La mera noticia de estar sin empleo origina cambios en la forma en que el individuo se ve a sí mismo y en cómo cree ser visto por los demás.
En un primer momento puede actuar como si estuviera “de vacaciones”, implica que no se visualiza como parado; cuando ésta idea cae aparecen sentimientos de frustración, inseguridad y fracaso que conducen a baja en la autoestima y a considerarse en cierta medida como un ser anormal, rechazado como “inepto” por la máquina económica.
El desempleo conlleva una disminución de los ingresos y, por tanto, produce cambios en el estilo de vida. Se producen cambios radicales en la forma de vivir, pues se vive con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo durará esa situación.
QUE ACTITUDES SE PRESENTAN EN QUIENES ESTÁN DESEMPLEADOS.
Si los esfuerzos en encontrar trabajo fracasan, aparecen la irritabilidad y los trastornos psicofisiológicos. Esta fase es crucial y puede durar muchos meses dependiendo de la capacidad de reinventarse a sí mismo.
Posteriormente pueden aparecer la vivencia de fracaso personal y de falta de sentido: mucho tiempo mirando TV o durmiendo, hasta los fines de semana pierden su sentido de referencia.
Por último si se instala la depresión, pueden aparecer conductas impulsivas de cólera o ira y abusos de sustancias, tabaquismo, etc.
Podemos además distinguir dos grandes grupos:
a) Jóvenes:
En los que el desempleo supone una permanencia de dependencia de los padres, al tiempo que perciben la situación como ajena. En un primer momento pueden responder con agresividad y según los niveles culturales, sociales, etc. esta situación puede o no evolucionar hacia depresiones.
En algunas sociedades, la dificultad de inserción ocasiona un aislamiento progresivo y patológico.
Las relaciones familiares terminan también deteriorándose. En los casos en que los jóvenes tienen un nivel cultural más elevado, suele dirigirse la agresividad hacia sí mismos dando lugar a trastornos digestivos, broncopulmonares o dermatológicos.
b) Adultos
Responden a la pérdida de empleo con disminución de la autoestima, trastornos depresivos, ansiedad. Como en los duelos, suelen atravesar diversas etapas desde la perplejidad, el escepticismo y miedo (dura más o menos una semana), una ligera recuperación y la idea de “estar de vacaciones”; seguido del temor de estar en paro por mucho tiempo.
REPERCUSIÓN A ESCALA FAMILIAR.
Tiene una gran repercusión en el ámbito familiar, intensificando las relaciones existentes con anterioridad. Puede producir gran tensión y desestabilizar las relaciones familiares perjudicándolas o, por el contrario, la familia puede ser el gran apoyo y encontrar en ella el empuje y ayuda necesaria para buscar otro empleo, transmitiéndole confianza y seguridad.
Es evidente que el aumento del desempleo provoca una disminución de los ingresos de las familias, por lo que éstas tienen que reducir su nivel de vida. Las consecuencias de este hecho no son sólo económicas, sino también sociales.
En primer lugar los cambios producidos como consecuencia del desempleo, serían asimilados dentro del funcionamiento normal de la familia. En el segundo de los procesos descritos, la experiencia del desempleo tendría una función positiva, al ser utilizada como una oportunidad para realizar actividades que implican un cambio en los roles familiares.
El grado de estabilidad familiar depende a su vez de factores tales como el momento en que se produce la pérdida del trabajo dentro del proceso de desarrollo del ciclo de vida familiar. Asimismo, la tensión familiar producida tras la aparición del desempleo parece ser más acusada cuando afecta a personas con un bajo estatus ocupacional y con un período de desempleo superior a los seis meses.
En definitiva, si bien el desempleo puede ser considerado como un factor importante de desestabilización en las relaciones familiares, tal y como señalan Bergere y Sana Rueda (1984), el aumento de la tensión familiar no debe ser siempre considerado como una consecuencia directa del mismo. Éste actúa como un factor que acentúa el tipo de relaciones familiares existentes con anterioridad, intensificando el estrés y la tensión en aquellas familias en las que ya se daba un deterioro de las relaciones entre sus miembros.
La familia puede ser tanto el origen de tensión como de apoyo social, lo que explica el que ni en todos los estudios el desempleo esté asociado a un incremento en la tensión familiar ni en todos los casos se dé un deterioro en dichas relaciones.
PERCEPCIÓN QUE TIENEN LOS DESEMPLEADOS DEL TRABAJO.
Para el latinoamericano promedio, el principal motivo de preocupación actual es la falta de empleo y de remuneraciones adecuadas. Según la Encuesta Latino barómetro, que realiza una entidad privada independiente en 17 países, de cada 100 latinoamericanos, 19 consideran que el problema más importante en la actualidad es la desocupación y otros ocho que son los bajos salarios. Estos problemas laborales superan en importancia a la inflación, la pobreza o cualquiera de las otras deficiencias sociales que padecen los países de la región, tales como la delincuencia, la violencia, o la drogadicción. Solamente hay otro problema que recibe una atención relativamente elevada: la educación, que es el problema más importante para 16 de cada 100 latinoamericanos
El problema del desempleo los puede afectar a ellos personalmente en cualquier momento. Siete de cada diez latinoamericanos manifiestan estar preocupados (o muy preocupados) por quedar sin trabajo o estar desempleados en1998. Incluso donde la gente se encuentra más tranquila sobre las posibilidades laborales, como Chile o Uruguay, cerca de la mitad de la población está preocupada
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