EL RECONOCIMIENTO DE CONDUCTAS ANTISOCIALES Y CASTIGOS EN LA CULTURA AZTECA.
Enviado por 09072009 • 21 de Octubre de 2014 • 909 Palabras (4 Páginas) • 426 Visitas
Desarrollo.
La gran jerarquía de los tribunales aztecas comunes comenzaba en el tecuhtli (juez de elección popular anual) el cual difiere en competencia para conocer asuntos menores.
El tribunal de tres jueces indefinidos de instancia superior, era aún para cuestiones de mayor relevancia, los encargados de impartir justicia en ese instante colegiado eran nombrados por el cihuacoatl, a llegar, mediante un sistema de apelación, al tribunal de monarca, que se reunía cada día veinticuatro.
El hecho de que por algún tiempo los casos no militantes de Tacuba y Tenochtitlán recibieran decisión final en Texcoco, se debió a la sutileza cultural e influencia que recibía la sociedad mexicana de ésta última. En ese lugar, el palacio del rey contenía tres salas con un total de 12 consejeros, designados por el soberano texcocano, para asuntos civiles, penales y militares de cierta importancia, con apelación ante el rey con dos o tres nobles.
Existían jueces menores, distribuidos en todo el territorio y cuyo número atendían precisamente al espacio físico, además existían tribunales de comercio en los mercados. Hubo una tendencia para que los juzgadores aztecas se especializaran en razón de la materia de la Litis, pues se contaba con procedimientos especiales para sacerdotes, cuestiones mercantiles surgidas en el tianguis, asuntos propios de la familia, delitos de índole militar, pleitos tributarios o litigios relacionados con artes y ciencias desde ese entonces.
Los casos muy graves fueron reservados para las juntas de 12 jueces del palacio, presididos por el monarca, cada 12 días. En un periodo de 80 días, los juzgadores menores celebraban una reunión con el rey para los asuntos que, aunque menores, salían de lo común. Por todo lo anterior, puede inferirse que gran parte de la labor de los soberanos era la dedicación a los asuntos jurídicos.
Entre los oficiales invertidos con toda jurisdicción sobresale el cihuacoatl, el cual desempeñaba funciones de dos clases: administrativas y judiciales, Su tarea principal era el mando de la ciudad cuando el tecuhtli iba a campaña militar, pero cuando la mayor parte de los jefes guerreros le acompañaban, el Tlatocan quedaba en receso y las funciones del cihuacoatl se mantuviera en sus manos parte del poder público, también se encargaba de designar los altos puestos entre los miembros del Calmecac. Cumplía importantes labores judiciales, al grado de ser llamado “justicia mayor” por los primeros cronistas españoles.
En cada barrio había elecciones anuales de un chinancalli o calpullec y de un teachcauh, a los primeros se les supone jueces con funciones determinadas, por lo tanto se depositó el mando militar en el teachcauh término equívoco que en lengua náhuatl refiere dos acepciones: “hermano mayor” y “todo lo que es mejor o más aventajado”.
CASTIGOS.
(El robo), se castigaba con la esclavitud, hasta que se hiciera la restitución de lo robado, o una multa del doble de la cantidad robada (una parte para la víctima y otra para el tesoro del clan).
(El robo en camino real), pena de muerte, Las raterías en el mercado, pena de muerte instantánea por lapidación.
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