EL SURGIMIENTO DE LA NEO-BARBARIE DE LAS CIUDADES

EL SURGIMIENTO DE LA NEO-BARBARIE DE LAS CIUDADES

Miguel Armando Arcos Landero

1. Desde lo profundo, la crueldad surgida desde los neo-barbaros

Hace unas semanas en Tabasco, fue dada a conocer una noticia que fue abordada en casi todos los medios comunicativos, sobre la recriminación a un joven taxista (el cual se le consideraba “pirata”) como respuesta por el cometido de un acto criminal del mismo hacia un taxista con licencia, el cual en ese momento estaba en periodo de descanso (según los hechos informados). La respuesta de recriminación hacia el joven, fue de auto-ajusticiamiento; el caso llegó a generar controversia por parte de los medios al enterarse de que el permiso a la agresión del joven se hizo con autorización policiaca (sobornando a la autoridad testigo de ese momento). La información además de ser dramática, despojaba una condición preocupante en las sociedades actuales: la violencia social y la legitima defensa no autorizada.

Esta situación deriva no solo en una reflexión personal sino en una revisión que ahora mismo se presenta en el tono de un ensayo, cuyo propósito es comprender uno de los temas más complejos en los tiempos actuales: La barbarie de las ciudades. El análisis aquí presentado, no tiene mayor interés que abonar a la responsabilidad que tienen los medios de comunicación, no solo de leer un acontecimiento de forma ética, sino también de comprender asuntos que trastocan a lo humano. No se trata solo de otra víctima de la enfurecida sociedad, sino de lo que ocurre en el mundo.

El concepto de la violencia es en palabras de Amalio Blanco, como aquel conjunto de acciones y relaciones complejas que se imponen y ocurren entre varias personas y por quienes es asumida como válida, a medida que van justificando la violencia como un factor necesario para poder darle solución a sus problemas y contradicciones existentes entre las circunstancias y condiciones determinadas (Abarco Blanco, 2001, p. 22).

Cabe destacar que la perplejidad del caso es más contundente y preocupante; se logra ver claramente que este acto deliberante del ser humano se asemeja a los instintos salvajes de una bestia. Mucho más preocupante cuando se gira en torno con la sociedad actual y sus actos que se ha vuelto la preocupación de los autores que destacan en este ensayo, pues son los que permitirán el objetivo de alcanzar una solución a la problemática. Llevándose a cabo tres ejes en los que se orienta la transformación de este manifiesto; los rasgos que la distinguen, los que perdieron el juicio y el poder de su erradicación y lo que hace diferente de otras épocas: su influencia en los medios y la importancia de sus actos en torno a la problemática que nos ha estado consumiendo todos estos tiempos, pues se logrará dar solución a la barbarie de las sociedades.

1. La venganza: esencia de un ser, consecuencia de un sistema y espectáculo visual

1. Identidades agresivas

En el mundo hay hombres y mujeres, cuyos escenarios todos los días se volatizan con la barbarie social. Ahí estamos todos, ahí están los taxistas de Tabasco; un colectivo de trabajadores de servicios públicos. Ellos tienen rostro, tienen rasgos, comportamientos identificables donde la violencia se visibiliza, no solo en los cuerpos, sino en sus acciones.  Gilberto Giménez describe a las identidades colectivas como conjunto de prácticas sociales de acción colectiva, carecen de auto-conciencia y no son entidades discretas y homogéneas, que constituye entidades contingentes que merecen explicación (Giménez 1989, pp. 14-15)

Según su situación económica, son en mayoría de clase media baja y raras veces de media alta, pero no se sobrepasa de la clase media. Además, trabajan 6 jornadas a la semana, entre 10 y 12 horas diarias. Lo que implica una necesidad para ellos, aunque quisieran trabajar menos no podrían alcanzar una gran cantidad de ganancia sabiendo los gastos de inversión para dicho mantenimiento del vehículo.

Pero entonces llega un conflicto mayor, el cual su conducta barbárica se enfoca en unos cuantos sujetos que simplemente le dieron la tarea de disfrazar sus autos en taxis, pero que evadieron las normas y leyes que les permitiera brindar los servicios de transporte a la ciudadanía. Conocidos coloquialmente como “taxis piratas” (una palabra distinguida para un grupo de plagios), son el problema que actualmente les ha perjudicado a los amarillos con placa y al igual que los ciudadanos. Aunque ellos no son la excusa de sus actos contra los individuos, pues existe algo más que constituye a la violencia en todas sus formas de manifestarse.

Gilberto no sólo conceptualizo a la identidad como inerte a la cultura, sino que le otorgó atributos de pertenencia social y particularizantes los cuales conforman a nuestras identidades diferentes de otras y pertenecientes de un colectivo social. (Giménez, 1989 pp. 10-12). Aquí me enfocó en los rasgos, en esos rostros que mencioné de los taxistas como actores sociales que han contribuido a una causa, pero que han dañado a quienes no merecían el mal trato por su falta de escrúpulos.

El carácter de algunos de ellos los ha posicionado como agresores y manifestantes de la barbaría, al igual que sus rasgos más característicos: sus insultos, sus amenazas, su conducta aberrante, la ignorancia, la grosería, su falta de respeto, el acoso, etc. Son algunos rasgos que lo han hecho actores de conductas no favorables para la ciudadanía. Pero no puedo hablar de ellos como si fueran los únicos que manifiestan una conducta no favorable para una sociedad. Porque al igual que los maestros, los alumnos, los padres, los empresarios, los activistas, la policía, los gobernantes más que nada, pues realmente casi todos los seres humanos han actuado de esa forma contra otros y contra ellos mismos.

En palabras de Benjamín en su ensayo “La crítica a la violencia”, señala que “la esfera de tales relaciones es definida por los conceptos de derecho y justicia. Sobre todo, en lo que respecta al primero de estos dos conceptos, es evidente que la relación fundamental y más elemental de todo ordenamiento jurídico es la de fin y medio; y que la violencia, para comenzar, sólo puede ser buscada en el reino de los medios y no en el de los fines” (Benjamín, 1921, p.2), por lo tanto desarrolla una reflexión sobre la violencia como el extremo opuesto y el límite a aquella dimensión mimética del lenguaje, de la comunicación universal de las cosas y el ser humano.

La cuestión de si la violencia es en general ética como medio para alcanzar un fin seguiría sin resolverse. Para llegar a una decisión al respecto, es necesario un criterio más fino, una distinción dentro de la esfera de los medios, independientemente de los fines que sirven (Benjamín, 1921, p.2) Por lo tanto, el responsable de esa manifestación va de la mano con las instituciones, pues han dejado a la sociedad a su suerte, en busca de cómo resolver sus problemas más destacados.

1. El sistema corrompido: ovejas descarriadas

Otra consecuencia de la barbarie de las ciudades, son ni más ni menos que las instituciones. Zygmunt Bauman señalaba que “en un planeta globalizado negativamente es imposible obtener (y menos aún garantizar) la seguridad de un solo país o de un grupo determinado de países: no, al menos, por sus propios medios y prescindiendo de lo que acontece en el resto del mundo” (Bauman, 2007 pp. 16)

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