EL VIAJE SE CONVIRTIÓ EN PESADILLA

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ÍNDICE

I.        EL VIAJE SE CONVIRTIÓ EN PESADILLA        3

II.        LA CITA        6

III.        MI MEJOR AMIGO        8

1. EL VIAJE SE CONVIRTIÓ EN PESADILLA

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Hoy estuve viajando solo, con destino a Manta para encontrarme con algunos amigos, no estoy en mi carro, me encuentro en un bus con muchas personas de diferentes lugares del mundo; el bus por fuera es como cualquier otro, pero, extrañamente, el bus por dentro es como un avión y debajo de mi asiento tengo dulces, cigarrillos y agua mineral de colores, que nunca se termina.

Me siento bien a pesar de viajar solo, tengo mis audífonos de marca Beat´s con los que pudo disfrutar más de la música que me gusta, en este momento escucho la canción California Love de Dr. Dre y Snoop Dog. 

El bus está en movimiento y me doy cuenta, al mirar por la ventana, que hay mucha claridad a pesar de que mi reloj marca las 11:11 de la noche; miro el paisaje y a lo lejos logro divisar un molino muy grande, de color azul; miró también varias estatuas, pienso que son gigantes, pues desde donde estoy las distingo bien; son cuatro, una de ellas es un hombre con sombrero de copa, otra, es una mujer que sujeta un ramo de rosas con sus manos; a lado de ella se encuentra la estatua de un hombre con barba frondosa y finalmente, está la estatua de una mujer joven que tiene un cachorro entre sus delgados brazos. 

De repente, la música que escucho deja de sonar en mis audífonos, ha desaparecido también mi celular al igual que los celulares de los demás; miró de nuevo por la ventana y me sorprende mirar muchísimos celulares flotando, todos tienen sus pantallas encendidas con fotografías de sus dueños. Este viaje pasó de ser algo agradable a ser algo inquietante, pues el conductor se detiene y nos pide bajar para recuperar nuestros celulares; me intriga ver que las cuatro estatuas y el molino azul han desaparecido, ¿fueron acaso una distracción para que no nos demos cuenta de la sustracción de nuestros celulares?, ¿o fue algo que mi mente imaginó por el hecho de viajar solo? Pienso en esas posibilidades mientras intento hallar mi celular.

Ahora estoy totalmente perplejo al ver que del bus bajan cuatro personas, un hombre con sombrero de copa, una mujer que sujeta un ramo de rosas con sus manos, un hombre con barba frondosa y finalmente, una mujer joven que tiene un cachorro entre sus delgados brazos. Son exactamente iguales a las estatuas que vi kilómetros atrás. Esta situación me provoca miedo, porque no hablan, parece que ni siquiera respiran; ahora me preocupa encontrar mi celular para documentar lo que sucede; dejo de preocuparme por “las cuatro estatuas” y pongo empeño en conseguir mi teléfono; pasan algunos minutos y encuentro mi celular, pues veo mi foto en la pantalla.

Cada persona que logra encontrar su teléfono finaliza su viaje, pues ninguna de ellas regresa al bus; miro mi celular y la foto cambia, ahora la foto que aparece es la de la mujer joven con el cachorro en los brazos. Inmediatamente la miro y me sonríe, el cachorro mueve su cola en señal de emoción. La mujer señala con uno de sus dedos el bolsillo derecho de mi pantalón, meto la mano y sacó un papel doblado, deshago los dobleces y leo: “Bienvenido, ahora eres parte de esta gran familia”; alzó la mirada y ya no hay nada ni nadie, no están los viajeros del bus, no está el conductor, no están los celulares ni el bus; no hay nada, no hay nadie, solo ella, su cachorro y yo. 

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