ENSAYO AHORA QUE SOMOS INVISIBLES
Enviado por SORYNICE • 31 de Mayo de 2019 • Trabajo • 1.380 Palabras (6 Páginas) • 147 Visitas
AHORA QUE SOMOS INVISIBLES
Aún lo jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Isaías 40: 30-31
Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que tu palabra, tu conducta, tu amor, tu fe y tu limpio proceder te conviertan en modelo para los creyentes. (1 Timoteo 4:12)
El libro de poesías “Ahora que somos invisibles” relata a través de todas las poesías inmersas en él, sobre las dudas, frustraciones, miedos, alegrías, corajes, compañía, soledad, amor, odio y demás sentimientos y emociones por los cuales todos atravesamos en la adolescencia.
La adolescencia es una etapa de transición entre la infancia y la vida adulta, es una edad llena de cambios rápidos en su estado físico y emocional. Es una etapa de adaptación tanto para el joven como para los propios padres y es durante este período que se definen muchos aspectos de la personalidad. Cambios que son drásticos, las emociones a veces parecen exageradas, hoy quieres a una persona y mañana la odias, las acciones son inconsistentes, los cambios de humor repentinos como la felicidad se convierte en tristeza y de sentirse inteligente a declararse estúpido.
Ahora que somos invisibles, narra las vivencias de un adolescente, su primer amor, sus deseos de libertad, su curiosidad por lo desconocido, sus viajes imaginarios, sus dudas y respuestas, temores y alegrías. Semejanzas y respuestas que los adolescentes que lo leen se identifican a través de las tres partes en que está dividido: No soy el que ellas miran, Como un cuento y Sucede algunas veces.
En la primera parte del libro “No soy el que ellas miran”, Benjamín, nombre ficticio que le he puesto a este personaje incógnito, nos relata el amor que sintió por una compañerita de su escuela, amor que él siempre negó pero que en su interior sabía el sentimiento que aquella niña le despertaba y el dolor que sentía al ser ignorado por ella y todos sus compañeros. Lo aburrido que eran ciertas clases y donde con su imaginación volaba a muchos lugares hermosos, donde se podía sentir el chico más feliz, a un universo mágico acompañado de su amada Sofi, a un mundo maravilloso donde todas las personas lo tomaban en cuenta por su inteligencia y buenos sentimientos.
Al despertar de este mundo ilusionista, se da cuenta que el mundo actual no es tan perfecto, en donde debe luchar por su respeto, donde las personas son egoístas, se han vuelto muy materialistas, olvidando sus valores y lo principal, olvidando a un Dios al que debemos todo lo que tenemos. El miedo que siente conforme su edad va pasando, miedo a un futuro tan incierto.
En la segunda parte del libro “Como un cuento ”, Benjamín se siente identificado con algunos cuentos de su infancia, piensa en las mentiras que algunas veces dijo sin maldad y lo feliz que lo hicieron “sin que le crezca la nariz”, en todas las cosas que ha hecho mal y lo arrepentido que está, en el amor que sintió por aquella niña, los dolores y penas que sus compañeros lo hicieron pasar, pero saca una enseñanza, y es que el amor es un sentimiento muy frágil, al que como una rosa hay que cuidarlo día a día si queremos que permanezca, que a las personas debemos respetarlas y tratarlas como quisiéramos que a nosotros nos traten, y que si somos el príncipe azul de alguna persona que algún día nuestro destino nos hará encontrar y con la que podamos compartir el resto de nuestros días.
En la tercera parte “Sucede algunas veces ”,
comienza a crecer, ahora que el mundo gira inmenso a la velocidad de los cometas y que la gente a diario en su vida cotidiana, corren como hormigas en las grandes ciudades, sin saber dónde dejar su cuerpo, dónde por fin creen que están a salvo, es decir la rutina de la vida moderna los envuelve en una vida monótona.
Además habla que los jóvenes sufrimos de amor, y el amor no está en las nubes ni en las estrellas, sino muy cerca, talvez en nuestras mismas aulas sin saberlo.
Cuando vamos creciendo ahora que somos niños y poco a poco jóvenes adolescentes, somos como dos peces transparentes en la profundidad del mar en calma, en el cual se han olvidado todos de nosotros, se olvidaron la edad que nos golpea, la adolescencia que nos vuelve locos como una enfermedad casi incurable.
Olvidaron que andamos de la mano, que nadamos en las profundidades entre sueños como corales rojos y medusas.
Hace ver que nuestros padres se han dedicado al vértigo y a la cotidianidad de ir y venir y comprar y decir oraciones por el bien de nosotros. Pero han descuidado de la custodia, cambiando posiblemente sus armas por tarjetas y la felicidad los acelera por calles y avenidas.
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