ENSAYO PROBLEMAS PSICOLÓGICOS DEL MEXICANO CONTEMPORÁNEO
Enviado por Andrea Franco Flores • 7 de Septiembre de 2017 • Ensayo • 1.685 Palabras (7 Páginas) • 193 Visitas
Para hablar de problemas psicológicos del mexicano contemporáneo, es indispensable precisar algunos conceptos concernientes al psicoanálisis humanístico. Desde luego, los de salud mental y de problema psicológico, están íntimamente ligados al que se tenga de la naturaleza del hombre. Definir a la salud como la ausencia de enfermedad, no es suficiente. El hombre no las comparte con los animales y no están enraizadas en las diversas fases de los instintos o de la libido, como afirmaba Freud ; tampoco corresponden a procesos somáticos particulares, es decir, no hay un sustrato fisiológico o somático para las necesidades de relacionarse, de pertenecer a un grupo, de tener un sentimiento de identidad, etc., sino que son consecuencia de la situación del hombre entre las especies vivas ; son necesidades de la persona, de la totalidad y son también resultado de la extraordinaria evolución del sistema nervioso central, que en el hombre llega a grados de desarrollo, complejidad y funcionamiento, completamente específicos. En este trabajo habrá de discutirse específicamente lo que el psicoanálisis humanístico llama " defectos socialmente modelados ", que constituyen en realidad los problemas del hombre dentro de una sociedad dada: ése es el tema, el de los problemas psicológicos, o, mejor dicho, psicosociales, del mexicano contemporáneo, en la sociedad actual. El concepto de salud mental tampoco puede ser, pues, la analogía pura y simple del concepto de adaptación biológica; y esto se debe a que la evolución del hombre actual es el resultado de los desarrollos socio - culturales y no de cambios orgánicos o biológicos; pero también el desarrollo de la sociedad y de la cultura es indispensable para el desenvolvimiento humano, o sea, hay una relación dinámica y dialéctica entre hombre y sociedad y vice versa. Por otra parte, desde Freud se considera el carácter como un sistema de fuerzas o impulsos, de energías subyacentes a la conducta, pero no idénticos a ella; los modos de obrar, sentir y pensar del hombre no son en general respuestas racionales a situaciones reales, sino que están determinados por motivaciones inconscientes, por fuerzas de las qué el sujeto no tiene advertencia. El carácter social predominante en la sociedad capitalista más industrializada del mundo ha sido descrito por Fromm como carácter mercantil. Su intenso anhelo por trabajar se arraiga en necesidades y condiciones específicamente humanas; ¡en la angustia existencial!; en el miedo a la soledad; y en la naturaleza biopsicosocial del hombre, que le hacen necesario asimilar los objetos del exterior, relacionarse con los demás y consigo mismo, amar, trabajar, crear; y le impulsan a encontrar soluciones a las contradicciones propias de su naturaleza. Los problemas psicológicos del mexicano con temporáneo son, pues, los que le plantea el cambio. Vive actualmente en una sociedad dual, es decir, tradicional, agraria y semipedal con las peculiaridades de su cultura, por una parte, y por la otra, los de la industrialización en desarrollo. Por lo mismo, el mexicano contemporáneo es a la vez síntoma de esa sociedad en transición y víctima de la misma, lo cual se ex presa en el carácter social o personalidad básica predominante en México; pero no difiere del resto de los hombres respecto a las necesidades específica mente humanas, derivadas y connaturales de la existencia humana misma, ni escapa a las contradicciones que son inherentes a la naturaleza del hombre. Aparte de las necesidades de cambiar de sistemas, pautas sociales, etc., el mexicano contemporáneo enfrenta otros problemas propios de los países en desarrollo y que economistas y sociólogos han comentado ampliamente Por ejemplo, Flores 01ea « señala que las sociedades industriales de hoy jamás recibieron el impacto de economías más desarrolladas o adelantadas que hubieran impulsado sistemática y artificialmente ciertos " polos " en detrimento de otros, como ha sucedido en los países en desarrollo. El desarrollo industrial de México no es el resultado de un proceso nacional más o menos gradual. Los desarrollos industriales se han verificado por sectores o polos, con miras a la exportación y no al consumo interno y con capitales en su mayoría extranjeros; a esto se agregan otros hechos a transformaciones estructurales se realizaron en un período histórico extraordinariamente corto, en treinta años, forzadas por la crisis norteamericana de 1929, y al mismo tiempo, hay en México un crecimiento explosivo de la población. ^ Por otra parte, en México se ha presentado, junto con la explosión demográfica, la emigración del campo a la ciudad, pero entre nosotros, urbanización no es sinónimo de industrialización. Un estudio de la CEPAL7 indica que en América Latina " el crecimiento urbano ha precedido a la industria " La población total aumentó en 20 millones de 1910 a 1960, siendo la población rural el 82% en 1910 y el 60% en 1960, lo que implicó que la población urbana cambió del 18% en 1910, al 40% en 1960. Además, el 79% de la población activa estaba en el campo en 1910, y se redujo al 66% para entre y 1960 la fuerza de ^ J ' 0 industrial Pasó del 13 8% al 15.5 %, aunque la cuota de servicios aumentó del 16 al 22%. Es conocido que la puntualidad no es rasgo del carácter del mexicano, quien además siente la disciplina del tiempo como sumisión a una autoridad, y respecto a toda clase de autoridades, el mexicano tiene una actitud ambivalente, que se verá más adelante. Es egotista, individualista, no tiene desarrollado el sentimiento de comunidad o de cooperación y presenta otros rasgos psico lógicos más, que le hacen difícil el tránsito al modo de ser que requiere de él la industrialización. 11 sólo que el mexicano sí ha intentado cambiar esa sociedad, con la guerra de Independencia, la Reforma de Juárez y principalmente con la Revolución de 1910. En el aspecto explotador o autoritario de la bipolaridad dinámica, la fuente de todo bien es también exterior, pero los medios para satisfacer deseos o necesidades no son pasivos, ya que el explotador y autoritario no espera recibir dádivas o protección, sino que arrebata o adquiere por medio de la astucia o de la autoridad, de la seducción, el manipuleo, la mordida, la corrupción. Al llegar los españoles, la lucha había sido ganada oficialmente por el hombre (pero Cortés fue ayudado por un cacique, la Malinche); y psico lógicamente continúa desde entonces. Los españoles substituyeron a los dioses aztecas con un Dios único, omnipotente y habitualmente cruel y autoritario, de manera que el Cristo no autoritario y amoroso, sólo fue conocido por algunos indios, gracias a la devoción excepcional y ejemplar de algunos misioneros, que sí vivieron el cristianismo. La Revolución de 1910 cambió radicalmente las condiciones sociopolíticas y económicas descritas, pero no ha cambiado con la misma radicalidad ni rapidez las estructuras psicodinámicas del carácter. El mexicano tiene ahora, gracias a la Revolución, un sentimiento de dignidad, de libertad y posibilidades de progreso; dispone de muchas más escuelas y otros medios de educación; dispone del seguro social; de la reforma agraria y de la legislación obrera; la reforma política, etc. Pero a pesar de ello y por desgracia, objetivamente sigue teniendo muchas dependencias de una minoría y muchas carencias materiales. Por esto el carácter del mexicano, conserva casi sin cambiar, muchos rasgos del tradicional, que se formó y funcionó durante la Colonia y en el México anterior a 1910 y se mantiene por la acción de la familia, institución social fundamental, a cuya psicodinámica se dedica aquí tema especial, pero sobre la cual se dirá algo, pertinente para esta exposición. Los métodos para someter a hijos y esposa van a: castigar físicamente de otro modo; inspirar miedo; exhibir el propio poder; provocar admiración, seducir o manipular, manteniendo siempre de pendientes a los hijos. Influyen también las convicciones de los padres, su fe en la vida y en sí mismos, así como su capacidad de autocontrol; de manera que, finalmente, el niño internaliza figuras paterna y materna contradictorias, derivadas de los modos como ambas le aman y ejercen autoridad sobre él; de cómo ambos se aman entre sí y ejercen y acatan sus respectivas autoridades; y de cómo viven o no, su religión, sus convicciones, su fe en la vida yen sí mismos; cómo trabajan; etc. La familia es así una unidad en que los lazos de la sangre son muy fuertes y mantienen a los hijos fijados, dependientes, principalmente de la madre. Se puede comprender ahora la actitud general del mexicano frente a la autoridad, a todo tipo de autoridad: sumisión y rebeldía, acatamiento y oposición u obstruccionismo. De la autoridad espera protección y ayuda, en Ja actitud receptiva tradicional y no superada de su relación con la madre y el padre; esta receptividad y su correlativa dependencia dela autoridad, le permiten no ser responsable ante sí mismo ni ante los demás, pues espera ayuda del padre, del gobierno paternalista, del jefe, etc. y engendra problemas en el mexicano que se industrializa. Por lo que a la medicina se refiere, la sociedad industrial hace de ella también una industria, no sólo en lo que respecta a la poderosa industria químico - farmacéutica, que en México se desarrolla también bajo la influencia extranjera, siendo además uno de los raros países en que algunos médicos se dedican a la fabricación y venta de medicamentos, es decir, son industriales ; sino que la sociedad industrial ofrece una medicina institucional, así como un desarrollo extraordinario de las especialidades. El problema básico es el de saber si México podrá disfrutar de los beneficios de una industria no deshumanizada y conservar en su carácter social aquellas cualidades positivas. A los médicos en general y a los pediatras en particular, corresponde el deber, y también el privilegio, de con tribuir a que, como en otros aspectos de la vida social, México aspire a encontrar soluciones más humanistas a sus graves problemas. Este Seminario se agrega a otras actividades de los pediatras mexicanos, en ese sentido; y la influencia del pediatra humanista sobre el núcleo familiar, en la formación del niño —y por qué no incluir al adolescente— hacen la tarea o la misión del pediatra, ciertamente más difícil y más compleja, pero también más hermosa y atractiva.
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