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ENSAYP - FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN.


Enviado por   •  14 de Junio de 2016  •  Ensayo  •  2.027 Palabras (9 Páginas)  •  294 Visitas

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FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN II

SUA.PEDAGOGIA

PROFESORA: Mónica Adriana Mendoza Glez.

ALUMNA: Yeredi Maribel Alonso Yescas

Ensayo Final

DICIEMBRE 2013

La constante preocupación de las autoridades por el creciente problema de la gente en casos de pobreza extrema, se queda meramente en el discurso, en América Latina y principalmente en México (porque así lo vemos) los ricos son más ricos y los pobres son muy pobres. No existe balance alguno entre las clases sociales de nuestro entorno. Para los que vivimos en el D.F. es fácil identificar los “barrios ricos y pobres”, pero realmente ¿qué se está haciendo para cambiar ese esquema?

La democracia, la libre expresión, la libertad, la soberanía, tienen un poder limitado por la negociación del poder del otro y la imposición de la dominación del Estado. (Chomsky, 1996, 58).  La historia de la mundialización capitalista ha sido en gran medida la historia de la defensa de la soberanía de las naciones oprimidas. Esa mundialización ha transcurrido regida por una contradicción insalvable entre la tendencia objetiva de convergencia y unión de las economías nacionales en un sistema internacional y el modo forzado, violento y rapaz en que ésta se ha consumado. A este proceso le ha sido consustancial la colonización como política de dominación de las naciones débiles por las más fuertes y el reparto del mundo, por los diferentes bloques imperialistas.

Por otro lado, Foucault señala que para que el poder se produzca, los discursos que se dicen deben ser verdaderos “estamos sometidos a la producción de la verdad del poder y no podemos ejercer el poder sino a través de la producción de la verdad” (Foucault, 1998), pues el hombre se relaciona con la verdad a través del conocimiento y con el poder por el cual nos constituimos en sujetos que actúan sobre los demás.


Sin embargo en nuestra realidad “tropicalizada”, en contradicción  de lo que proclama Foucault , se escuchan en el ámbito político, empresarial y cultural ,discursos llenos de retórica que están alejados completamente de sus postulados, ya que parece ser que entre más alejados de la realidad, más simulados, difusos, dispersos y bizarros, se consigue un mejor efecto en el ánimo de la masa.

Para Foucault la historia es discontinua, no lineal, se opone al historiscismo de Hegel, pues expresa que la verdad es guerra, es un conocimiento en el que no hay sujetos, hay luchas, hay muchas historias, todas basadas en conocimientos, entre aquellos que los poseen e imponen uno sobre otro por el dominio de la verdad, pero el poder es el que consigue vencer esta lucha por establecer su verdad como “la verdad”.

Donde hay poder hay resistencia al poder, es decir, a las conductas del poder hay contra conductas de los sometidos, el hombre que se rebela es inexplicable y, decía Sartre, el hombre va a ser libre, lo que le va a permitir rebelarse.

El poder se ejerce de manera mucho más eficaz al nivel del espíritu, es decir, en las ideas, normas y expectativas que adoptamos y que nos rigen, pues afirma que el alma es la prisión del cuerpo (contrario a lo que Rousseau dice), el alma entendido como el manejo de ideas y creencias en la psique, que afecta directamente la experiencia de vida del cuerpo, un ejemplo extremo y absurdo, lo encontramos en la autoflagelación por creencias religiosas.


El fanatismo en las creencias religiosas -cualesquiera que éstas sean- pueden actuar verdaderamente como una prisión, ya que condicionan al poseedor de estas a centrar el foco de su vida en una promesa en una vida “mejor” “eterna” “espiritual” e “inmaterial” abandonando para efectos prácticos, el interés en las cuestiones, retos y demandas que la “vida terrenal” le plantea -mejor ser pobre, para entrar al reino de los cielos-

Desde mi particular punto de vista, la cultura mexicana, es una de las más creyentes y de las más sometidas a la vida religiosa, principalmente del catolicismo. Esas ideas nos rigen como sociedad, nos marcan, nos identifican, nos moldean, como una forma establecida que no permite la disertación, la duda, pero tampoco la búsqueda personal de respuestas y la autorrealización, ya que pareciera mas efectiva una peregrinacion en una fecha dada a un santuario principal, que el raciocinio, el planear la propia vida y actuar en consecuencia para tomar las riendas de nuestra vida: personal, colectiva y nacional.


De acuerdo a Ramos la cultura no ha sido efectiva como agente de promoción del espíritu, es decir, no ha sido humanista, afirma que “cada mexicano se ha desvalorizado a sí mismo, cometiendo de este modo, una injusticia a su persona” (Ramos, 1965, 9). La autodenigración del mexicano es consecuencia, dice Ramos, de la sumisión cultural en cual México nace como nación, de esta situación nació el sentimiento de inferioridad. Pues México se encontró en el mundo civilizado, cuando ya imperaba toda una civilización madura.


En nuestro país no ha habido un desarrollo histórico, sino más bien, una sucesión de hechos que se repiten, en México no existe una cultura originaria sino derivada, porque nuestro país se ha alimentado, durante toda su existencia de cultura europea. La tendencia a copiar la cultura extranjera se ha hecho en el sentido de una fuga espiritual de nuestra patria para despreciar su realidad e ignorarla.

Los mexicanos han imitado mucho tiempo de manera inconsciente creyendo que de esa forma estaban incorporando la civilización al país, claramente lo que se vivió en gran parte del Porfiriato, y parece ser que, como indica Ramos, el mimetismo mexicano aparece como mecanismo psicológico de defensa, que al crear una apariencia de cultura, nos libera del sentimiento deprimente de la incultura, aunque puede ser también debido a la pereza por nuevamente razonar y plantear los problemas propios en términos claros y más aún; de buscarles solución

Se imita de todo, desde los modelos de las primeras constituciones políticas, hasta la arquitectura, la moda, la ideología.  sin considerar que lo imitado ha sido producto de procesos historico sociales distintos -por decir lo menos- del nuestro; ha sido desarrollado por sociedades con una cultura muy diferente en valores, creencias y tradiciones.


Por otro lado,  la cultura femenina, como expone Hierro, ha  adquirido nuevos métodos, conocimientos y prestigios, de tal manera que se han profesionalizado los roles de la mujer en carreras como una extensión de las labores domésticas, dejando de lado las miles de posibilidades en el ámbito profesional para ellas. Nos invita, como mujeres, a despertar de nuestra vulnerabilidad.

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