ENTORNO SOCIOPOLÍTICO Y ECONÓMICO DE MÉXICO

Poder presidencial y recursos nacionales.

Introducción.

Luis Echeverría Alvárez y José López Portillo iniciaron sus gobiernos con las mejores intenciones, de eso no existe la menor duda; el problema fue que la era del milagro mexicano se había agotado a tal extremo, dejando tras de si problemas de fondo como la desigualdad en el ingreso del ciudadano, un desempleo creciente, insuficiencia agropecuaria y una desesperada ilusión en el recurso petrolero, que difícilmente se solucionarían con sus programas y proyectos sexenales. Para ambos no fue sencillo lidiar con las inconformidades que derivaron en movimientos sociales violentamente reprimidos, o resistirse al dispendio y nepotismo para nuevamente dejar al país con severos problemas económicos, internacionalmente en desventaja y con la pobreza como una mancha creciente sobre la sociedad trabajadora y campesina; con sus buenas intenciones y deseos de trascender en medio del odio y el olvido.

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El presidente mexicano en nuestro país interviene en el procedimiento para la formación de las leyes del país desde su iniciativa, la facultad de veto y la promulgación y publicación de la ley. Normalmente cuenta con la aprobación las cámaras de diputados y senadores, aunque sabemos que en los últimos años esto ha cambiado, se podría afirmar que en el gobierno de Luis Echeverría no fue la excepción.

Su modelo de Desarrollo Compartido con objetivos para la modernización de la industria, el incremento de la productividad, planteando que la riqueza creada debía compartirse, buscando una mejor distribución del ingreso, se enfrentó a la animadversión de los empresarios ante las medidas proteccionistas y limitaciones que el gobierno imponía. Seguramente en un afán populista, el presidente Echeverría tomó decisiones que incrementó el gasto público, con la intención de demostrar que se encontraba abierto al diálogo y a favor de la población necesitada, con más carencias, pues.

Sin embargo, las medidas de represión continuaron, de forma violenta, durante su sexenio y el siguiente. Era una realidad que grandes sectores de la sociedad, ya sea la clase obrera, trabajadora, campesina, la clase media, todas, se vieron afectadas en sus ingresos y prestaciones; lo que sí era real, era el enriquicimiento de las grandes empresas que condicionaban al gobierno para obtener más y más facilidades para sus ramos.

La disminución de las exportaciones, el decaimiento de la rama productora de bienes de consumo duradero, la falta de créditos y la inflación, llevaron a los capitalistas privados a reducir sus inversiones. Fue entonces cuando tuvo lugar la enorme fuga de capitales que llevó al país en cuestión de semanas, al colapso económico, provocando la devaluación en septiembre de 1976. (Colmenares, 2005, p. 361).

En el caso del presidente José López Portillo, denominó a su programa económico durante su gestión, Alianza para la producción. Inició su mandato en medio de una grave crisis económica; su modelo se enfocaba en superar la crisis, consolidación de la economía y posteriormente un auge y crecimiento, entusiasmado ante el descubrimiento de recursos de hidrocarburos, que le darían la entrada al país al primer mundo.

Tratar de crear una nueva estrategia que reorientase la economía hacia una mayor producción y empleo, que procurara la satisfacción de las necesidades básicas de la población, la redistribución del ingreso entre pueblos y regiones, el mantenimiento de la soberanía, y el fortalecimiento de la independencia económica y de las libertades democráticas. (Agustín, 1992).

Aunque también tomó decisiones populistas, con el afán de reducir la migración del campo a las grandes ciudades. Un ejemplo claro fue la creación del Sistema Alimentario Mexicano, el SAM, que fue elaborado por un equipo de 200 investigaodres y cuyo propósito era resguardar la soberanía nacional a través de la autosuficiencia en granos básicos, el aumento de los ingresos de los campesinos y la elevación del nivel de toda la población. (Agustín, 1992).

Pretender que el petróleo sería la solución a todos los males del país fue una falacia, el gasto fue mayor al ingreso en todos los rubros. Lamentablemente durante la administración de López Portillo se vivió una era de nepotismo y abusos de poder. Hermanos, hijos y la propia esposa del mandatario tenían cargos públicos, cuya gestión

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