ESCRITORES QUE NO LEEN
Enviado por ediepadilla • 30 de Abril de 2014 • Ensayo • 782 Palabras (4 Páginas) • 243 Visitas
ESCRITORES QUE NO LEEN
Hay quienes sienten el deseo de escribir de súbito, como si el acto de la escritura fuera automático. No se puede descartar al genio que sin leer libros pueda construir una obra, pero esto más bien sería algo absolutamente fuera de lo común, algo así como uno en un millón. Por lo regular cuando alguien que no me conoce se entera de que soy escritor me asalta de inmediato con dos afirmaciones.
La primera, que yo debería de escribir un libro acerca de su vida, como si esa vida en particular estuviese tan llena de matices como para que valiera la pena una biografía novelada al estilo de André Malraux, y esperan que de inmediato me enganche preguntando acerca de los detalles de tan peculiar existencia.
La segunda afirmación es que ellos (una mayoría) también tienen planeado escribir un libro, por lo que de inmediato se imaginan que me convertiré en su asesor de manera inmediata. Para este tipo de afirmaciones tengo siempre una pregunta. ¿Qué estás leyendo en este momento? Este es el primer filtro para saber si alguien está tomando con seriedad el asunto que me acaba de plantear. La mayoría de las veces me dicen que no leen lo que los descalifica de manera automática. Aunque también hay aquellos que sí leen pero no leen nada de lo necesario para convertirse en escritor.
Y aquí la pregunta sería ¿Qué se necesita leer para ser escritor? No hay una fórmula mágica para decidir exactamente que contenidos alguien debería de leer para convertirse de manera exitosa en escritor, porque hay muchísimos factores a considerar. Por lo regular los que se me acercan intentan escribir libros de aforismos o autobiografías con una fuerte carga de superación personal. Mario Vargas Llosa hablaría de eso en cartas a un joven novelista diciendo que la fama es tan veleidosa que muchos escritores de probada calidad literaria viven olvidados mientras que otros que son una verdadera pesadilla para el oficio obtienen jugosos contratos, llegando al grado de descalificar al Ulysses de Joyce desde una posición mercadológica como la de Coehlo.
Lo que realmente determina una verdadera vocación literaria puede ser ese deseo incontinente de recrear otros mundos después de haber leído bastantes libros. La analogía en este caso podría ser aquel tipo común que sin haber jugado beisbol ha decidido convertirse en pitcher. Cree que tiene un gran brazo pero nunca lo ha utilizado. Un jugador de beisbol hará de la práctica diaria su mejor arma para competir y la repetición de ciertos patrones de entrenamiento lo hará mejorar. Quizá no llegue a las grandes ligas pero al menos se convertirá en un jugador decente.
Igual le pasa a un escritor. Pensar que sin leer puede llegar a ser un escritor decente no deja de ser una estupidez. No hay atajos para el oficio de la escritura. A escribir se aprende escribiendo y leyendo. Se leen los libros como se lee
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