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ESQUEMAS DE OPRESION EN LA EDUCACIÓN LATINOAMERICANA.


Enviado por   •  8 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  2.052 Palabras (9 Páginas)  •  308 Visitas

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M.Sc Juan Josué Albeláez Perdomo

E-mail: eusoj18@hotmail.com

Universidad Politécnica Territorial del Oeste de Sucre “Clodosbaldo Russian”

ENSAYO:

ESQUEMAS DE OPRESION EN LA EDUCACIÓN LATINOAMERICANA

        América latina ha transitado tormentosos caminos a lo largo de su inconcluso desarrollo, siendo víctima de ultraje constante a manos de la hegemonía disfrazada de aliada. Fatídico ha sido su destino que se ha empeñado en negarle la felicidad a esta tierra macerada lentamente a fuerza de fusil desde sus inicios, cuando los ibéricos quisieron entrar a la fuerza, deshonrando culturas ancestrales bajo el fuego de las armas y con la bendición de la cruz. Siendo esta su primera experiencia integracionista con el supuesto mundo civilizado, no se ha podido esperar mucho de siglos que sucedieron a estos hechos. Opresión sistematizada ha sido el pan de cada día para Latinoamérica, opresión en todas las esferas del vivir cotidiano que ha tocado de alguna u otra manera a todo individuo de estas tierras, incluso a los más privilegiados.

        Aspectos tan nobles como la educación han sido víctima de las ráfagas de la opresión. Por supuesto, intereses externos han tenido mucho que ver en esta triste realidad. Al fin y al cabo ¿Qué amo déspota desea la crítica reflexiva de su esclavo? Toda fuerza política medianamente inteligente admite a la educación como instrumento clave de poder capaz de inculcar en una sociedad entera aires de rebelión o de profunda sumisión según sea la intención.

 La sociedad latinoamericana evidencia en su cotidianidad una educación propia de la cultura de la dominación a la que hace referencia Freire cuando menciona que “hay una práctica de la libertad, así como hay una práctica de la dominación. Actualmente, nos movemos, somos, vivimos, sufrimos, anhelamos y morimos en sociedades en que se ejerce la práctica de la dominación. No perdemos nada si intentamos una nueva pedagogía”. Dicha práctica se arraiga en una sociedad que le brinda el escenario propicio para ello; Uno en el cual la dominación externa ha sido la constante desde su fundación y donde la emancipación es un hecho ajeno a su realidad.

        Desde tiempos coloniales, en Latinoamérica se ha usado a la educación como parte de una mega-estructura de opresión social. Para ese entonces, los integrantes de la iglesia impartían una formación educativa cristiana cargada con ideología de la sumisión a la corona. Lo que vendría a representar un arrodillamiento ante la hegemonía al renunciar a la identidad originaria. La otra opción era soportar las más crueles masacres como castigo al menor indicio de sublevación. Se pretendía con esta enseñanza mantener a la sociedad originaria al margen del conocimiento crítico, utilizando la evangelización como elemento institucionalizador de dicha pedagogía.

         Además, son identificables para ese entonces, algunos elementos propios de la dominación cultural y educativa. La educación evangelizadora contaba con el disfraz de las buenas intenciones al ofrecer la salvación divina  de las almas de quienes se sujetaban incondicionalmente al sistema y aceptaba a la corona como enviada por Dios para gobernar. Mediante lo cual se logró establecer por siglos una educación netamente excluyente, impartida según la clase social del educando, donde los más poderosos y sus hijos “merecían” el conocimiento que les serviría para mantener el esquema de dominación sobre los más vulnerables. Esta práctica se extendió en toda la región echando raíces profundas en la formación de la sociedad.

        Posteriormente, para el tiempo de las gestas independentistas en Latinoamérica, se presentaron cuadros de dominación social impregnadas con la opresión aprehendida con los colonos europeos, pero con otros protagonistas. Según Fabio Fermín, para 1781 Tomas Jefferson, en un discurso disertado ante el congreso de los Estados Unidos dijo: “La emancipación de Hispanoamérica hay que posponerla hasta tanto Estados Unidos pueda beneficiarse de ella y no Inglaterra”. Esto demuestra que los ojos de los vecinos recién independizados del norte ya habían dirigido su mirada con interés hacia lo que ocurriría en Suramérica.

        Por supuesto que en años posteriores se sentiría la fuerte influencia de los Estados Unidos, no solo en la política de Latinoamérica, sino en toda esfera del vivir cotidiano; y en esto la educación no sería la excepción dado el gran poder que esta tiene en la formación de la conciencia de sociedades enteras. Todo esto fue posible con la ayuda de los gobiernos de la región ideológicamente afines al poder hegemónico.        

        Dada esta situación, los esquemas de opresión en la educación latinoamericana tienen bases sólidas desde hace varios siglos. Actualmente el carácter crítico del individuo se ve asediado por un sistema educativo sospechosamente influenciado por el poder hegemónico bajo la ignorancia o, en algunos casos, el consentimiento del poder político. Y es que la educación ha estado sin remedio bajo los deseos de las corrientes políticas instaladas en el poder. Así lo sostiene Pacheco (2013), quien menciona:

Debemos tener claro que los procesos educativos nunca son neutros, encarnan en todo momento un proyecto político, es decir, en última instancia, da cuenta de un proyecto de sociedad específico. Cuando hablo de proyecto político quiero referirme a una forma específica de organizar el poder para la producción y reproducción de una sociedad. En este sentido, cada sociedad demanda sujetos ―personas, hombres y mujeres― que hayan sido formados de acuerdo a los valores, creencias, costumbres, formas de producir y consumir, con una manera de entender el mundo y su movimiento de acuerdo a la historia que les ha tocado encarnar.

Es por esto que se hace necesario estudiar a mayor profundidad la real influencia que han tenido sobre la educación latinoamericana las esferas del poder político y a partir de esto, identificar esquemas opresivos responsables de distanciar la formación del ciudadano de los intereses verdaderos de dicha sociedad.

        Por el hecho de que la educación responda a intereses ideológicos y con la intención de perpetuar la opresión que sufre la sociedad regional desde su formación, con frecuencia se han desarrollado en Latinoamérica planes ocultos, haciéndose manifiesto en la dinámica de sus sistemas educativos. Graves problemas como la inequidad, los intereses económicos en la educación latinoamericana y la subvaloración de la profesión docente son el resultado de causalidades estratégicas emanadas desde las esferas de poder de la región, pero peor aun, estos actúan bajo influencias externas que tienen allí sus intereses económicos.

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