ESTRAGOS DEL VECINO PAIS VENEZUELA
Enviado por Amauryp189 • 13 de Mayo de 2021 • Ensayo • 850 Palabras (4 Páginas) • 114 Visitas
ESTRAGOS DEL VECINO PAIS VENEZUELA
A las 6 de la mañana suena el despertador. Carlos y su esposa se levantan; aunque ya es de día, el sol aún no perfora el gris del cielo en el barrio Santa Clara (Cartagena-Colombia).Ella, con ocho meses de embarazo, debe ir pronto a su trabajo, donde se desempeña como asistente de ventas de almuerzos corrientes, él se ofrece a acompañarla en su bicicleta. Al regresar, Carlos empieza a organizar sus hojas de vida. El día debería tener más de 24 horas -piensa- porque desde el 16 de septiembre del 2019 no puede encontrar un empleo. Tras abandonar su país, este venezolano -hijo de una colombiana-(vecina cercana a mi casa) se ha levantado cada día, durante los últimos siete meses, con la ilusión de obtener un trabajo que le permita empezar su vida en Colombia. Aunque es egresado de la Universidad de Margarita (Venezuela), en Colombia ha sido mesero, asistente en una veterinaria y hace lo que sea para conseguir dinero y ayudar a su esposa con los gastos. Pues solo se sostienen con lo que gana ella ya que es la única con empleo. Carlos es robusto, tiene una sonrisa amplia y es moreno; procura no dejarse llevar por las preocupaciones, pero las uñas de sus manos son el reflejo de las horas en que solo piensa en la bebé que viene en camino. En las tardes, sale en su bicicleta para entregar sus hojas de vida, también la usa para desplazarse cuando lo llaman a alguna entrevista. Eso le ahorra hasta 12.000 pesos diarios en transporte. “Con las temporales no hemos tenido suerte, parece que no sirve nuestra experiencia acá en Colombia. En todo este tiempo he trabajado dos veces en lugares donde no alcanzo a completar ni dos meses”, señala. De tanto intentarlo con oficinas de empleo, Carlos ha tomado la decisión de buscar a los dueños de las empresas, pues considera que exponiendo su caso obtendrá una mejor respuesta. Su residencia, de un poco más de 50 metros cuadrados, cuenta con un comedor, dos muebles, una cama, nevera y un colchón. En la casa vive también su cuñado. Todo, hasta su bicicleta, han sido préstamos o regalos de las personas que asisten a la iglesia del barrio Santa Clara junto con el padre y el grupo de apoyo de la parroquia les brindan apoyo.
“Yo salía de trabajar (en Venezuela) a las 5 de la tarde, de ahí me tocaba buscar un supermercado y hacer una fila de hasta tres horas para conseguir alimento. Tuve que decidirme a venir a Colombia”, cuenta. La bebé que viene en camino es la ilusión de este venezolano, su motor, lo que lo mueve. Trata de no entrar en desesperación. “Yo he tocado puertas, he enviado correos y busco visibilizar la situación en mi país; pero, sé que suena duro, parece que fuéramos invisibles en este país”, asegura Al final del día, Carlos se va a la cama con su esposa, saben que tienen que vivir con lo justo y lo han logrado, pero asegura que una y mil veces era mejor arriesgarse a esto que seguir en Venezuela Nunca deja su sonrisa. Es como su sello personal. Habla fluido, con mucha propiedad, y en su léxico mezcla algunas jergas venezolanas y su eventual acento típico de ese país. Emana seguridad y solo cuando recuerda la situación política y social actual de su natal Venezuela, su gesto de alegría se desdibuja un poco. No es pena, es nostalgia de lo que fue y hoy ha dejado de ser. “Extraño los viejos tiempos. Ahora parece que viviéramos en un entorno de supervivencia”, sentencia. Respira un poco. Piensa. “Me gustaría volver a mi país en algún momento, cuando las condiciones sean óptimas en todo sentido”, dice. Así como Carlos se hayan cientos de Venezolanos en Colombia que padecen la problemática que atraviesa el vecino país y donde los más vulnerables son los dagnificado en este proceso político social y económico del Gobierno de Maduro.
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