Economia popular y soidaria
Enviado por Santiago Hernández Cayambe • 27 de Abril de 2019 • Ensayo • 1.539 Palabras (7 Páginas) • 131 Visitas
ECONOMIA POPULAR Y SOLIDARIA
Santiago Hernández
La economía popular se define como un conjunto de actividades de producción, consumo o distribución que realizan las personas y/u organizaciones, pudiendo ser para auto gestionar los ingresos, o también para reducir los costos de sus bienes básicos (Ortiz Roca, SF). En cambio la economía solidaria surge a raíz de las experiencias de ciudadanos y campesinos en su lucha cotidiana por mejorar su calidad de vida en base al apoyo mutuo, organizándose de distintas maneras para acceder a una parte de la economía existente, compartiendo los beneficios económicos, sociales y culturales de esa pequeña parte (Ortiz Roca, SF). Cuando el apoyo mutuo, la cooperación y las distintas formas de compartir conocimientos, mercado y tecnología, son el elemento central de la economía popular, es cuando entra en escena la “Economía Popular y Solidaria”; que es donde se cultivan y desarrollan, a diversas escalas, el valor de la solidaridad en las personas que participan en ella (Ortiz Roca, SF).
Maximizar el factor solidario para obtener la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y a la ves generar procesos de desarrollo acumulables, es la estrategia a seguir. Y de esta manera es como surgen distintas organizaciones de economía popular solidaria en los sectores, económicos productivos, de comercio, de servicios, de consumo, financiero, educativo etc. Hay que notar que no es lo mismo economía popular y economía informal. Como se indica anteriormente economía popular hace referencia a una realidad basada en el trabajo de hombres y mujeres que, desde sus situaciones de pobreza, exclusión, desempleo y subempleo ponen en marcha actividades económicas que tienen como finalidad satisfacer sus necesidades básicas (Ortiz Roca, SF).
Mientras que, la economía informal se enfoca en actividades fuera del marco legal, y que como solución se propone cambiar el marco legal, para así permitir el desarrollo del sector informal, como si el problema se solucionara tan solo modificando la normatividad sin producir cambios en la economía real (Ortiz Roca, SF). La economía popular no está fuera de lo legal, un ejemplo son las pequeñas cooperativas y/o microempresas que cuentan con sus respectivos RUC, pero a la vez son actividades de economía popular socio-económicas. Mientras que la economía informal es engañosa pues oculta ciertas actividades de evasión de impuestos creadas por las grandes empresas. En la economía solidaria hay experiencias en que las grandes y medianas empresas privadas comparten conocimientos y mercados con pequeñas empresas. En donde se propone transferir dichas experiencias, que en la mayoría de las veces no son equitativas con las transacciones económicas solidarias crecientes con el sector de las empresas privadas tradicionales (Ortiz Roca, SF).
Si retrocedemos en el tiempo observamos que las experiencias internacionales de la Economía Popular y Solidaria en Europa han sido documentadas para la utilización del sistema económico, en el siglo XIX, por parte de los sectores campesinos y obreros. Aunque su importancia era en planos secundarios y hasta marginales, a causa de la creciente expansión del sistema capitalista (Herrera Taipicaña, 2018). Por esto varios autores le consideran una reaparición en el siglo XXI, precisamente cuando han llegado varias crisis. Y precisamente en 1998, Francia fue uno de los países que realiza este resurgimiento de la economía popular y solidaria en Europa, planteando reformas de carácter social creando la Delegación interministerial de la Economía Social, apoyadas por la mayoría en la región (Coraggio, 2009). Cuando la crisis económica de 2008 estaba en su peor momento, la economía social fue clave para salir de ella, tanto en países como Alemania, España, Francia e Islandia.
De igual manera en Latinoamérica, en los últimos años la economía popular y solidaria ha tomado mucha fuerza, se puede decir que debido a dos fuertes razones, la primera es que la sociedad esta reaccionando hacia el modelo capitalista, un modelo que fomenta el consumismo desmedido, en donde la brecha entre ricos y pobres es cada vez mas grande. Y la segunda es la memoria histórica, recordando los tiempos antiguos donde la fuerza de la sociedad era la cooperación (Coraggio, 2009). Es así que han surgido muchas actividades económicas donde se fomenta el cooperativismo y el trabajo en equipo, con un objetivo muy claro, el bien de la comunidad. Por ejemplo una experiencias de éxito de la economía popular y solidaria son los comedores populares auto-gestionados por mujeres de sectores urbanos populares en Lima, donde cada comedor está conformado por un promedio de 25 mujeres organizadas para cocinar de forma colectiva y rotativa, donde venden un promedio de 117 menús diarios, manteniendo precios diferenciados de acuerdo a las condiciones económicas de cada familia, sin descuidar actividades educativas y formativas (Ortiz Roca, SF).
En los últimos años las propuestas de la economía popular y solidaria no han llegado al éxito deseado, pues el sistema predominante en el planeta es el capitalista, el cuál defiende a capa y espada su posición, marcando su territorio y persuadiendo a todo el mundo que es el mejor sistema, además, estos programas se vienen aplicando de una manera aislada y cada uno de estos se aplica de acuerdo a las necesidades detectadas, el efecto se da en un corto plazo, y desaparece completamente, y es cuando se intenta aplicar la nueva receta, en la mayoría de los casos pasan a ser procesos asistencialistas del estado, que se oponen al desarrollo de las fuerzas productivas en el interior de la economía popular y solidaria (Blanco, 2012). Un programa integral de su aplicación desde una perspectiva holística, logra un mayor resultado en la aplicación de la política publica orientada hacia la economía popular (Blanco, 2012).
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