Educacion Cuidadana Y Social En Elestado De Mexico

La asimilación de la cultura política democrática puede transitar por una doble vía: La que proviene de los espacios educativos formales, que, pese a su incidencia, queda bastante limitada y aquella que se adquiere a través de los más variados cauces de socialización.

Los rasgos que van conformando la cultura política se construyen tanto al interior de la vida privada como de la pública. La participación en comicios, la militancia en partidos, la actividad en movimientos sociales, la incorporación a amplias corrientes cívicas van dejando su impronta en valoraciones y prácticas que marcan la mirada sobre lo público.

En México, como en otros países de América Latina, se han ensayado espacios extraescolares de educación alternativa que se han gestado en el marco de movimientos sociales y de luchas que han dejado grandes enseñanzas. Es a partir de ellas que se han ido construyendo significados, marcos valorativos, sobre hechos y coyunturas que se han ido transmitiendo y reformulando.

La cultura política dominante en México se ha visto siempre, aunque con variantes de intensidad, retada por elementos de la cultura política alternativa.

Si bien la nuestra ha sido considerada durante mucho tiempo una sociedad autoritaria, ello no niega el papel de la lucha que diversos sectores sociales han emprendido, desde hace más de cincuenta años, por democratizar las formas de ejercicio del poder.

Estas luchas, aunque no hayan logrado permear a la sociedad en su totalidad, han dejado su impronta en la idea de democracia entendida como un campo utópico de organización de imaginarios sociales que se posicionan frente a los hábitos del autoritarismo.

Los primeros promotores de una ciudadanía democrática efectiva, no abstracta, fueron todos aquellos actores que enarbolaron las banderas de la oposición a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.

Las exigencias ciudadanas de los 70s, gestadas a partir de la lucha estudiantil de 1968, se centraron en los derechos democráticos que desembocaron, hacia 1977, en una Reforma Política que demandó de sus promotores un esfuerzo de convivencia al interior de la pluralidad. Las organizaciones populares que surgieron hacia la década de los 80s fueron verdaderas escuelas para la organización participativa y para la construcción de una identidad ciudadana fortalecida por las muchas formas de resistencia civil que se desplegaron en las siguientes décadas. En 1991 se crean los primeros organismos plurales en defensa de los derechos ciudadanos. Desde entonces se han multiplicado por el país las agrupaciones nacionales y locales que, en la defensa de la democratización, han realizado un permanente ejercicio de imaginación y creación de nuevas formas de participación y expresión ciudadana.

La educación política se ha ido aprendiendo por el contacto con las luchas sociales y políticas que se han hecho cargo de la educación cívica de amplios sectores de la población para crear una específica cultura ciudadana (Durand, 1997).

Los movimientos sociales empiezan, desde los años 80s, a tomar en sus manos la formación de sus miembros y

...