El Adoslencente
Enviado por Nathaly061997 • 13 de Julio de 2013 • 551 Palabras (3 Páginas) • 258 Visitas
El adolescente vive una difícil "postura existencial". Ello puede ayudar a comprender
las "inestabilidades" y "vaivenes" emocionales a los que se ve sometido y que suele
expresar en su conducta.
El adolescente suele tener una afectividad muy rica pero inestable; extremista en sus
estados de ánimo (grandes alegrías y grandes tristezas) como si también en esto -
como ocurre en el mundo intelectual- "quisiera probar de todo" y "a tope".
En efecto, vive todo de forma comprometida: se mete hasta el fondo. Es capaz de
grandes depresiones o entusiasmos "irreflexivos". "Son capaces de lo mejor y de lo
peor"...
A veces, se muestran irreflexivos, se angustian, o les entra el pánico y "salen con
bobadas" de lo más pueriles.
Por eso, su conducta resulta "rara" y muchas veces "desconcertante". Podemos
plantearnos el "porqué" de todo esto:
I. Ya hemos visto que gran parte de los cambios que se dan en el adolescente (los
cambios corporales y sociales) tienen un denominador común en cuanto a
consecuencias: les provoca angustia.
La angustia es uno de los fenómenos más frecuentes en el adolescente. Esta
angustia a veces se expresa en forma de miedos, o de sentimientos de extrañeza, o
en "nostalgias" (el adolescente que durante la noche se imagina que "sus padres no
son sus padres", "que se mueren y él se queda solo"... etc.).
Otras veces se elabora en forma de rebeldía, de "depresiones", de soledad... etc.
II. Junto a la angustia, e inseparable de ella, surge la inseguridad. El adolescente se
nota incierto ante sí y ante lo que le rodea, por eso es ambivalente frente a la
mayoría de las cosas.
III. La inseguridad y la angustia, unidas a su capacidad de conceptualización,
conducen al adolescente a un "meterse en sí mismo". Se vuelve introvertido y se
plantea una serie de cuestiones acerca de él mismo: ¿Quién soy yo?, ¿qué quiero?,
¿adónde voy?. No le resulta fácil contestarse: no se comprende a sí mismo y por eso
piensa que los demás tampoco le comprenden. Esto le desanima, duda de sí, se
siente inseguro... y todo ello contribuye a que se aísle (se "encierra en su
habitación"... etc.).
Esto no quita para que, frente a los demás, "mantenga el tipo" y se muestre fuerte,
arrogante, incluso agresivo. Dará "contestaciones" a todo, expresará "convicciones"
firmísimas... se convertirá en el prototipo de la edad difícil.
No hay que olvidar que esta manera de comportarse, excéntrica y rara, obedece a
dos necesidades:
a)
...