El Cambio Es La Metafísica De Nuestra Era
Enviado por vicensayos • 2 de Septiembre de 2012 • 2.855 Palabras (12 Páginas) • 474 Visitas
“El cambio es la metafísica de nuestra era” Warren Bennis
Es evidente. Algo está cambiando. Ya lo señalaba Harold James en un exquisito artículo de International Affairs: “The geography of power is being transformed, in particular by the rise of China”[1]. Pero… ¿qué es lo que está cambiando? Lo que está cambiando es el orden internacional. Tanto la dimensión material o hard power, como la simbólica o soft power, están sufriendo cambios. Ahora bien, ¿de qué manera se produce el cambio?
Desde el influyente libro de Martin Jacques[2] y las proyecciones de Goldman Sachs, hasta las percepciones de los estadistas más brillantes, se estima que el poder de Estados Unidos está en franco declive. De acuerdo al National Intelligence Security Council, “the U.S. will remain the preeminent power, but that American dominance will be much diminished”[3]. Está claro. El mundo que se viene ya no será el de la Pax Americana. Muy por el contrario, Estados Unidos se convertirá en uno más dentro del concierto de los grandes. O para citar a Bruce Jones, “no longer the CEO of Free World Inc., the United States is now the largest minority shareholder in Global Order LLC”[4].
¿Qué vemos en los últimos años?
Que la Doctrina Monroe comienza a perder vigencia[5]. Que la unipolaridad está deteriorada. Que aparecen nuevos actores: los movimientos sociales, la contra-cumbre de Seattle, los BRICS, demuestran que el mundo se enfrenta a cambios profundos. Las acciones unilaterales en el Golfo y el “éxito” estadounidense de Kosovo, son cosa del pasado. Dados estos cambios ¿cómo es el presente?
De acuerdo a Joseph Nye[6], el patrón actual de distribución de poder puede definirse como de three dimensional chess-game. La dimensión superior, la militar, sigue siendo unipolar con centro en Estados Unidos. La dimensión intermedia, de tinte económico, es multipolar desde hace más de una década. La dimensión inferior, por su parte, refiere a los actores no estatales como banqueros, corporaciones, traficantes de armas, terroristas o hackers. Es aquí donde la difusión de poder es más visible y donde la hegemonía de Estados Unidos se encuentra más amenazada.
Estos indicios nos llevan a cuestionar el verdadero alcance de la unipolaridad. Si bien de sesgo realista[7], la pregunta por la distribución de capacidades y el sistema internacional, resulta útil. En este sentido, Bruce Jones señala tres aspectos que marcan un cambio en el orden internacional: el incremento de la demanda de recursos naturales en países como China e India, la presión de los países emergentes para aggiornar las organizaciones internacionales, y un cambio en el balance de poder mundial marcado por la “vuelta de Asia”.
En relación a esto último, resulta irónico que la emergencia de estas potencias se dé en un marco creado y sostenido por los Estados Unidos[8]. Brasil, Rusia, India y China dicen sí a la Globalización. Son parte del sistema y no lo cuestionan de fondo. El cuestionamiento al sistema internacional es de forma.
Pero, ¿desde cuándo se cuestiona al sistema internacional?
La Crisis Financiera Internacional de 2008, la Guerra de los 5 días entre Rusia y Georgia, y el ocaso de la Doctrina Monroe, marcan un quiebre en el sistema. De todos ellos, y en palabras de Adam S. Posen, “the global financial crisis of 2008-9 represents a challenge to this world order”[9]. En otras palabras, es la Crisis Financiera la que marca el verdadero punto de inflexión entre un momento y otro del sistema internacional.
Estos “eventos catalizadores”[10] conducen a lo que David P. Calleo denomina “de-legitimation of US leadership”[11]. A partir de ellos, la posición de Estados Unidos ha sufrido un leve deterioro. Como bien señalara Joseph Nye en The Paradox of American Power[12], Estados Unidos está fuerte en lo militar, pero constreñido y limitado en lo económico. Si a ello se le suma la Crisis de 2008, la paradoja es más relevante: demasiado poder militar en un país sacudido por el shock financiero, no alcanza para mantener una posición hegemónica.
La Crisis Financiera de 2008 no sólo puso en jaque el poder relativo de Estados Unidos. También llevó a repensar el alcance del orden económico actual, del capitalismo y de la Globalización. Si para muchos se trata de un proceso irreversible y hasta necesario[13], para otros, como Chris Hedge, la Globalización no es más que un proceso agotado a punto de colapsar. Y que, entre otras cosas, ha traído beneficios a una pequeña élite en detrimento de la gran mayoría de las personas[14].
Sea como sea, la crisis del orden económico es también la crisis del orden político. Mientras Estados Unidos sufría el shock financiero, China e India le salían al paso y lograban capearlo con éxito. La manifestación política inmediata fue la percepción generalizada, aunque no novedosa, de un nuevo orden global.
De acuerdo a Barry Posen, dos son los escenarios posibles que se abren a partir de ahora[15]. Por un lado, un mundo bipolar con centro en Estados Unidos y China. Y por el otro, un mundo multipolar caracterizado por la presencia de las potencias emergentes de los últimos años.
La primera hipótesis resulta bastante plausible. En palabras de Adam Posen, “none of the rising countries, except perhaps China, can even think in terms of rivaling America in all the dimensions that characterize a hegemon”[16]. Es decir, sólo China posee una economía, una demografía, una estabilidad monetaria y una proyección de poder lo suficientemente importante para rivalizar con Estados Unidos. Por si fuera poco, el gigante asiático posee la voluntad política de constituirse en potencia y ser un global player. Sobre este punto, David Shambaugh señala: “China is particularly interested in redistributing power and influence from North to South, and in this regard can be considered a revisionist actor in international affairs”[17].
El otro escenario posible es un mundo multipolar. En él, los “países ballena”[18], y en particular, los BRICS, presentarían una amenaza al comportamiento unipolar de los Estados Unidos. Caracterizados por ser Estados fuertes, con líderes visibles y una política exterior pragmática[19], estos países pueden cambiar la distribución de poder actual.
Son varios los elementos que nos permiten visualizar la emergencia de Brasil, Rusia, India y China. Esta emergencia se manifiesta en la influencia que ejercen los BRIC en diferentes áreas. De acuerdo a Bruce Jones, tres son las dimensiones donde esta influencia es más notoria: la vecindad o el barrio de cada uno de los BRICS, los organismos internacionales, y las
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