El Dinamismo Social Y La Ciudad: Dos Elementos Indisociables Pero En Permanente Conflicto.
Enviado por diegodrag • 23 de Junio de 2014 • 2.574 Palabras (11 Páginas) • 288 Visitas
Universidad de Valparaíso
Cátedra de Sociología Urbana
El dinamismo social y la ciudad: dos elementos indisociables pero en permanente conflicto.
Autor: Diego Álvarez Garrido
Profesora: Claudia Ulloa
Invierno 2013
La ciudad, como reflejo de la configuración de las relaciones sociales, se traduce en preguntas y múltiples respuestas en donde, las interrogantes cambian a partir de las soluciones que se presentan y que no responden necesariamente caracteres democráticos. Sino que se nos imponen la mayoría de las veces a la ciudadanía. En este sentido, la ciudad es un campo social según Bourdieu, donde confluyen diversos actores sociales que se disputan el espacio social en función de sus distintos capitales. Asimismo, tal como propone Borja (2000) la ciudad es el continente de la historia, el tiempo concentrado en el espacio, la condensación del pasado y la memoria, el lugar desde donde se producen los proyectos de futuro que dan sentido al presente.
El Malestar plasmado en la ciudad
En la medida en que predomina actualmente el paradigma de la sociedad de consumo, es que en el caso chileno nos vemos enfrentados a ciudades en decadencia, como lo expresa la ciudad de Valparaìso. En este contexto, el poeta y escritor Cristian Warnken, a partir del suceso de julio pasado en que se produjo la rotura de matriz del cerro Ramaditas, escribe lo siguiente:
Valparaíso es, en realidad, solo la cara más evidente no solo de su propia ruina, sino de la del espacio público de todo Chile.
(…)Pero no es solo Valparaíso el que se está cayendo a pedazos, es el Chile republicano que costó décadas levantar el que ha sido aplastado, pasado a llevar por este nuevo Chile del retail , de los malls , de los duopolios, de la ignorancia e insensibilidad por lo que no sea ganancia inmediata, rapiña fácil. (Warnken, 2013)
El escritor nos plantea el conflicto que se genera en la ciudad a partir de la instauración a gran escala de edificios y estructuras al servicio del mercado, que contribuyen a la privatización de la ciudad. Como los Malls, con presencia cada vez más masiva en nuestras ciudades, En este sentido, Tomas Mulián los retrata: “el Mall es un espacio privado con aspecto de espacio público, con acceso en apariencia libre, pero sometido a discreto control.” (Moulian, 1998)
Proyecto GeoPark a un costado de Hospital Van Buren http://www.edificiogeopark.cl/edificio.php
“Valparaíso nació y se desarrolló entre dos azares (…) entre su arquitectura espontánea y popular, (…) en que todos se respetan la vista mutuamente, en un ejemplo de cortesía y cultura urbanas único, solo transgredido por los recién aparecidos edificios, descomunales e insolentes” (Warnken, 2013).
Entonces tenemos la ilusión de que nos desplazamos entre espacios públicos, que en la práctica son espacios que no nos representan como ciudadanos, si no como consumidores y posibles infractores de una forma de comportamiento ad-hok.
El retroceso de la utilización y desarrollo de los espacios públicos se vincula con la desconfianza generalizada entre ciudadanos de un espacio común, que tiene sus raíces en el período de dictadura militar de nuestro país, lo cual se trata en el informe del PNUD (2002):
“Quizás pueda rastrearse su origen en el antiguo temor a las diferencias. En tiempos recientes, la dictadura reprimió la acción colectiva, institucionalizó ciertas fragmentaciones e impuso serias restricciones a la autodeterminación de la sociedad.”
En este marco de debilitamiento de sociabilidad, lo privado se posiciona sobre lo público, en función de un cambio del rol del Estado, desde un Estado de bienestar que entregaba estabilidad y asumía responsabilidades hacia la ciudadanía, a un Estado que se desliga y espera que los privados respondan a las demandas colectivas (Castells, 2005) genera una “costumbre por lo privado”, los espacios siempre son de alguien más.
La desarticulación ciudadana y desconfianza hacia el Otro se traduce en la forma en que vivimos actualmente en las grandes ciudades, marcadas por una vigilancia extrema y un deseo continuo de demarcarnos y delimitar los espacios sociales. Según Virilio (2011), las ciudades se encuentran enclaustradas en busca de la seguridad interior. Existe una creciente vigilancia, que se traduce en “ciudades privadas, protegidas por su cerco eléctrico, cámara de seguridad y guardias.” (p. 65). Asimismo, define la ciudad como una claustrópolis, que se expresa por una exclusión del extranjero. El encierro del que nos habla el autor es un encierro cuyas paredes son el tiempo. En fin, lo define como una bunkerización de la ciudad.
La sociedad chilena es una sociedad que te invita a la individualización pero con desigualdad de medios para ello, en tanto, las subjetivaciones fallidas generan desconfianza reflejada en un deseo hacia lo privado.
Ciudad pánico: expresión del miedo trasmitido por los medios de comunicación a la población.
Evolución del enemigo interno histórico.
La dictadura Cívico-Militar en Chile, desde su comienzo en 1973, necesitó crear una bipolaridad en la sociedad entre quienes estaban a favor del régimen y quienes estaban en contra, asociando conceptos teóricos políticos e ideológicos (marxistas, comunistas, miristas) con apelativos criminalizadores (violentistas, terroristas) para establecer un enemigo de fácil reconocimiento y que aglutinara todos los disvalores posibles que los poderes fácticos/comunicacionales decidieran.
La desconfianza cómo consecuencia del miedo inclusive a perder la vida influyó considerablemente en las subjetividades. Por un lado a la existencia de aparatos estatales dedicados a identificar a dichos enemigos
Portada del Mercurio 9 de Abril de 1987 (http://www.theclinic.cl/2008/10/17/las-mentiras-de-el-mercurio/)
El regreso a la democracia cambió el discurso pero no el fondo, la existencia de un enemigo interno durante los gobiernos de la concertación fue diferente, esta vez ya no era el posible “terrorista “ rondando en tu puerta o el miedo al informante de las fuerzas de seguridad del Estado, esta vez el posible delincuente en la cercanía de la ciudadanía es otro delincuente, otro traficante, ladrón, asesino. La crónica roja pasó a ser la preferida de los medios periodísticos y el discurso por la seguridad ciudadana pasó a ser fundamental en las discusiones de la política institucional.
Con el Aumento de los
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