El Discurso Del "narco" Y La Militarización [Costa Rica]
Enviado por masterbrumas • 19 de Junio de 2013 • 1.275 Palabras (6 Páginas) • 415 Visitas
El discurso del “narco” y la militarización [Costa Rica]
El discurso del “narco” y la militarización --- Esteban Llaguno Thomas [1]
--- “Roosevelt hablaba de las cuatro libertades, pero no de la quinta y más
importante: la libertad de saquear y explotar” --- Noam Chomsky, La Quinta
Libertad --- Reapropiación territorial en América Latina --- En los últimos
años Estados Unidos ha aumentado sus gastos militares, las llamadas “crisis”
(como la vivida desde el 2008) representan un colapso, no sólo
significatorio sino también de sistema. Estos dos elementos han generado un
constante proceso de militarización y mercenarización de su política
exterior. Vemos como desde el 11 de septiembre de 2001, EE.UU. anuncia una
“guerra mundial” (como las cruzadas católicas en épocas atrás, cuyo
propósito era la liberación de los “lugares santos”), lo cual constituyó un
reacomodo ideológico del neo-conservadurismo en la administración de G. W.
Bush (2001-2009) y su proyección a nivel mundial.
A partir de ello, dicha guerra implicó la “liberación” de lugares y
pueblos dominados por el terrorismo, ya que estos eran vistos como
“enemigos”, lo que permitió la invasión militar a Afganistán e Iraq
(apoyada por la administración costarricense de Pacheco de La Espriella,
2002-2006).
El paradigma neo-conservador bushiano, “antiterrorista”, empezó también a
relacionar los grupos subversivos (“terroristas”) con las actividades de
narcotráfico para financiar sus actividades. De esta manera, se trasladó
el marco categorial estadounidense del anticomunismo (representación de la
imagen y símbolo del comunista, como desestabilizador del sistema y, de la
seguridad nacional y mundial) constituido en el período de la Guerra Fría,
al marco categorial antiterrorista, es decir, sus principios constitutivos
se mantienen, esencialmente (ahora bajo el discurso del narco, como ente
desestabilizador del sistema mundial).
Con ello, entonces, algunas instancias estadounidenses como la DEA, el
Departamento de Estado, el Pentágono y el Comando Sur, se han dedicado a
propagar las políticas antiterroristas y antinarcóticos, donde subyacen
medidas de re militari. Sus expresiones concretas iniciaron con las
campañas contra la hoja de coca (en cuanto a la destrucción y prohibición
de plantaciones), en el caso boliviano, además de que este país inició
transformaciones en su seno político a partir del ascenso al poder de Evo
Morales y los procesos de integración sudamericanos como el ALBA.
Colombia, con A. Uribe, fue el punto articulador de tales medidas en
territorio sudamericano; su banalización –debido a múltiples persecuciones
y muertes, sin olvidar las fosas comunes y la críticas al servicio de
inteligencia de la DAS, la cual el ex-ministro costarricense de la
presidencia R. Arias solicitó capacitación en 2008 de esta organización
para la DIS en Costa Rica- se dio con el permiso otorgado por el gobierno
colombiano al gobierno estadounidense de la construcción, ejecución y
operación de 11 bases militares.
En Perú, a inicios de este año, el Comando Sur realizó un programa de
capacitación de alrededor de 3000 militares y policías (en temáticas como
“ayuda humanitaria”, lucha contra el narcotráfico, etc.) de varios países
de América del Sur. Esto fue meses antes del intento de golpe de Estado en
Ecuador en el mes de septiembre, donde varios de los militares
ecuatorianos capacitado allí, estuvieron involucrados en dicho proceso.
Todas estas iniciativas se han camaleonizado en diversos instrumentos de
control y administración, por ejemplo, los tratados de libres comercio en
la región. Desde la iniciativa del Plan Puebla-Panamá, hasta el NAFTA y el
CAFTA. Lo más reciente –vigente desde el 2008- ha sido la Iniciativa
Mérida, la cual comprende la transferencia de recursos (materiales y de
capacitación) y coordinación de organismos estadounidenses entre México,
Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica y Panamá.
A esta iniciativa se le adhiere el discurso antinarco, especialmente ante
la “amenaza” (junto a un proceso de criminalización de grupos juveniles,
pandillas o maras, las cuales se les liga con este negocio) de los
principales carteles –mexicanos y colombianos- de producción, puesto que
su comercialización y consumo mayoritario se realiza en el mercado
receptor: EE.UU.
En fin, las políticas estadounidenses sobre el tema del narcotráfico no
son sino reapropiaciones de su <espacio vital>, lo cual le permite ejercer
su quinta libertad, saqueo y explotación -según N. Chomsky-; recordemos
que en la invasión militar a Panamá en 1989 se utilizó el recurso
antinarco contra la administración del general M. Noriega, hoy se utiliza
en las masacres desatadas en México, aunque EE.UU. venda
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