El Docente Como Failitador
Enviado por alexandrito2635 • 23 de Julio de 2013 • 1.170 Palabras (5 Páginas) • 254 Visitas
Enseñar es una tarea que dignifica la persona, el logro de una enseñanza capaz de proporcionar a los estudiantes la posibilidad de aprender a aprender adquiere una importancia de primer orden.
El alumno no aprende solo, sino con la actividad auto estructurante del sujeto que estará mediada por la influencia de los otros, y por ello el aprendizaje es en realidad una actividad de reconstrucción de los saberes de una cultura.
El rol central del docente es el de actuar como mediador o intermediario entre los contenidos del aprendizaje y la actividad constructiva que despliegan los alumnos para asimilarlos.
Sin dejar de reconocer que la enseñanza debe individualizarse en el sentido de permitir a cada alumno trabajar con independencia y a su propio ritmo, también es importante promover la colaboración y el trabajo grupal.
El docente como facilitador entre el alumno y el aprendizaje debe estar preparado para dimensionar la labor que realiza, por lo tanto, el resultado obtenido dependerá de la eficacia empleada.
El alumno necesita aprender a resolver problemas, analizar la realidad críticamente y transformarla, aprender a pensar, aprender a hacer, aprender a ser, aprender a convivir y por último aprender a descubrir el conocimiento de una manera amena, interesante y motivadora.
Sabiendo que el docente es un profesional, debe contemplar ciertos requisitos y cualidades éticas y morales que se exigen para ejercer honestamente su profesión.
El objeto de la ética profesional es mucho más amplio de lo que comúnmente se supone. No es otra cosa que preguntarse como docente, profesor, pedagogo, licenciado, frente a sus alumnos, a la sociedad y al país "¿estoy haciendo con mi trabajo lo propio que beneficia a estos alumnos, lo necesario que beneficia a la sociedad donde estoy inserto, lo trascendente para mi país?"
Es por ello que siguiendo con los principios y normas éticas el profesional docente no sólo debe ejercer su trabajo, sino que debe ejercerlo bien, ya que éste tiene un fin social, que consiste en atender adecuadamente cada una de las necesidades que la sociedad debe satisfacer, para contribuir así al bien común.
La concepción del maestro como facilitador del aprendizaje es mal entendida y se le relaciona con un profesor poco exigente o con escasa disciplina o bien se le percibe como aquel que sólo proporciona el programa, las actividades y las tareas, para que sea el alumno quien realice lo estipulado en las asignaturas; la concepción correcta se asume en el sentido de que tal facilitación implique la idea de un guía o conductor del aprendizaje, para lo cual se requieren determinadas estrategias específicas de intervención didáctica.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que el objetivo de facilitar el aprendizaje no es un fin en sí mismo, sino que está en función de desarrollar dicha intervención para que el alumno logre cada vez mayor autonomía; es decir, que el alumno aprenda con el maestro, sin el maestro y a pesar del maestro.
La autonomía debe ser vista como requisito indispensable de acceso a la era de la información y el conocimiento; conocimiento extraordinariamente cambiante y que por lógica no puede ser abarcado disciplinariamente como lo concibe tradicionalmente la escuela.
La autonomía en el aprender es punto de llegada, más que punto de partida y por ello resultan de gran utilidad las ideas referidas al establecimiento de niveles de competencia que vayan haciendo cada vez más accesible y compleja la tarea.
Dichos niveles de competencia deben ser acompañados de las condiciones de desempeño requeridas para que los alumnos vayan accediendo a niveles superiores de desarrollo intelectual, independientes e interdependientes; sobre todo estos últimos dados en una labor
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