El Drama Del Trabajo Infantil E Colombia
Enviado por dieghito • 10 de Marzo de 2014 • 2.896 Palabras (12 Páginas) • 238 Visitas
El desplazamiento y la pobreza, fenómenos causales del trabajo infantil en Colombia.
El trabajo infantil es una de las principales problemáticas sociales en Colombia, que ha hecho parte de su historia: en la colonización los niños fueron parte activa en los grandes cultivos y en trabajos pesados, en la modernidad hicieron parte de las grandes industrias y haciendas y en la actualidad a causa de la pobreza trabajan en las calles, en los campos y en diversos trabajos informales, esto refleja como los niños nunca han dejado de estar inmiscuidos en las actividades de los adultos, ignorar el trabajo infantil en colombia, es permitir que nuestra sociedad no vaya más lejos, no progrese y sea igualitaria.
En la última década una gran cantidad de niños/as a lo largo del territorio colombiano según estudios realizados por UNICEF y la OIT (Organización Internacional del Trabajo):
se encuentran vinculados en las peores formas de trabajo, las cuales abarcan: todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento para utilizarlos en conflictos armados; la utilización y la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía; la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes.
Por ende la pobreza absoluta colectiva (clase de pobreza, donde le resulta muy difícil a las gentes acceder a las necesidades básicas. Ya sea de alimentos, educación, salud, vestuario, etc.), al igual que el desplazamiento, son fenómenos recíprocos causales de la explotación y trabajo infantil durante las últimas décadas en Colombia.
La pobreza en colombia ha sido un fenómeno que de manera vertiginosa, se dio en los dos primeros años de la década de los 90, cuando con la nueva constitución se implemento una serie de reformas económicas entre las que se destacan la apertura económica y la reforma laboral, dichas reformas afectaron en gran medida las relaciones y estructuras económicas, produciendo ajustes en los mercados, dando como resultado un mayor índice de pobreza; ya que no solo la persona de la ciudad tenía que prepararse más para los retos que se vendrían en el mercado laboral; sino también, porque la comunidad campesina del país ya no solo competía contra productos nacionales, ahora tenía que enfrentarse a productos internacionales de menor costo, y mayor cantidad, lo cual los llevo a la quiebra y posteriormente su transición a las ciudades.
A esta penosa situación se le suma el conflicto armado, que por casi 60 años el país ha tenido que costear, según Laura Restrepo: “este conflicto es producto de esas grandes brechas sociales y diferencias, que en un principio se tradujeron en dos partidos políticos el liberal y el conservador en la década de los 50s”, los cuales en un principio fueron defensores de sus tierras y de sus familias, pero poco a poco, las ansias de poder corrompieron sus iniciativas y se convirtieron en lo que el gran filósofo Thomas Hobbes denominó: “el hombre se convierte en un lobo para el mismo hombre” volviéndose de cierta manera grupos asesinos. A partir de los años 80 esta serie de grupos al margen de la ley, mediante el uso de las armas, empezaron a desplazar masivamente a centenares de familias a lo largo y ancho del territorio colombiano, despojándolos de sus terrenos a aquellos que no hacían resistencia alguna y asesinando a los que sí.
Estos antecedentes permiten entender un poco; el porqué, en la actualidad los niños/as, muchos de ellos pertenecientes a estas familias, vienen a engrosar los índices de desplazamiento así como también de trabajo y explotación infantil.
Según Laura Piñeiro López y Tania Pérez Brandon son dos las causales más importantes del trabajo infantil:
Marginación social y extrema pobreza presente en la familia que en general carece de las condiciones necesarias de subsistencia y hace que los niños trabajen para mantener la economía familiar. Esta situación solo puede resolverse con una decidida voluntad estatal de desarrollar a la nación y proteger la familia y por otro lado conflictos armados, los cuales son situaciones desastrosas de orden público, en donde los niños y niñas son víctimas de todo tipo de abuso.
Esta marginación social de la que hablan se entiende como la falta de tolerancia, compresión y ayuda, por parte de la sociedad que poco o nada le interesan más que sus propios dilemas, y esto en definidas cuentas refleja la falta de cultura de los colombianos. Es decir, pueden ver estar muriéndose en la calle a una persona por la falta de un plato de comida o un remedio, o otras razones; y no les interesa, por que como sociedad nos hemos infundado perjuicios sin fundamento en contra de estos individuos. Por otro lado los conflictos armados, claramente son situaciones que se supone el estado debería suprimir, ya que este es el encargado de velar por la paz, armonía y justicia entre las personas, y también tiene como función, el garantizar estándares mínimos de trabajo, salario, salud y vivienda, materias que son violentadas al presentarse este tipo de conflictos en la sociedad colombiana. Estos causales del trabajo infantil en colombia son los que en principio permiten, que los niños/as caigan fácilmente en redes de explotación infantil o crimen organizado que los utilizan para fines económicos, de mendicidad o prostitución.
Jorge Bustamante, director del DANE, aseguró que: “1’465.000 niños entre los 6 y 17 años de edad trabajan en Colombia. Explicó que en las cabeceras se concentra el 10,7% del empleo infantil, lo que equivale a 865.000 niños y adolescentes. En la categoría ‘resto’ que incluye áreas rurales, se ubican 593.000 personas”. Estas cifras reflejan no solo los altos índices de pobreza en las ciudades que ha llevado a que estos niños estén inmersos en trabajos informales y sean vulnerables de explotación meramente infantil, sino también la falta de presencia y a la vez compromiso por parte del aparato estatal (instituciones públicas) del estado, competente en este aspecto; en las zonas rurales que son las más afectadas, si se tiene en cuenta que la población allí presente es relativamente inferior a la de las metrópolis.
Sobre este preocupante panorama, María Arteta, al directora adjunta de la OIT para los países andinos, aseguró que Colombia ha hecho un gran esfuerzo para combatir el trabajo infantil, pero que falta coordinar las labores de los gobiernos nacional, departamental y local. Además expreso que: “Los niños se identifican desde las comunidades, no desde un escritorio en un ministerio”, claramente
...