El Futuro De La Democracia

La democracia según el jurista, filósofo y politólogo italiano Norberto Bobbio se concibe como un conjunto de reglas, tanto como primarias como fundamentales, que establecen quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos. Se dice que la democracia se concibe entre el Estado y el individuo manifestando una relación directa sin cuerpos intermedios, pero en realidad la democracia actual si contiene a estos últimos.

La relación existente entre un individuo y el Estado se ha convertido más bien entre grupos y el estado; las organizaciones, los sindicatos, los partidos políticos etc., han tomado el lugar del individuo, en sentido de representación, convirtiéndose en mediadores y adquiriendo el carácter de sujetos políticos relevantes. Por lo tanto, los grupos se han convertido en los principales participantes en la vida política de una sociedad democrática y por lo mismo se convierte en una democracia pluralista provocando un camino más extenso entre el individuo y la democracia, es justo aquí donde pienso que es pertinente hablar de la democracia en México, pues como se expone anteriormente esta así se encuentra estructurada, pues de una u otra forma el ciudadano es forzado a inclinarse por aquel grupo que se asemeje más a su pensamiento, que persiga sus ideales, que apoye sus convicciones; para al menos obtener ese pequeño espacio de opinión que se supone la democracia otorga.

La democracia en México, como la mayoría de los ciudadanos sabemos, está reflejada en la forma en que elegimos a nuestro presidente, a los gobernadores de los estados, a los diputados y senadores.

Todo aquel ciudadano con mayoría de edad elije cada determinado tiempo (respectivamente al cargo que se persiga) mediante el ejercicio libre y secreto del voto a esa persona intermediaria entre el individuo, o sea nosotros, y el Estado. El fallo de esto, que es lo que consideramos otorga democracia a nuestro país, es que se ha tornado de alguna forma obsoleta para nuestra sociedad.

Esos grupos intermediarios, “sujetos políticos relevantes”, ya no coinciden con el ideal de la sociedad, entonces el individuo no vota por el que represente mayoritariamente sus ideales, si no por aquel que menos se acerque a lo que no desean, y es ahí donde nos preguntamos, ¿Seguimos siendo democráticos? En las últimas elecciones para Presidente de los Estados Unidos de México el porcentaje para el candidato ganador fue de 38. 15%, o sea menos de la mitad de la población apoyo al candidato ganador, ¿Qué tan democrático es esto?

Más de la mitad de la población prefirió otras opciones, dando a entender que más de la mitad de la población no concebía como buen intermediario-represéntate al anunciado como democráticamente ganador de las elecciones.

El futuro de la democracia en México debe tocar como primer punto ese modelo no eficiente de elección de representación

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