El Municipio
Enviado por • 6 de Mayo de 2015 • 2.013 Palabras (9 Páginas) • 173 Visitas
EN QUE CONSISTE LA FIGURA DEL MUNICIPIO LIBRE
La facultad de administrar libremente al ayuntamiento su hacienda pública, a la luz de a revisión que de cuentas publicas debe hacer el congreso del estado, ha creado criterios confusos en relación a dicha libertad.
para aclarar lo anterior baste recordar que por egreso se entiende el gasto público que el ayuntamiento realiza en el ejercicio de sus funciones y para lo cual tiene plena libertad de formular su presupuesto en los rubros o programas que convengan a la comunidad, mientras que la revisión de la cuenta pública tiene como finalidad conocer si los ingresos aprobados por el congreso del estado a los ayuntamientos, tomando en consideración las contribuciones u otros,, cualquiera que sea su denominación y se establezcan en su favor.
El ayuntamiento funciona en sesiones denominadas cabildo donde las decisiones se toman por mayoría de votos.
Las sesiones de los Ayuntamientos pueden ser ordinarias, extraordinarias, permanentes y solemnes.
Las sesiones ordinarias son las que celebran con regularidad en las épocas previstas mientras que las extraordinarias se celebran cuando surge un evento que n o admite demora; las sesiones solemnes son realizadas conforme a la importancia del acto ara el que fueron convocadas y lo cual pueden estar estableciendo la ley, por otra parte las sesiones permanentes son aquellas que por su naturaleza requieren de atención prolongada.
También las sesiones pueden ser privadas o públicas permitiéndose en el caso de las últimas el acceso al público.
ATRIBUCIONES: la doctrina ha debatido acerca de la naturaleza de las actividades que realiza para alcanzar sus fines, se cuestiona si es una obligación o un derecho el que tiene para ejecutarlas.
De acuerdo a la constitución el municipio es la base de la organización política y administrativa de la federación y se integra con tres elementos que le son imprescindibles, determinan su existencia: territorio, población y gobierno. Estos tres elementos para responder a la auténtica libertad del municipio, frente a las otras orbitas del gobierno federativo deben de estar respaldado con una característica condicionante, como lo es indudablemente la autosuficiencia económica.
El sistema jurídico vigente hasta la fecha, no ha contemplado con propiedad ni los tres elementos consubstanciales ni la autosuficiencia económica. Y ha permitido el quebramiento esencial de tales principios y condición, de manera tal que los municipios del país se encuentran en lo político y lo económico superdotados, a los gobiernos de las entidades federativas de su jurisdicción y el Gobierno Federal.
El municipio libre se estableció para que las comunidades locales tuvieran libertad, aboliéndose las funestas y los odiados jefes políticos, suprimiéndose toda autoridad intermedia entre los ayuntamientos y los gobiernos de los estados, los gobiernos de las entidades federativas, son pretextos de que los municipios son libres, han interpretado y abusado de esa libertad en sus regimos interiores frenando el derecho a auto manejarse de las autoridades locales y arrojando la primera línea de la democracia nacional.
El movimiento conocido como Revolución mexicana, que se inició con la rebeldía maderista en 1910, destapó la realidad de un país diverso y complejo. Más que un proceso monolítico, rodeado de características similares, el lapso histórico que vivió nuestro país durante esa década, patentizó la diversidad de su territorio y su gente, afianzando la percepción de que México es muchos Médicos.
Fue durante los debates del Congreso Constituyente de 1916-1917 cuando esta realidad se hizo más evidente. En la búsqueda de una nueva organización, que diluyera la influencia del antiguo régimen y provocara un nuevo panorama para el país que iba surgiendo de una lucha sin cuartel, los diputados vertieron sus propuestas para elaborar un conjunto de leyes que se basaran en la realidad de la nación. Entre los debates más álgidos se destaca el que tuvo lugar alrededor del municipio libre, añeja implementación organizativa que perdió su fortaleza tras el poder centralizado que ejerció don Porfirio por más de treinta años. Había que subsanar ese atraso, y Venustiano Carranza, impulsor de la nueva Carta Magna, lo sabía.
Político experimentado, había tenido la oportunidad de ejercer el poder en su estado natal, incluso antes del movimiento libertario que se conjugó en torno a la figura de Francisco I. Madero. Durante su gestión, el Varón de Cuatro Ciénegas se dio cuenta de que el poder centralizado provocaba muchos problemas entre las distintas poblaciones, sin importar su alejamiento o cercanía. Las características particulares de cada región hacían necesario otorgarles libertad de acción, sobre todo en la utilización de los recursos a su disposición. Y en este tenor se abocó su propuesta.
En el discurso que pronunció el día de la apertura de las sesiones en Querétaro, el 1 de diciembre de 1916, al referirse a este asunto, hizo hincapié en que se trataba de una de las grandes conquistas de la Revolución, pues significaba la base del Gobierno libre. Con su aplicación no sólo se otorgaba libertad política a la vida municipal, ya que también se presentaba la posibilidad de obtener la independencia económica, en el supuesto de que podría ejercer sus recursos hacendarios en sus necesidades reales, que eran totalmente conocidas por los habitantes en su propio entorno y no por el poder central. Con esta medida, se acababa la disposición que antes hacían los gobernadores estatales de los dineros de las comunidades, que eran ejercidos sin la pertinencia de cubrir los requerimientos de los pueblos, dejándolos a veces en el total desamparo. Pero también se alcanzaba la oportunidad para mejorar las condiciones electorales, pues la organización de los comicios recaería en las autoridades municipales, con lo que se conquistaba mayor transparencia y se evitaba hacer mal uso por parte de autoridades ajenas a las poblaciones.
En el seno del Congreso, la discusión provocada por este capital asunto contempló varias aristas. Su relevancia era tomada en cuenta. Por ejemplo, Luis Manuel Rojas, calificado como uno de los diputados moderados, aludía a la importancia del ordenamiento municipal, pues solamente con su puesta en marcha se podría iniciar la labor de “corrección” que asumían los congresistas frente al devenir del régimen derrocado. Las opiniones unían pareceres. Así, uno de los “radicales” históricos, Heriberto Jara, se pronunció a favor, pues la creación de municipios independientes, que acarrearía la elección directa de sus autoridades, terminaría por completo
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