El Orden Rosista

El orden rosista (1835-1852)

El 7 de Marzo, la Legislatura de Buenos Aires designo gobernador a Juan Manuel de Rosas. A las facultades extraordinarias se le agrego la suma del poder público, es decir, la concentración de los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial; además, se amplió también el periodo de gobierno de tres a cinco años de duración.

Para obtener legitimidad, Rosas exigió un plebiscito, para que el pueblo manifestara su acuerdo con estas medidas, dando como resultado la aprobación de la mayoría de la población.

Así, el 13 de Abril de 1835, Rosas asume su segundo mandato con todo el poder concentrado en sus manos y el respaldo del pueblo, lo que le otorgaba la posibilidad de ejercer sus decisiones sin ninguna oposición.

La eliminación de la oposición

Una de las primeras medidas tomadas por Rosas fue la eliminación de toda manifestación en contra de su gobierno. Por lo tanto, comenzaron las destituciones de militares, funcionarios y eclesiásticos en toda la administración.

Restableció el uso obligatorio de la divisa punzo para los funcionarios y alumnos de escuelas públicas y privadas.

Estableció también que todos los escritos oficiales se encabezaran con la leyenda “¡Viva la Federación!”.

Todas las medidas promocionadas por Rosas, fueron legitimadas mediante el uso del terror, con el apoyo de la Mazorca , encargados de vigilar y castigar a aquellos que no cumplieran las normas, ya fuera mediante el insulto público, la golpiza o la cárcel. Bajo esta situación, muchos mostraron su apoyo al gobierno por medio de propagandas, tanto en el ámbito cultural como en el religioso.

La reacción de los jesuitas contra estas medidas produjo su persecución y exilio.

No existía en Buenos Aires prensa opositora, ya que aquellos que no alababan al gobernador debían emigrar para no sufrir las consecuencias de su oposición.

Muchas veces se recurrió a los fusilamientos “ejemplificadores” de los “salvajes unitarios” y de todos los que manifiesten algún desacuerdo.

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