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El Papel del Maestro en Colombia: En Aras del Posconflicto


Enviado por   •  3 de Octubre de 2015  •  Ensayo  •  1.856 Palabras (8 Páginas)  •  250 Visitas

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El Papel del Maestro en Colombia: En Aras del Posconflicto

El mundo es un complejo sistema de relaciones cambiantes enmarcado en una sociedad globalizante .caracterizado por la competitividad, desarrollo tecnológico ,fortalecimiento del pensamiento científico, entre otras, dichos  aspectos conllevan a la generación de   una gran brecha económica ,social ,política y cultural ,entre los diversos países del mundo, sin dejar de lado el papel excluyente que está tomando la educación ,donde existe una gran brecha entre lo público y lo privado, propiciando  un debate en torno al sentido y rol de la educación en la construcción de una sociedad más justa ,inclusiva e igualitaria. Éstos imaginarios serán difíciles de alcanzar mientras exista esa falta de sintonía entre sociedad, política educativa y educación,  dicho planteamiento es   apoyado en. Tedesco  Construir una sociedad  más justa es el ideal, que debe orientar el comportamiento de los actores sociales  y educativos, la educación de calidad es condición para alcanzar la justicia social.

 Partiendo de dicho imaginario es el momento de vislumbrar  caminos que  permitan el establecimiento de Colombia dentro de este  contexto  político. Ahora bien, esos caminos tienen directa relación hoy más que nunca con el campo educativo, en el cual los maestros juegan un papel fundamental, al ser los guías que responderán a la formación de nuevos ciudadanos, pero también a la aplicación y generación de nuevos conocimientos que permitan a los niños, niñas y adolescentes, internarse con propiedad en los contextos actuales.

 Los  desafíos del maestro colombiano se afilian con la necesidad de formar sujetos éticos, que definan sus pautas de acción y existencia a partir del razonamiento crítico, la comprensión del otro con la generación de procesos de reconocimiento de la alteridad y la diferencia y la formación política que tanto demanda Colombia.  Además el maestro en Colombia tiene la ardua tarea de enseñar a convivir en paz, como forma de acompañar la búsqueda de la misma, que ha sido la bandera del actual gobierno, en aras del posconflicto.

Otro gran  reto que debe abordar el  docente, se centra en el proceso de enseñanza aprendizaje, la formación y construcción de conocimientos con los estudiantes, que les sean útiles para el desarrollo de sus proyectos de vida. Con estos conocimientos los estudiantes deben generar competencias (el saber hacer) que les permita ser valiosos en los contextos y campos en los cuales piensen desarrollar sus vidas.  A su vez,  estos conocimientos deben ser correspondientes con las demandas actuales del país y los requerimientos mundiales que apuntan hacia la generación de nuevas aplicaciones en los campos técnicos, tecnológicos y científicos, que ayuden a superar los problemas mundiales, generando mejor desarrollo en los campos económico y social.

Sin embargo,  la labor del maestro no puede estar desligada de la parte normativa, dónde entra en  juego el currículo ,que de acuerdo al planteamiento del maestro Tedesco, puede ser considerado como un instrumento que permite dar contenido y coherencia al conjunto de la política educativa, con el propósito de generar un proceso de acuerdos políticos sociales, que busquen armónicamente responder la pregunta que, para que, y como educar en el contexto de una sociedad que se aspira construir  en el marco de los imaginarios igualitaristas e inclusivos que están tomando fuerza en Colombia y América Latina.

 Con lo anterior, se afirma la importancia de entender que las relaciones pedagógicas están ligadas con la estructura de un currículo que ligue las percepciones de la multiculturalidad. Siendo este en el aula un proceso metodológico  equilibrado, relevante y  diferenciado, dando cabida a los diferentes procesos educativos que requiere la diversidad de los estudiantes  escolarizados en ella. Estamos hablando de un currículo en el que no primen exclusivamente los conocimientos académicos, sino también otra serie de objetivos relacionados con aspectos de la vida cotidiana, tales como la socialización, las habilidades sociales y las amistades. Objetivos que son tan importantes como los propiamente académicos y que, ciertamente, para muchos alumnos, si queremos que sean miembros activos en el entorno que les rodea, constituirán los principales objetivos educativos. Otro aspecto a considerar para que el currículo sea incluyente, es dar lugar al desarrollo de relaciones recíprocas y significativas entre los estudiantes.

Hasta tal punto, es importante que se compruebe que el desarrollo de relaciones personales significativas entre compañeros, fomenta el sentido de pertenencia y mejora los resultados escolares. En últimas, como diría Juan Carlos Tedesco (2013): “Cumplir las metas en educación no es una utopía sino una realidad posible”, en tanto tengamos las ganas de generar cambios sociales significativos en las aulas.

En concordancia con el planteamiento anterior, surge la necesidad de implementar una educación en valores, como constante preocupación de las actuales políticas educativas, que buscan que desde la escuela, se fortalezca la capacidad para trasmitir los valores como uno de los pilares  fundamentales de la educación ,aspecto dentro del cual el docente tiene una doble obligación desde su práctica pedagógica : fomentar valores y aplicarlos ,con el propósito de propiciar una educación dirigida a la formación de ciudadanos respetuosos de los derechos humanos, la  diversidad cultural, y la inclusión.

El hecho de ser educador, a diferencia de otras labores, no solo es  la ejecución mecánica de actos y en donde educar demande la acción por interesarse e involucrarse en asuntos comunes a todos y de tomar iniciativas que superen el estrecho mundo de la individualidad.

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En ese orden de ideas, las ciencias humanas ,en particular las ciencias sociales, podrían ser el timonel necesario para restaurar la diversidad social y el respeto de la diferencia en la misma diferencia, en últimas la recuperación de la formación política y ciudadana de nuestros educandos “¿Es posible recuperar el sentido de la política?”, de Daniel Valencia (2006: 71), cuando acude a Arendt, Hannah quien considera la política, como el ámbito del mundo en el que los hombres eran primariamente activos y daban a los asuntos humanos una durabilidad que de otro modo no tendrían. La esfera política surge de actuar juntos; de compartir palabra y actos. La acción y el discurso solo se construyen mediante la presencia de otros con los cuales, y ante los cuales, la acción estaba encaminada a la creación de los cuerpos políticos, a la creación y defensa de la verdad, mientras que el discurso no era considerado como las grandes palabras, o las retóricas floridas, sino la palabra oportuna en el momento oportuno, para la solución de cualquier conflicto social.

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