El Trabajo Social De Caso Y Familia En Contextos De Crisis Económica.
Enviado por fresas • 12 de Marzo de 2013 • 2.303 Palabras (10 Páginas) • 754 Visitas
Por crisis económica actual entendemos, la situación económica en la que nos encontramos, originada desde el año 2008.
Para tratar el tema de la crisis económica en la que se ve envuelta España, hay que hacer referencia al origen de ésta, que tiene que ver con el auge y la caída de los precios en el sector inmobiliario en Estados Unidos. Dicha situación, ha provocado que el problema subyacido en la máxima potencia global, haya afectado a la economía mundial.
Se propone relevante escribir sobre la situación de los servicios sociales, que al igual que el resto del país se han visto afectados, antes constituían una fuente principal para los ciudadanos y con los llamados “recortes sociales” se han visto incapaces de hacer frente a las distintas situaciones que ha acarreado la crisis. Pero de todo ello se hablará, no antes sin haber hecho un breve balance sobre una de las mayores consecuencias de ésta crisis, el desempleo.
“¿Cómo puede alguien extrañarse de haber sufrido esta crisis financiera cuando la historia de la humanidad muestra que dichas crisis han sido un hecho recurrente durante siglos?” así comienza Guillermo de la Dehesa su libro, La primera gran crisis financiera del siglo XXI. De todas estas, se conocen diversos documentos y escritos; pero a pesar de todo ello se ha vuelto a caer, de una manera o de otra.
Dicho autor, seguidamente, también expone cuales son para él los orígenes de la crisis, los cuales los divide en macroeconómicos, microeconómicos, teóricos, de economía política y de política económica. “Ésta crisis que surge por primera vez en los países avanzados, tiene su origen a su vez en las crisis que sufrieron, por este orden, los países emergentes de Asia, Europa y América Latina. Estas crisis se debieron a un exceso de endeudamiento por parte los países emergentes.”
La crisis económica que vivimos actualmente comenzó en Estados Unidos, como ya se ha mencionado con anterioridad. Uno de los factores más importante y de los que más repercusión tuvo en el mercado financiero fueron los tipos de interés. El Banco Central, que en Estados Unidos es la Reserva Federal (la Fed), es el banco emisor de una moneda y el que controla la política monetaria. Los Analistas Financieros Internacionales, en “La crisis financiera” exponen que “la Reserva Federal lleva una política monetaria de descensos de tipos de interés muy agresivos. La Reserva Federal ha teorizado en forma de enfoque de gestión de riesgo de la política monetaria”.
Los bancos concedían créditos hipotecarios, cuyo valor era superior al de lo adquirido, porque debido a todo esto, esa adquisición en poco tiempo valdría más que la cantidad de ese préstamo. Durante ese tiempo quien había adquirido ese préstamo, lo abonaba a plazos, y adquirían más bienes de consumo ya que se les había dado más dinero por ello.
En una de las publicaciones de los Analistas Financieros Internacionales, “La crisis financiera”, catalogan uno de los párrafos como “Propagación de la crisis” y en el exponen: “La caída del precio de la vivienda desencadenó, en primer lugar, un menor valor del colateral, como resultado de la morosidad subprime, lo que condujo, a su vez, a un aumento de las diferencias de los productos estructurados.”
El descenso de demanda provocó el abaratamiento de los precios, lo que nos llevó a las hipotecas subprime. Un crédito, una hipoteca subprime es aquella hipoteca considerada de “riesgo” por aquel a quien se concede. El prestatario tiene unas condiciones fuera de lo que una entidad bancaria “normal” aceptaría, bien porque no tiene un trabajo estable, bien porque sus ingresos no son recurrentes o porque no se pueden demostrar mediante nominas, recibos, etc…y con éstas características éstos prestatarios no tienen acceso a avales bancarios. Las hipotecas subprime pueden ser transferidas a fondos de inversión o planes de pensiones. Se podían comprar viviendas sin ni siquiera depositar una entrada, y todo ello sin riesgo, ya que si se producía un impago, el banco se quedaba con la vivienda y el comprador eliminaba su deuda. Este proceso provoca el incremento de los precios en las viviendas.
En muchos casos, la entidad financiera que le concede la hipoteca posee un activo, un activo poco líquido, que hace que los hipotecados subprime no sean capaces de hacer frente a sus compromisos, con lo que esos activos del banco podrían rápidamente, pasar a valer poco o nada. Año tras año se iban acumulando efectos negativos que al final acabaron en la situación actual.
Empieza a existir un clima de desconfianza entre las entidades bancarias, esto ocasiona que los bancos no que presten dinero, o que el préstamo de unos a otros ascendiera en su precio. No teníamos deudas únicamente en nuestro país sino también en el extranjero, y lo que necesitábamos era financiación.
En el libro al que ya se ha hecho referencia anteriormente, “La primera gran crisis financiera del siglo XXI” plasma que el primer desencadenante importante de la crisis actual “ha sido que la burbuja de los precios de la vivienda y del inmobiliario en general en Estados Unidos empezó a explotar en 2006, tras haber crecido sin parar desde la segunda Guerra Mundial aunque a ritmos muy inferiores a los de los últimos años.”
Por lo tanto la burbuja inmobiliaria poco a poco y tras varios años estalla.
Y todo ello ocurre provocando una gran cadena/círculo, del que hoy por hoy no hemos conseguido salir: Los bancos al no contar con efectivo suficiente, ponen en venta sus participaciones en empresas, bienes etc. y hacen publicidad para atraer a una mayor clientela, proponiendo mejores condiciones. Debido a que los españoles no podemos hacer frente a los gastos, consumimos menos, lo que a su vez provoca que las empresas empiecen a prescindir de mano de obra.
Uno de los matices más importante de ésta recesión es el desempleo, un número elevado de personas dejarán de percibir la prestación por desempleo, y esto agrava notablemente la situación.
Era evidente que con este descenso de producción y consumo se iba a hacer notar en los índices de paro. Al no crecer la economía española, el paro aumenta.
Como bien afirma Alejandro Bolaños en su artículo del país “El paro roza los cinco millones tras marcar un nuevo máximo en verano. El número de parados escala a 4.978.300 personas, lo que eleva la tasa de paro al 21,5%- Se destruyen 146.800 puestos de trabajo”
Estamos hablando de un dato histórico ya en la historia de España, nos encontramos con cinco millones de personas que no tienen trabajo, por lo que no percibe un salario mínimo y a todo esto se ha de sumar los aumentos de energía y de alimentación a los que ha éstas personas les será más difícil hacer
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